Réplica del embajador saharaui al artículo "Impasse entre Caracas y Rabat"
El artículo "es un compendio de falsedades, de tergiversaciones históricas y de incongruencias argumentales que no resiste el más mínimo análisis crítico", asegura el diplomático.
Sr. Alan Lugo, Jefe de Redacción de El Universal
Por ello, y sin ánimos de polemizar, me permito trasladarle -muy comedidamente, con la esperanza de ser publicado en el plazo más breve posible y en uso de mi derecho democrático de réplica- las siguientes consideraciones que creo necesarias para permitirle a los respetados lectores de El Universal tener una visión lo más amplia y contrastada posible.
El señor Del Naranco habla, sin dar ni un solo dato probatorio, de que “las diversas tribus que allí moraban rendían pleitesía a los sultanes de Marrakech”. Nada más alejado de la verdad histórica. La propia idiosincrasia de las tribus nómadas Saharauis, que vivían y defendían con fiereza el territorio del Sahara Occidental, no contemplaba ni contempla rendirle pleitesía a nadie más que al Creador Todopoderoso y no saben agacharse ante nada ni nadie más que ante Él.
Estimado señor,
Nos sorprendió, sobremanera, la aparición en su respetado periódico de un artículo de opinión (Impasse entre Caracas y Rabat) firmado por el señor Rafael del Naranco, cargado de incongruencias y tergiversaciones tendenciosas de acontecimientos históricos relacionados con mi país, la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).
Por ello, y sin ánimos de polemizar, me permito trasladarle -muy comedidamente, con la esperanza de ser publicado en el plazo más breve posible y en uso de mi derecho democrático de réplica- las siguientes consideraciones que creo necesarias para permitirle a los respetados lectores de El Universal tener una visión lo más amplia y contrastada posible.
El señor Del Naranco habla, sin dar ni un solo dato probatorio, de que “las diversas tribus que allí moraban rendían pleitesía a los sultanes de Marrakech”. Nada más alejado de la verdad histórica. La propia idiosincrasia de las tribus nómadas Saharauis, que vivían y defendían con fiereza el territorio del Sahara Occidental, no contemplaba ni contempla rendirle pleitesía a nadie más que al Creador Todopoderoso y no saben agacharse ante nada ni nadie más que ante Él.
El autor, cuando afirma que fue el comandante Hugo Chávez “quien en enero de 2009 hizo añicos las históricas relaciones de Venezuela, con el Reino alauita”, se olvida, intencionadamente, de que fue el presidente Luis Herrera Campins (COPEI) en 1982, quien reconociera a la RASD y estableciera relaciones diplomáticas (como muchos otros países latinoamericanos y caribeños y de otras latitudes) a nivel de embajadores entre nuestro país y Venezuela, mucho antes de la aparición en la escena política venezolana del Comandante Chávez, a quien el pueblo saharaui agradece eterna e infinitamente su valentía, solidaridad y apoyo a la justa causa que defiende. Se tergiversan, pues, estimado señor, los acontecimientos históricos, sin reparos.
El autor afirma, sin que le tiemble el pulso, que “No hay equívoco, el Sahara Occidental es parte íntegra de Marruecos. Lo ha sido siempre”. Esta afirmación, además de alejada de la verdad histórica, social y política del territorio saharaui, es, sin lugar a dudas, un gratuito y malintencionado ataque al derecho internacional y al imprescriptible derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación y a la independencia, que le son reconocidos por la comunidad internacional en más de una ocasión desde mediados de los años 60, en aplicación de la resolución 1514 (XV) de la Asamblea General de la ONU, específicamente de la Declaración de Concesión de la Independencia a los Pueblos y Países Coloniales, en referencia a los territorios no autónomos, de los que el Sahara Occidental forma parte.
