Inicia huelga nacional opositora en Nicaragua
La tarde del miércoles, un día después de anunciado el paro, la Conferencia Episcopal (CEN), mediadora en el diálogo, reveló que Ortega había aceptado reanudar el proceso
Managua.- El paro nacional convocado por la opositora Alianza Cívica comenzó hoy en las principales ciudades de Nicaragua con ruidos de cacerolas y bocinazos, tras otra noche de fuertes ataques de la policía y paramilitares contra manifestantes civiles en zonas cercanas a la capital.
Por más de 10 minutos desde las 12:00 a.m. hora local, hora fijada para iniciar la protesta, habitantes de los barrios más populosos de Managua salieron a las calles para tocar sus "instrumentos de resistencia ciudadana", dijo un vecino de El Edén, en la zona oriental de la capital, precisó DPA.
El hombre relató que "la gente se hizo escuchar sonando latas de zinc, silbatos, pailas (sartenes) y vuvuzelas", trompetas plásticas comunes en los estadios de fútbol y usadas también en las manifestaciones que comenzaron en este país hace casi dos meses.
Escenas similares se repitieron en barrios de Estelí y Matagalpa (norte), León y Chinandega (occidente), Diriamba y Rivas (sur) y Masaya, al este de la capital, informaron radioemisoras locales.
En Managua, las calles amanecieron vacías de personas y vehículos y con la mayoría de sus negocios cerrados, si bien algunos buses circularon para transportar personal de entidades públicas.
El paro supone la paralización de actividades en todo el sector privado, incluyendo comercio, turismo y transporte. Las clases en las escuelas, colegios y universidades están suspendidas desde hace semanas, a raíz de la crisis.
Los organizadores también instaron a los empleados públicos (hay más de 120.000 en la nómina del Estado, según datos oficiales) a ausentarse del trabajo "de manera masiva", pero en sus medios de prensa el Gobierno les instó a laborar normalmente y aseguró que el transporte público colectivo operará sin contratiempos.
La protesta se organizó para presionar al presidente Daniel Ortega a que "cese la represión" y vuelva a la mesa del diálogo nacional para discutir, entre otros puntos, su salida del Gobierno, dijeron los miembros de la Alianza Cívica.
La tarde del miércoles, un día después de anunciado el paro, la Conferencia Episcopal (CEN), mediadora en el diálogo, reveló que Ortega había aceptado reanudar el proceso y que volverán a reunirse mañana viernes, siempre con mediación de la Iglesia católica.
Al anuncio de los obispos siguieron denuncias de nuevos ataques armados contra manifestantes atrincherados tras barricadas en Nagarote y León (occidente), Masatepe, Diriamba y Jinotepe (sur).
"Antimotines y grupos paramilitares han iniciado un ataque violento que atenta contra la vida de las personas" en Jinotepe, indicó en su cuenta de Facebook la Arquidiócesis de Managua.
La entidad expresó que el cardenal Leopoldo Brenes, presidente de la CEN, "condena y repudia" los hechos y "hace un llamado a las autoridades y a la Policía Nacional a NO seguir con los ataques en contra del pueblo".
Mientras, en Masaya, al este de Managua, "motociclistas armados afines al Gobierno volvieron a disparar y a sembrar el terror", dijo Alvaro Leiva, director de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH, indpendiente).
También en Diriamba y Jinotepe, pobladores reportaron que dos avionetas sobrevolaron ayer tarde las barricadas y lanzaron productos químicos sobre los manifestantes.
Leiva indicó que la ANPDH recibió denuncias similares el pasado 4 de junio en Masaya, donde se reportaron personas afectadas por tóxicos.
Al parecer se trata del pesticida Cipermetrina, cuya inhalación provoca mareos, vómitos y diarrea.
La crisis en Nicaragua comenzó el 18 de abril y se ha cobrado la vida de casi 150 personas, según organismos de derechos humanos independientes. El Gobierno sólo reconoce 46 muertos.
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