Venezuela 1777: territorio y nación
Fue en el siglo XVIII que se fue prefigurando esa entidad político-territorial que hoy llamamos Venezuela, gracias – entre otras decisiones - a la creación el 8 de septiembre de 1777 de la Capitanía General de Venezuela...
Visto en una perspectiva de larga duración, el siglo XVIII es un siglo fundamental en la Historia de Venezuela. Hacía atrás, la conquista y colonización española de los siglos XVI y XVII; y hacia adelante, el siglo de la independencia y de la construcción republicana. En esos cien años se fueron forjando los elementos constitutivos de la comunidad política que el 5 de julio de 1811 declarará su absoluta independencia del dominio colonial español.
En la historia romántica que nos enseñaron en la escuela, poblada de héroes sin pueblo y de guerreros transformados en estadistas, sin serlo; en esa historiografía profundamente épica y nacionalista, todo comenzó un 19 de abril de 1810. Nacimos a la vida pública como por acto de magia. Los tres siglos de dominio colonial español han quedado a oscuras, dejándonos una corta memoria colectiva y un legado histórico que ahora se pretende borrar por decreto.
Pero hay que decirlo: fue en el siglo XVIII que se fue prefigurando esa entidad político-territorial que hoy llamamos Venezuela, gracias – entre otras decisiones - a la creación el 8 de septiembre de 1777 de la Capitanía General de Venezuela. Cuando nos acercamos a los doscientos cuarenta y cinco años de aquel acontecimiento genésico, no podemos pasar por alto un hecho de tal trascendencia para nuestra historia republicana, ya que allí descansa el origen de nuestra territorialidad. ¿Cuál es su importancia?
Si leemos nuestras dos primeras Constituciones, la de 1811 y la 1819, podemos apreciar que en aquellos textos no aparece una noción clara de territorio, límites y fronteras. Nuestra conciencia era hispanoamericana para entrar luego en la “Era Colombiana”, como lo señala la Constitución de 1811. En ese espíritu es que el Congreso de Venezuela, reunido en Angostura el 17 de diciembre de 1819, decide crear la gran República de Colombia, con los territorios de la Nueva Granada, Quito y Venezuela. Y es, posteriormente, con la desintegración de la gran república en 1830, que el tema limítrofe toma importancia política.
Efectivamente, es en la Constitución de 1830 que aparece por primera vez el siguiente enunciado, en su Artículo 5º: “El territorio de Venezuela comprende todo lo que antes de la transformación política de 1810 se denominaba Capitanía General de Venezuela.” Este artículo se ha mantenido incólume hasta el presente. El territorio del Estado venezolano tiene allí su origen. ¿Cómo fue posible esta decisión? ¿Quién la tomó y quienes la promovieron?
Nuestra ignorancia del pasado hispano colonial no nos permite responder con claridad esas interrogantes. Pues bien, para entender mejor este proceso, debemos saber que el Imperio Español llegó a cubrir casi todo el territorio americano, desde la parte oeste de Estados Unidos hasta la Patagonia. En ese extenso territorio Felipe V y Carlos III se había propuesto re-organizar los territorios americanos impulsando la constitución de nuevos virreinatos, intendencias y capitanías generales. Ya existían los virreinatos de Nueva España y el Perú. Ellos crearán dos en el siglo XVIII: el del Río de La Plata y el de la Nueva Granada.
Es, en esta puja, por constituir el virreinato neogranadino con los territorios del Nuevo Reino de Granada, Quito y Venezuela, que se empezará a gestar esa idea de territorialidad venezolana que aparecerá como derecho político en 1830. Es así como se crea en 1717 el virreinato de la Nueva Granada, con una superficie de tres millones de kilómetros, desde la costa de Mosquitos en Centroamérica hasta la frontera con el Perú. Este primer intento fracasó en 1723 y nuevamente se constituye en 1739 con los mismos territorios. ¿Cómo se recibió en Caracas esta decisión? Poco se ha escrito al respecto.
Héctor García Chuecos, en su libro El siglo XVIII venezolano, comenta que la erección del virreinato neogranadino en 1717 fue celebrado en Caracas con fiestas, comedias y desfiles militares. Pero en 1739, el entonces Gobernador y Capitán General de Caracas, Mariscal de Campo don Gabriel de Zuloaga, “se apresuró a representar al Soberano acerca de los inconvenientes que iba a producir su ejecución”. Gracias a estas gestiones, el monarca dispuso en 1742 separar la Provincia de Caracas de su integración al virreinato, mientras el resto se mantuvo en la jurisdicción neogranadina. El siguiente paso se va a dar en 1776, cuando se crea la Intendencia de Ejército y Real Hacienda de Caracas, poniendo bajo su jurisdicción las provincias de Guayana, Cumaná y Maracaibo e islas de Trinidad y Margarita. La mesa estaba servida.
