Pekín.- En 2016 China dio el histórico paso de acabar la "política del hijo único" y permitir a las parejas tener dos vástagos, pero la medida no parece haber bastado para resolver los problemas demográficos, y Pekín ya considera dar un paso más y aprobar la libertad total en el número de hijos.
La razón es que el país más poblado del mundo tiene un creciente problema de escasez de mano de obra debido al rápido envejecimiento de su población, informó Efe.
De acuerdo con la Comisión Nacional de Salud de China, la tercera edad, representa un 17,3 por ciento de la población, que aumentarían ampliamente en 2050, planteando graves problemas para el país.
Por eso está ganando fuerza la idea de que Pekín permita a las familias chinas tener los hijos que quieran, e incluso que les incentive con ayudas económicas. Así finalizaría unas draconianas políticas de control demográfico iniciadas en 1979.
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