La verdadera conspiración
El dilema más grande al que nos enfrentamos en estos tiempos es el sometimiento a las redes; debemos buscar los mecanismos de lucha en contra de esta nueva manera de esclavitud, y esta tarea es urgente...
Mucho se habla de las conspiraciones en el mundo, la gente asocia el termino con guerras o golpes de estados. La verdadera conspiración es la que esta en proceso , dirigida por una élite que ya domina el planeta. Como dice mi querido amigo Berni: “hoy la soberanía no radica en el pueblo”
Los que controlan Google, Microsoft, Facebook ,Instagram, Twiter, Amazon y los dueños de importantes medios de comunicación -cuyos intereses fueron “jorungados” por Trump-, tienen en sus manos, por ahora, el destino de un país tan importante como lo es EEUU, y utilizando , a la izquierda como herramienta -aquélla que es muy fácil de corromper-, se están adueñando de medio mundo; no excluyo en esto al “filántropo” George Soros, un gran inversionista en las causas “justas”, como lo es Black Lives Matter.
Más que fraude, en las recientes elecciones en Estados Unidos hubo seguramente una gran conspiración de las redes y de la Media que lograron manipular voluntades y generar tendencias; esto no es algo nuevo. El control de la comunicación fue el éxito del nazismo; ellos sentaron las bases de la comunicación política y comercial del resto del Siglo XX y el XXI .
Las redes sociales -que son las que mueven la mayor cantidad de la información que se genera-, saben perfectamente todo sobre nuestras vidas, quien no tenga acceso a ellas es considerado prácticamente un discapacitado o en su defecto es un sospechoso.
Es inaceptable que al Presidente Trump, por ejemplo, le suspendan su cuenta de Twitter , y que la censura sea discrecional; mientras esto ocurre, el Ayatolah desde Irán twittea lo que le viene en ganas, lo mismo hacen terroristas, dictadores y narcos.
El mundo se plantea estas interrogantes: ¿dónde está el señor Mark Zuckerberg, cuando ocurren los atentados donde los terroristas avisan y filman, en tiempo real, sus crímenes?, ¿por qué no censuran a los grupos que acabaron con medio país en EEUU, con propuestas por el asesinato de George Floyd?,¿por qué no censuraron la convocatoria a las protestas donde los de Antifa, llevaron a la gente al Capitolio de Estados Unidos?, ¿por qué no hay persecución a los violadores, pedófilos y maltratadores de mujeres?, ¿por qué publican las locuras del de Corea del Norte?, ¿por qué no cortan a los de ISIS?, ¿por qué esconden las persecuciones políticas en América Latina?, y la mejor de todas las preguntas: ¿Quién controla a quienes nos controlan? A esos poderosos cuando los citan en el Congreso de Estados Unidos, se burlan de los políticos. Ellos saben el poder que manejan.
El dilema más grande al que nos enfrentamos en estos tiempos es el sometimiento a las redes; debemos buscar los mecanismos de lucha en contra de esta nueva manera de esclavitud, y esta tarea es urgente, de lo contrario estaremos a las puertas de grandes desgracias, y con el cuento del calentamiento global, o que somos muchos en el mundo, van a acabar con la mitad de la población. Ya empezaron una prueba, amparados la historia del murciélago, y nos traen de cabeza con vacuna y todo. ¡Veremos qué mas tienen debajo de la manga! ¡Mañana podría ser tarde!
davidbittanobadia@gmail.com
Los que controlan Google, Microsoft, Facebook ,Instagram, Twiter, Amazon y los dueños de importantes medios de comunicación -cuyos intereses fueron “jorungados” por Trump-, tienen en sus manos, por ahora, el destino de un país tan importante como lo es EEUU, y utilizando , a la izquierda como herramienta -aquélla que es muy fácil de corromper-, se están adueñando de medio mundo; no excluyo en esto al “filántropo” George Soros, un gran inversionista en las causas “justas”, como lo es Black Lives Matter.
Más que fraude, en las recientes elecciones en Estados Unidos hubo seguramente una gran conspiración de las redes y de la Media que lograron manipular voluntades y generar tendencias; esto no es algo nuevo. El control de la comunicación fue el éxito del nazismo; ellos sentaron las bases de la comunicación política y comercial del resto del Siglo XX y el XXI .
Las redes sociales -que son las que mueven la mayor cantidad de la información que se genera-, saben perfectamente todo sobre nuestras vidas, quien no tenga acceso a ellas es considerado prácticamente un discapacitado o en su defecto es un sospechoso.
Es inaceptable que al Presidente Trump, por ejemplo, le suspendan su cuenta de Twitter , y que la censura sea discrecional; mientras esto ocurre, el Ayatolah desde Irán twittea lo que le viene en ganas, lo mismo hacen terroristas, dictadores y narcos.
El mundo se plantea estas interrogantes: ¿dónde está el señor Mark Zuckerberg, cuando ocurren los atentados donde los terroristas avisan y filman, en tiempo real, sus crímenes?, ¿por qué no censuran a los grupos que acabaron con medio país en EEUU, con propuestas por el asesinato de George Floyd?,¿por qué no censuraron la convocatoria a las protestas donde los de Antifa, llevaron a la gente al Capitolio de Estados Unidos?, ¿por qué no hay persecución a los violadores, pedófilos y maltratadores de mujeres?, ¿por qué publican las locuras del de Corea del Norte?, ¿por qué no cortan a los de ISIS?, ¿por qué esconden las persecuciones políticas en América Latina?, y la mejor de todas las preguntas: ¿Quién controla a quienes nos controlan? A esos poderosos cuando los citan en el Congreso de Estados Unidos, se burlan de los políticos. Ellos saben el poder que manejan.
El dilema más grande al que nos enfrentamos en estos tiempos es el sometimiento a las redes; debemos buscar los mecanismos de lucha en contra de esta nueva manera de esclavitud, y esta tarea es urgente, de lo contrario estaremos a las puertas de grandes desgracias, y con el cuento del calentamiento global, o que somos muchos en el mundo, van a acabar con la mitad de la población. Ya empezaron una prueba, amparados la historia del murciélago, y nos traen de cabeza con vacuna y todo. ¡Veremos qué mas tienen debajo de la manga! ¡Mañana podría ser tarde!
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