Pacto de Punto Fijo a 60 años
JESÚS E. MAZZEI ALFONZO. Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y Jóvito Villalba, encarnaron los retos, anhelos y esperanzas de los venezolanos que en aquél momento buscaron crear un orden político viable
Antes de la Firma de Pacto de Punto Fijo, hubo una complicada transición de un año, durante el año 1958 (dos levantamientos militares entre otros eventos), y además, fueron las generaciones del 28, 36 y 45, las que establecieron las bases del proyecto democrático de 1958, en sus coordenadas básicas, primero, por el rol jugado por el contralmirante Wolfgang Larrazábal, que con serenidad, tacto e inteligencia, condujo el proceso y luego Edgar Sanabria que lo culminó exitosamente no obstante no les fue fácil llegar al acuerdo político, inédito en aquella época que se conoce como Pacto de Punto Fijo, verdadera obra de ingeniería política.
Las enseñanzas del período perezjimenista –o autoritario como también se le conoce en el lenguaje de la ciencia política– del 1948 al 1958 y, además, la enseñanza del experimento democrático del 1945 al 1948, en torno a la creación de un régimen de partido único hegemón colocó al liderazgo de la época en la coyuntura de construir un orden político de largo alcance e inclusivo. La generación del 52 y la emergente del año 58 serán muy jóvenes pero jugarán un papel relevante, capital y determinante en el año 1957 pues fueron ellos los abanderados y principales organizadores y hacedores de la lucha política contra la dictadura militar entre objetivos en la ruta a la caída de la autocracia:
Así las cosas, inicialmente las aproximaciones al estudio del Pacto de Punto Fijo serán realizadas por la moderna ciencia política venezolana cuando el proyecto democrático es estable, se inician en los años setenta, en la UCV. El trabajo del eminente politólogo venezolano Juan Carlos Rey, sobre el sistema de partidos; el texto El sistema político venezolano editado por el instituto de Estudios Políticos de la UCV en 1975; un estudio más reciente también sobre el sistema político venezolano titulado: Crisis y transformaciones, de 1996, producto de un seminario interno de la misma institución; además, los estudios en la revista Politeia y algunas ediciones especiales de los periódicos de edición nacional, son elementos a tomar en cuanto en cuanto al análisis del pacto de Punto Fijo. Y, hace algunos años, el texto del Dr. Naudy Suárez dirigido a los jóvenes: Punto Fijo y otros puntos, el cual es un estudio serio, pormenorizado y actualizado sobre cómo se llegó a ese acuerdo, nos muestra que no fue improvisado, sino labor de una filigrana política realizada por un liderazgo que tenía claro sus objetivos políticos.
Dentro de ese marco, cuando se cumplen 60 años de la firma de este importante pacto político, clave en el desarrollo y estabilidad del régimen democrático venezolano, es oportuno un balance equilibrado. En efecto, este acuerdo se firmó en el difícil final de la década de los años cincuenta, y en el advenimiento de un tiempo lleno de incertidumbre; en un contexto internacional dominado por la guerra fría.
En efecto, Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y Jóvito Villalba, encarnaron los retos, anhelos y esperanzas de los venezolanos que en aquél momento buscaron crear un orden político viable, estable y gobernable. Sin embargo, no fue tarea fácil lograr un pacto o acuerdo político de esas dimensiones políticas que buscaba crear un orden en base al consenso y un programa de políticas públicas de largo plazo que fue el acuerdo mínimo común. Se quería lograr un mínimo de entendimiento para asegurar el mantenimiento del sistema que se estaba estructurando. Fueron varios meses de reuniones, conferencias, estudios; en fin, paciencia, ponderación política y laboriosa elaboración, donde intervinieron todos los actores políticos que hicieron posible la caída de la última dictadura militar del país, para firmar este acuerdo.
Con este fin, se estableció una mesa redonda de los partidos políticos que tenía como método de trabajo unas comisiones de enlace que a su vez estaban divididas en comités de trabajo de diferentes áreas. Se reconoce que la nación no puede volver a repetir la experiencia del trienio 1945-48 de conflicto político cuasi existencial. Debe haber algún grado de civilidad, diálogo y entendimiento en la lucha política democrática. Como diría uno de los maestros de la ciencia política en Venezuela, el respetado intelectual y académico Juan Carlos Rey, un régimen político que satisfaga ciertas condiciones de deseabilidad, equidad, consentimiento, institucionalidad y condición de viabilidad.
En suma, el pacto solo estuvo vigente en el primer período democrático: de 1959-1964.El Pacto de Punto Fijo fue un ejemplo y modelo de acuerdos políticos importantes en los procesos redemocratizadores que se dieron en casos como el ecuatoriano o el peruano de finales de la década del setenta, o en el Pacto de La Moncloa en la naciente democracia española de mediados de los años setenta.
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