Con José de Ávalos como primer Intendente, el 8 de septiembre de 1777 Carlos III firma la Real Cédula que separa las provincias de Cumaná, Guayana y Maracaibo e islas de Trinidad y Margarita del virreinato y las agrega “en lo gubernativo y militar a la Capitanía General de Venezuela”. Con ello, en pleno periodo colonial, que algunos gobernantes del presente pretenden ignorar, se estaban echando las bases jurídicas de la futura territorialidad venezolana. Esa es la historia.
En la historia romántica que nos enseñaron en la escuela, poblada de héroes sin pueblo y de guerreros transformados en estadistas, sin serlo; en esa historiografía profundamente épica y nacionalista, todo comenzó un 19 de abril de 1810. Nacimos a la vida pública como por acto de magia. Los tres siglos de dominio colonial español han quedado a oscuras, dejándonos una corta memoria colectiva y un legado histórico que ahora se pretende borrar por decreto.
Pero hay que decirlo: fue en el siglo XVIII que se fue prefigurando esa entidad político-territorial que hoy llamamos Venezuela, gracias – entre otras decisiones - a la creación el 8 de septiembre de 1777 de la Capitanía General de Venezuela. Cuando nos acercamos a los doscientos cuarenta y cinco años de aquel acontecimiento genésico, no podemos pasar por alto un hecho de tal trascendencia para nuestra historia republicana, ya que allí descansa el origen de nuestra territorialidad. ¿Cuál es su importancia?
Si leemos nuestras dos primeras Constituciones, la de 1811 y la 1819, podemos apreciar que en aquellos textos no aparece una noción clara de territorio, límites y fronteras. Nuestra conciencia era hispanoamericana para entrar luego en la “Era Colombiana”, como lo señala la Constitución de 1811. En ese espíritu es que el Congreso de Venezuela, reunido en Angostura el 17 de diciembre de 1819, decide crear la gran República de Colombia, con los territorios de la Nueva Granada, Quito y Venezuela. Y es, posteriormente, con la desintegración de la gran república en 1830, que el tema limítrofe toma importancia política.
Efectivamente, es en la Constitución de 1830 que aparece por primera vez el siguiente enunciado, en su Artículo 5º: “El territorio de Venezuela comprende todo lo que antes de la transformación política de 1810 se denominaba Capitanía General de Venezuela.” Este artículo se ha mantenido incólume hasta el presente. El territorio del Estado venezolano tiene allí su origen. ¿Cómo fue posible esta decisión? ¿Quién la tomó y quienes la promovieron?
Nuestra ignorancia del pasado hispano colonial no nos permite responder con claridad esas interrogantes. Pues bien, para entender mejor este proceso, debemos saber que el Imperio Español llegó a cubrir casi todo el territorio americano, desde la parte oeste de Estados Unidos hasta la Patagonia. En ese extenso territorio Felipe V y Carlos III se había propuesto re-organizar los territorios americanos impulsando la constitución de nuevos virreinatos, intendencias y capitanías generales. Ya existían los virreinatos de Nueva España y el Perú. Ellos crearán dos en el siglo XVIII: el del Río de La Plata y el de la Nueva Granada.
Es, en esta puja, por constituir el virreinato neogranadino con los territorios del Nuevo Reino de Granada, Quito y Venezuela, que se empezará a gestar esa idea de territorialidad venezolana que aparecerá como derecho político en 1830. Es así como se crea en 1717 el virreinato de la Nueva Granada, con una superficie de tres millones de kilómetros, desde la costa de Mosquitos en Centroamérica hasta la frontera con el Perú. Este primer intento fracasó en 1723 y nuevamente se constituye en 1739 con los mismos territorios. ¿Cómo se recibió en Caracas esta decisión? Poco se ha escrito al respecto.
Héctor García Chuecos, en su libro El siglo XVIII venezolano, comenta que la erección del virreinato neogranadino en 1717 fue celebrado en Caracas con fiestas, comedias y desfiles militares. Pero en 1739, el entonces Gobernador y Capitán General de Caracas, Mariscal de Campo don Gabriel de Zuloaga, “se apresuró a representar al Soberano acerca de los inconvenientes que iba a producir su ejecución”. Gracias a estas gestiones, el monarca dispuso en 1742 separar la Provincia de Caracas de su integración al virreinato, mientras el resto se mantuvo en la jurisdicción neogranadina. El siguiente paso se va a dar en 1776, cuando se crea la Intendencia de Ejército y Real Hacienda de Caracas, poniendo bajo su jurisdicción las provincias de Guayana, Cumaná y Maracaibo e islas de Trinidad y Margarita. La mesa estaba servida.
Con José de Ávalos como primer Intendente, el 8 de septiembre de 1777 Carlos III firma la Real Cédula que separa las provincias de Cumaná, Guayana y Maracaibo e islas de Trinidad y Margarita del virreinato y las agrega “en lo gubernativo y militar a la Capitanía General de Venezuela”. Con ello, en pleno periodo colonial, que algunos gobernantes del presente pretenden ignorar, se estaban echando las bases jurídicas de la futura territorialidad venezolana. Esa es la historia.
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