Análisis de Entorno
El pueblo venezolano sabe qué es lo que no quiere
BENJAMÍN TRIPIER
El cambio desde adentro es posible cuando se ha determinado la ruta
El 10 de enero próximo, con el inicio de un nuevo mandato presidencial, se mantendrá el status quo que arrancó el 31 de julio del 2017, con la elección de la ANC y de toda la nueva legalidad paralela que se desprendió de ese evento y que sigue activa hasta la fecha.
A los efectos de la inercia interna del país, nada cambiará. Y a los efectos de las bases populares, afligidas por problemas horribles, no será relevante. Solamente en el ámbito internacional, se le está haciendo un seguimiento pseudo legal y político, que podría aumentar el aislamiento, incrementar las sanciones y cambiar el perfil de aproximación. Pero en el fondo, pareciera que nada cambiará…y todo seguirá su curso.
Dentro de la permanencia y continuidad del Gobierno está el proyecto de Constitución que se desarrolla en la Asamblea Nacional Constituyente. La consolidación a nivel constitucional del Plan de la Patria actualizado al 2019-2025, más las leyes del poder popular, más los aprendizajes tipo carnet de la patria y Clap apuntan a que si los dejan, esa nueva legalidad podría ser constitucional.
La polarización de cúpulas que impulsa esta situación, no puede durar mucho tiempo pues se desenvuelve en un mundo alejado de la realidad. La gente, la mayoría del país, no la está pasando bien y sabe que la pasará peor.
Que el modelo no resuelve, y que así se constitucionalice, no funcionará.
De esta situación deberemos salir juntos, pero las condiciones no están dadas para que eso ocurra ahora.
El chavismo cree que no necesita nada de la oposición, pues al no tener dirigencia activa, puede manejarla y esconderla “bajo la alfombra” (del otro lado del espejo). Pero la necesitará cuando el deterioro inercial e irreversible afecte la gobernabilidad y haga que el Gobierno le pida algo, y éste a su vez, esté dispuesto a ceder algo a cambio. Eso se llama negociación y ocurre, generalmente luego de un colapso, cuando cada una de las partes necesita algo de la otra.
Para el momento en que eso ocurra, en un horizonte de dos años, es de esperar que los partidos dejen de ser eufemísticamente, “organizaciones con fines políticos” y vuelvan a ser: ¡partidos políticos! Con todo lo que eso significa de pasión y conexión con las bases.
Hoy el país se ha achicado y los participantes son cada vez menos. Las empresas son un actor relevante, y deben seguir poniendo a prueba su capacidad de adaptación progresiva a las circunstancias.
Entender que el mercado ha cambiado, que las alianzas, aguas arriba y aguas abajo, no solo son posibles sino que son necesarias y que los competidores son más bien potenciales cooperantes en ciertos momentos.
Esta etapa de dos años que tenemos por delante, va a requerir de toda la pericia gerencial posible para que la calidad no decaiga, y que los precios permitan que el mercado se mantenga. Esto es, que los clientes puedan seguir comprando sus productos, teniendo solidaridad en el cálculo.
La otra tarea del empresario, tal vez la más importante, es la de mantener el entusiasmo y el optimismo tanto de cara a su propia gente, como hacia la cadena de suministros y hacia sus clientes.
Así no nos hayamos dado cuenta, nuestro país ya ha comenzado a cambiar. Nuestra sociedad, aún no ha tomado conciencia de “qué es lo que quiere”, pero sí tiene claro “qué es lo que no quiere”. Y ese, ya es un principio. Por eso es que el cambio desde adentro es posible…y será visible cuando comiencen a aparecer opciones de solución.
Político
Las elecciones de concejales han sido tradicionalmente las que han tenido niveles más altos de abstención, y las que han pasado más desapercibidas. Son tan locales y específicas, que hay partidos nacionales que no están representados, y hay partidos locales que no se ven a nivel nacional. Son temas más cercanos a la consejería y mantenimiento, que a la política. Son como una especie de junta de condominio. Es gente que vive allí, y que si trabaja o hace algo, lo elijen y si no, no. Se trata del detalle, de la basura, cloacas, quebradas, calles y semáforos. Y no tienen nada que ver, con aquellos que polarizan a las cúpulas, de lado y lado.
Social
Podría decirse que el tema de la emigración diaria y sistemática bajó su presión, y se postergó hasta el año que viene. Los que se fueron pasarán las fiestas en su nuevo lugar, y los que aún no lo hicieron, lo pasarán aquí con sus familias, extrañando a los que se fueron, y entristecidos porque se irán comenzando el año. No querrán pasar las fiestas viajando. Según algunas proyecciones, para 2019 seremos 25 millones de habitantes, de los 32 millones que éramos hace 5 años y de los 27 o 28 que somos en la actualidad. Cada vez más, escucho a los que decidieron quedarse, comprometerse con la reconstrucción, y asumir un rol proactivo con lo que les toca.
Económico
Todo hace pensar que, salvo una sorpresa, el control de cambio no se levantará, por ahora, y que los controles, castigos y expropiaciones (más de hecho, que de derecho) se profundizarán llevándose con ellos gran parte de la posible producción que vaya quedando. A corto plazo, con el nivel de importaciones que tenemos (un poco menores que las de 2017), y con la producción interna reducida, habrá más escasez. O sea, más controles, para controlar menos cosas. Y la experiencia nos muestra que cuando hay controles, lo poco que hay, termina en un mercado negro.
Presidente: Usted tiene la oportunidad histórica de revertir este proceso de deterioro. No hay nadie más -ni entre los suyos, ni entre los que se le oponen- con la posibilidad de tomar acciones correctivas, y cambiar, para bien, el rumbo del país. Hay gente con pensamiento pragmático, dispuesta a ayudar a ajustar el rumbo de este barco, en el que estamos todos.
@btripier
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