La luna llena de junio, conocida popularmente como "Luna de Fresa", regalará un espectáculo astronómico en los cielos de Venezuela, alcanzando su máximo esplendor en la madrugada del miércoles 11 de junio de 2025.
Este evento, que marca la última luna llena de la primavera o la primera del verano en el hemisferio norte, será una oportunidad para que los aficionados a la astronomía y el público en general disfruten de la belleza del satélite natural.
El plenilunio ocurrirá exactamente a las 3:43 a.m., hora de Caracas, según datos de calendarios lunares astronómicos. Sin embargo, el espectáculo no se limitará a ese instante. La Luna se verá completamente llena y brillante durante la noche del martes 10 de junio y la madrugada del miércoles 11, ofreciendo una amplia ventana para su observación. Siempre que las condiciones meteorológicas lo permitan y el cielo esté despejado, el satélite será perfectamente visible desde cualquier parte del territorio venezolano.
El curioso apodo de «Luna de Fresa» proviene de las antiguas tribus nativas americanas, específicamente de los algonquinos. Para ellos, la luna llena de junio coincidía con la corta temporada de cosecha de fresas silvestres en el noreste de América del Norte. Este nombre, cargado de tradición agrícola, se ha popularizado a nivel mundial. En otras culturas, este mismo evento lunar es conocido como la «Luna de Rosas» en Europa, o la «Luna de Loto» en China.
Al observar el astro, especialmente cuando se encuentre cerca del horizonte, es posible que adquiera una tonalidad dorada o anaranjada.
Este fenómeno cromático no se debe a una característica intrínseca de la Luna. "Ese efecto de color no es propio de la luna en sí, sino del filtro natural de nuestra atmósfera", explicó el divulgador astronómico David Cavero para El Cronista de España. La luz lunar atraviesa una porción más densa de la atmósfera terrestre en esa posición, dispersando las longitudes de onda más cortas (azules y violetas) y permitiendo que las más largas (rojas y anaranjadas) lleguen a nuestros ojos.
Para disfrutar de la Luna de Fresa no se requieren equipos sofisticados. Como recomienda la NASA, "la forma más sencilla de observar la Luna es mirar hacia arriba". Siendo el objeto más luminoso del cielo nocturno, puede apreciarse a simple vista.
El curioso apodo de «Luna de Fresa» proviene de las antiguas tribus nativas americanas, específicamente de los algonquinos. Para ellos, la luna llena de junio coincidía con la corta temporada de cosecha de fresas silvestres en el noreste de América del Norte. Este nombre, cargado de tradición agrícola, se ha popularizado a nivel mundial. En otras culturas, este mismo evento lunar es conocido como la «Luna de Rosas» en Europa, o la «Luna de Loto» en China.
Al observar el astro, especialmente cuando se encuentre cerca del horizonte, es posible que adquiera una tonalidad dorada o anaranjada.
Este fenómeno cromático no se debe a una característica intrínseca de la Luna. "Ese efecto de color no es propio de la luna en sí, sino del filtro natural de nuestra atmósfera", explicó el divulgador astronómico David Cavero para El Cronista de España. La luz lunar atraviesa una porción más densa de la atmósfera terrestre en esa posición, dispersando las longitudes de onda más cortas (azules y violetas) y permitiendo que las más largas (rojas y anaranjadas) lleguen a nuestros ojos.
Para disfrutar de la Luna de Fresa no se requieren equipos sofisticados. Como recomienda la NASA, "la forma más sencilla de observar la Luna es mirar hacia arriba". Siendo el objeto más luminoso del cielo nocturno, puede apreciarse a simple vista.
No obstante, el uso de binoculares o un telescopio básico puede enriquecer significativamente la experiencia, permitiendo distinguir con mayor detalle los cráteres y mares que componen la superficie lunar. Se aconseja buscar un lugar con poca contaminación lumínica para una mejor apreciación.
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