Aquí también el autor se olvida, muy probablemente, de forma deliberada, de la histórica sentencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) del 16 de octubre de 1975, en respuesta a una consulta, solicitada, precisamente, por Marruecos, con la oscura intención de frenar el referéndum de autodeterminación que estaba intentando organizar España en coordinación con la ONU, donde se concluye taxativamente:“ La Corte llegó a la conclusión de que los elementos e informaciones puestas a su disposición no demuestran la existencia de ningún vínculo de soberanía territorial entre el Sahara Occidental, por una parte, y el Reino de Marruecos o el complejo mauritano, por otra. Por tanto, la Corte no comprobó que existieran vínculos jurídicos capaces de modificar la aplicación de la resolución 1514 (XV) en lo que se refiere a la descolonización del Sahara occidental y, en particular, a la aplicación de la libre determinación mediante la expresión libre y auténtica de la voluntad de las poblaciones del territorio”.
Marruecos impide, descaradamente y hasta la actualidad, el ejercicio pleno por parte del pueblo saharaui de su derecho inalienable a un referéndum de autodeterminación justo, libre e imparcial en cumplimiento del mandato de la comunidad internacional, por su grotesca ocupación militar ilegal del territorio saharaui.
Esta sentencia está al alcance de todos, en internet. Allí también pueden, encontrar el informe de la Misión Visitadora de las Naciones Unidas que recorrió el Sahara Occidental y los países vecinos, en el mes de mayo de 1975, para recabar información sobre los deseos del pueblo saharaui, del que extraigo este pequeño párrafo para que los respetados lectores de El Universal tengan algo más de información que la, igualmente, respetable opinión de una persona que simplemente desea ver el derecho internacional transgredido, violado y vilipendiado.
El extracto del informe de la Misión Visitadora de la ONU dice: “ La Misión comprobó que, dentro del territorio, la población, o por lo menos casi todas las personas entrevistadas por la Misión, estaban categóricamente a favor de la independencia y en contra de las reivindicaciones territoriales de Marruecos y de Mauritania. La población expresó el deseo de que las Naciones Unidas, la OUA y la Liga de los Estados Árabes, la ayudaran a obtener su independencia y a conservarla. En sus manifestaciones y declaraciones la población demostró que apoyaba los objetivos del Frente POLISARIO y del PUNS en pro de la Independencia”.
Se olvida el autor, de forma hiriente a los sentimiento de todo un pueblo, el saharaui - cuyo único pecado fue y sigue siendo el no dejarse avallar por nadie y el haberse levantado, como un solo hombre, para defender su derecho a una vida digna, libre y soberano sobre las tierras de sus ancestros – de que el Sahara Occidental nunca fue ni será jamás marroquí, por mucho que el ocupantes reprima, encarcele, asesina y viole los derechos humanos más elementales de nuestros compatriotas en las ciudades ocupadas de nuestra querida patria y levante falsos testimonios en los foros internacionales y en los medios de comunicación, que se dejan seducir por los cantos de sirena de un Marruecos que se ha convertido en un pirata internacional.
Recuérdese que Marruecos, en los tristemente célebres Acuerdos Tripartitos de Madrid, firmó y aceptó el reparto del territorio con Mauritania. Que yo sepa, no es muy común compartir la tierra propia con nadie. Alguna duda tenía Marruecos sobre la pertenencia a su soñado y ficticio “Gran Marruecos”, del Sahara Occidental, cuando acepta, sin reparos, compartirla con otro país.
El artículo, pues, estimado señor, es un compendio de falsedades, de tergiversaciones históricas y de incongruencias argumentales que no resiste el más mínimo análisis crítico. Es, al mismo tiempo, un burdo intento de intoxicar y confundir a la opinión pública venezolana en relación a una cuestión que contó, desde sus orígenes y cuenta en la actualidad, con un ingente apoyo popular e institucional en esta bendita y siempre solidaria tierra de libertadores.
Mohamed Salem Daha,
Embajador Extraordinario y Plenipotenciaro
De la República Árabe Saharaui Democrática
En la República Bolivariana de Venezuela.
Embajador Extraordinario y Plenipotenciaro
De la República Árabe Saharaui Democrática
En la República Bolivariana de Venezuela.
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