ALVARO MONTENEGRO
Una de las ciudades más bellas e interesantes que he conocido es Estambul. La antigua Constantinopla guarda intacto todo su misterio y su sabor, además de las huellas indelebles de civilizaciones ancestrales que se asentaron en esta encrucijada entre Europa y Asia. Dominada por el estrecho del Bósforo, que divide a los dos continentes y une al Mar Negro con el Mar de Mármara, el Egeo y luego el Mediterráneo, en Estambul se siente una extraña sensación de seguridad caminando entre las calles y monumentos de esta maravillosa ciudad, que llegó a ser la más importante del Imperio Romano. Las cruzadas pasaron por Estambul en su recorrido hacia Tierra Santa y el emperador Constantino se mudó a esta ciudad para convertirla en la capital del Imperio Romano de Oriente.
Al llegar al aeropuerto de Estambul sorprende el orden con apariencia de desorden que fluye con su cadencia propia en todos los actos humanos que ocurren en esta encantadora ciudad. Todavía es muy común ver en sus abarrotados mercados muchos más hombres que mujeres, sin embargo se siente una extraña sensación de seguridad caminando entre las calles de esta metrópoli. Solo hay que tener paciencia, observar cuidadosamente lo que hacen los demás, y descubrirá la clave de su visita.
En nuestro último viaje apenas dejamos nuestras maletas en el hotel, salimos a visitar el Palacio de Topkapi, que fue residencia oficial de los sultanes turcos durante tres siglos y donde nos maravillamos con las joyas de su museo.
Allí tiene que ver la sala de las perlas, el trono de Ahmed I, y el puñal de Topkapi, hecho de oro, diamantes y esmeraldas. El robo de este puñal inspiró una película de la década de los sesenta, protagonizada por Melina Mercouri, Peter Ustinov y Maximilian Schell. Además, en la sala del tesoro se encuentra el tercer diamante más grande del mundo. En otra ala del palacio están las reliquias con pelos de la barba del profeta Mahoma, y la impresión de la huella de sus pies. El palacio también tiene un fabuloso harem donde convivían las esposas, concubinas y hasta la madre del sultán en una forma tan armoniosa, que resulta inimaginable en nuestros días.
Desde allí continuamos hacia la Mezquita Azul, construida en el año de 1606 por el Sultán Ahmet y es la mezquita más bonita de todas las que he visto por el mundo. Seguimos caminando hacia el museo de Santa Sofía, que fue Construida como iglesia por Constantino en el año 360 de nuestra era y convertida en mezquita más de mil años después. Su cúpula es impresionante, tanto así que los guías nos indicaron que después de la cúpula de la iglesia de San Pedro en Roma, esta era la mayor.
Luego visitamos el Gran Bazar, que con sus 5.000 tiendas, restaurantes, baños turcos y mezquitas, representa el mercado más impresionante de cualquier ciudad oriental. Es precioso y conocerlo merece el viaje. Allí vivió el padre de Jean Jacques Rousseau, que era relojero suizo. Caminamos hacia el estrecho del Bósforo, para encontrarnos con el interesante Mercado Egipcio, o mercado de las especias, donde venden azafrán, orégano, menta, henna natural para el cabello, pimientas de todo tipo y mil especias diferentes entre unas viejas paredes que han visto pasar siglos de mercancía venida de los lugares más extraños y lejanos de este mundo.
Al caer la tarde nos fuimos a la Torre de Gálata, construida en el año 528 antes de Cristo y reconstruida varias veces, para tomarnos un trago y contemplar el dulce y cercano estrecho del Bósforo, con sus brumas de tristeza y sus 35 kilómetros de largo.
Aquí contemplarán uno de los atardeceres más inolvidables de sus vidas: la silueta de los minaretes de las mezquitas esparcidos por las colinas de Estambul, contrastando con un cielo azul intenso y un sol moribundo corriendo a refugiarse en las tinieblas de la noche.
Estambul es realmente fascinante, no dejes de visitarla apenas la vida te dé una oportunidad. Nunca te arrepentirás.
CÓMO LLEGAR:
Turkish Airlines, que es una línea muy buena, vuela directo de Caracas a Estambul. www.turkishairlines.com
DÓNDE ALOJARSE:
Les recomiendo un hotel fabuloso al borde del Bósforo llamado Ciragan Palace, operado por la cadena Kempinski. Este palacio fue construido por el Sultán Abdulaziz y sirvió de prisión para su sucesor, además de parlamento turco.
Ciragan Cadessi 32, Besiktas 34349, Estambul, Turquía
Teléfono: 90 (212) 326.46.46, www.kempinski.com
También recomiendo un hotel con servicio honesto, a precios honestos: el Senator Hotel.
Allí me alojé en mi último viaje. Está tan bien localizado en la vieja ciudad, que se puede caminar tranquilamente al Gran Bazar, a Santa Sofía, al palacio de Topkapi y a la Mezquita Azul desde el hotel. Muy bien mantenido, el restaurante del desayuno tiene una vista sensacional sobre el Mar de Mármara. El precio de la habitación es de 138 euros en promedio por noche, con desayuno incluido, dependiendo de la temporada.
Gencturk Caddesi, Sivarnizade Sokak 7/11
Sehzadebasi, Estambul, 34470, Turquía
Teléfono: 90 (212) 528.18.65, www.senatorhotel.com
DÓNDE RESERVAR:
En su agencia de viajes de confianza afiliada a AVAVIT, en Turkish Airlines, o directamente en el hotel.
DÓNDE COMPRAR:
El Gran Bazar es sensacional, no deje de visitarlo varias veces durante su estadía, para poder escoger bien lo que desea. Allí si es verdad que se sentirá como en un cuento de Las Mil y Una Noches. Una alfombra pequeña es el mejor recuerdo que se puede traer, y la disfrutará toda su vida.
Haga alarde de su arte del regateo, porque lo necesitará mucho en este mercado. Del precio que le den, ofrezca la cuarta parte, que seguro acuerdan por la mitad.
Tráigase también un poquito de azafrán del mercado egipcio, el sabor es mucho más intenso que cualquiera que usted haya probado.
NO OLVIDE:
Visitar las cisternas subterráneas de Estambul, construidas en el siglo VI por el emperador Justiniano con 336 columnas increíbles, dos de ellas con capiteles en forma de medusa.