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Cambio del Embajador de España. ¿Y el inquilino, qué?

Un tema muy complicado al que se enfrentará el nuevo Embajador es la presencia de un inquilino en la Embajada: Leopoldo López, cuya causa ha tensado las relaciones entre ambos gobiernos

  • DAVID BITTAN OBADÍA

11/10/2020 05:01 am

En plena polémica por las elecciones que se pretenden realizar en Venezuela, el Reino de España decide hacer un cambio de Embajador. Si otros estuvieran gobernando allí, quizás pudiéramos creernos el cuento de que se trata de un “relevo normal”.

Debo comenzar por reconocer que los españoles residenciados en Venezuela nos hemos sentido sumamente bien representados por el Embajador Jesús Silva, un hombre que desde el primer día de su arribo a Caracas puso en marcha toda su buena voluntad para proteger a los españoles que hacen vida en Venezuela, sumó por los intereses de España pero, sobre todo aportó su granito de arena para aliviar las tensiones por las cuales está atravesando el país.

Jesús Silva es un gran profesional y un ser humano extraordinario, a quien le ha tocado lidiar con circunstancias muy especiales, e imagino con grandes presiones desde todos los rincones; ni hablar del hecho de haber tenido que recibir, en tantas oportunidades al señor Zapatero ¡qué incómodo!.

Con Podemos formando parte del Gobierno de España, la Embajada en Venezuela es un bocado muy apetitoso para aquellos que tienen como profesión la de “rojear” por el mundo; sí, los clásicos comunistas a quienes les encanta vivir, comer y vestirse muy bien, predicando paralelamente el sacrificio de los demás.

Un tema muy complicado al que se enfrentara el nuevo Embajador es la presencia de un inquilino en la Embajada: Leopoldo López, cuya causa ha tensado las relaciones entre ambos gobiernos; ésta es una asignatura que le tocará resolver al nuevo diplomático. Con toda seguridad ya ha de traer la cosa más que ordenada.

A nadie le gusta tocar este tema, pero responsablemente hay que reconocer que el tiempo de Leopoldo López ya pasó; una inmensa mayoría en la oposición lo rechaza, alguna solución “salomónica” habrá que buscarle pues, hoy día Leopoldo es una carga para unos y para otros.

España no tiene tradición de conceder asilo político en sus embajadas, como sí ocurre en algunos países latinoamericanos. Según el Ministro Josep Borrell, “López está alojado con la figura práctica de huésped, o de acogido”. Quizás una negociación facilite la posibilidad de conseguirle un salvoconducto para que pueda viajar a España, residenciarse allí con su familia y ver los toros desde la barrera, a veces, en la vida toca ceder el paso, por el bienestar común.

davidbittanobadia@gmail.com

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