Turismo de paladar
Viaje con escalas
La cocina del chef merideño iván García sorprende a los comensales con sus creativos platos
Capítulo I: Mérida
Me contaron de un muchacho que apenas acababa de salir de la adolescencia (21 años) y ya tenía un restaurante que causaba revuelo en Mérida. Su propuesta de comida venezolana estaba cargada de toda la irreverencia propia de la juventud, pero se contagiaba de la nostalgia de las montañas nevadas que lo rodeaban. Urgía conocerlo, fue de esta forma que llegué a las puertas, bueno es un decir y ya les contaré por qué, de El Bosque Bistró en la capital andina.
Digo "las puertas" porque en ese momento, 2016, dos toldos instalados en uno de los espacios abiertos del Hotel Belensate conformaban el establecimiento.
La madera imperaba en mesas, algunas barricas de ron servían de soporte de platos y decoración; y en una pequeña cocina de cuatro hornillas un niño hombre andaba de un lado para otro haciendo magia con sus manos.
Probé en ese momento una polvorosa de pollo que parecía más bien una colorida pintura local, resaltaba en ella una ensalada que se componía de un mix verde y frutos del bosque, la polvorosa navegaba a la perfección entre ese dulce salado que tanto agradecemos los caraqueños, el momento quedó grabado en mi memoria e Iván García, chef y propietario del lugar desde ese momento se convirtió en uno de esos buenos amigos que me ha dejado la gastronomía. Seguí su camino a partir de allí por conferencias, encuentros de cocineros, aventuras personales y el certamen de S. Pellegrino Young Chef en 2018, competencia gastronómica internacional que por primera vez le permitió a un venezolano llegar a sus semifinales.
Capítulo II: Caracas
Me entero que El Bosque mudaría sus fogones a la capital, no me extraña, era un paso lógico, la ciudad sigue siendo el centro de muchas cosas y una de ellas es la gastronomía, si quieres mayor reconocimiento, aun con toda y nuestra crisis, en este lugar es que hay que despachar.
Voy a ver con que me encuentro en esta oportunidad y García me sorprende con un local sencillo pero que lleva su marca hasta en los baños. Él se involucró personalmente en la decoración del que ahora funciona como su nuevo comedor en la urbanización Los Palos Grandes. Un rincón que sirve de lobby resalta en amarillo, aves vuelan estáticas en el techo, algunas lámparas muestran un estilo moderno, propio de la juventud que sigue ostentando.
Ahora tiene 24 años y me comenta que esas piezas que sirven para iluminar las compró en una oportunidad pensando en el negocio que en algún momento tendría a los pies del Ávila.
Observo a su mamá en la caja, mientras el chef va y viene de la cocina para supervisar de vez en cuando cómo va la cosa. El menú, pregunto, "es muy parecido al de Mérida", responde, está compuesto por unos 25 platos que pretende refrescar cada seis meses. El asado negro probablemente siempre esté presente, es uno de sus clásicos. Pienso mientras me como un arroz con camarones y pruebo unos baos que también estos deberían permanecer.
La carta actual tiene pequeñas modificaciones que más bien son avances de la cocina de Iván, los raviolis de crema de auyama muestran que con elementos sencillos se pueden elaborar verdaderas obras de arte, la utilización de productos como la sarrapia, el cacao, el ají y el ron dicen cuan venezolano se siente. Sin embargo, me dice este joven al ritmo de una cocada, que su creatividad no viene solo de lo que ha visto en Venezuela, ha viajado y ha probado y eso le permite inspirarse y tener esos "picos creativos" como él los llama.
Su mamá que escucha la conversación afirma que su creatividad le acompaña desde niño por lo que pensó que sería arquitecto, pero luego cuando lo vio haciendo mermeladas a los 8 años se dio cuenta del camino que tomaría. Iván García viene de una familia de abogados, ingenieros y otros profesionales graduados principalmente en la UCLA, "él rompió el molde y decidió ser cocinero.
Capítulo III: El Mundo
Iván García quiere comerse el mundo, pero no como ese tipo de jóvenes soñadores que aspiran, si lo hace, pero es objetivo y consistente con sus sueños. Se proyecta, trabaja para eso, estudia, se prepara, sabe cuáles son sus fortalezas, maneja con destreza las preparaciones para que el comensal haga conexión con los sabores, evoque, pero a la vez genere un gusto novedoso. No me extrañaría una vez más que su paso por Caracas sea para afianzar su comida y afianzarse, espero poder visitarlo en Nueva York cuando abra su primer restaurante internacional, pondrá el nombre del país muy en alto.
Los Datos
El Bosque Bistró. Dirección: Entre primera y segunda transversal de Los Palos Grandes. Horario: De Martes a Domingo de 12:00 a 4:00 pm / Los Jueves y Viernes abren en la noche. Especial: Pidan el ceviche, amarán el toque de remolacha.
El Postre: Soy criollo, por eso el golfeado que aquí es lo mío.
Para ver sus platos: @elbosquebistro.
@menucallejero
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