Caracas. Ana Carolina Arias - El municipio Antolín del Campo, celebra este miércoles 19 el día de su Santo Patrono, San José de Paraguachí, una festividad llena de tradición y devoción desde 1709, cuando se edificó la parroquia.
El párroco Emmanuel González recordó que la fe cristiana está arraigada en Margarita desde los albores de la llegada de los españoles, y hay registros de la devoción a San José desde entonces.
Dijo que esta es una festividad histórica religiosa de gran trascendencia porque, según la tradición oral, la talla de San José, es la primera que se hizo en Margarita, y hay datos que señalan a un ascendente del Libertador Simón Bolívar, en la construcción de la parte más antigua de la iglesia.
Sobre el homenajeado, el padre de Jesús, el presbítero lo describe como, un hombre tranquilo, apartado, silencioso, sin búsqueda de protagonismo, pero con una presencia firme e importante, y lo relaciona como es el propio pueblo de Paraguachí y sus habitantes.
Como parte de la celebración, se realizó la restauración del retablo de la iglesia de Paraguachí, que cuenta con más de 300 años, a cargo de Ninoska Gutiérrez, artista plástico, quien dijo que fue una ofrenda para él y la feligresía.
El párroco Emmanuel González recordó que la fe cristiana está arraigada en Margarita desde los albores de la llegada de los españoles, y hay registros de la devoción a San José desde entonces.
Dijo que esta es una festividad histórica religiosa de gran trascendencia porque, según la tradición oral, la talla de San José, es la primera que se hizo en Margarita, y hay datos que señalan a un ascendente del Libertador Simón Bolívar, en la construcción de la parte más antigua de la iglesia.
Sobre el homenajeado, el padre de Jesús, el presbítero lo describe como, un hombre tranquilo, apartado, silencioso, sin búsqueda de protagonismo, pero con una presencia firme e importante, y lo relaciona como es el propio pueblo de Paraguachí y sus habitantes.
Como parte de la celebración, se realizó la restauración del retablo de la iglesia de Paraguachí, que cuenta con más de 300 años, a cargo de Ninoska Gutiérrez, artista plástico, quien dijo que fue una ofrenda para él y la feligresía.
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