Pedro Rojas
EL UNIVERSAL
La banca venezolana, al igual que muchos sectores en el país, están abriéndose paso en nuevas oportunidades y servicios a la población, ampliando el concepto de digitalización.
Ya no solo se trata de aplicaciones o servicios en línea como temas centrales de ese proceso digital, que ya iniciaron instituciones públicas y privadas, el reto ahora es satisfacer, en esta etapa, las nuevas necesidades que pueden tener segmentos específicos del país.
Las prioridades han ido cambiando con los años y sectores como los pensionados o la población joven, que esperan bancarizarse, tienen ya en esta tercera década del siglo XXI requerimientos que van más allá del celular, una aplicación o un sistema de pago.
En 2022, con una circular enviada a todas las instituciones financieras, la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario (Sudeban), apuntó los pasos que deben darse hacia la banca digital en el mercado venezolano, atendiendo la demanda de los servicios bancarios digitales.
Sobre ello instruyó aspectos esenciales sobre la apertura de cuentas, servicios o productos financieros digitales, previa aprobación de la Superintendencia y conforme con lo indicado en la Norma Prudencial vigente.
En ella se plantearon temas tecnológicos asociados al producto o servicio financiero a ofrecer; los controles implementados, las características de la tecnología, seguridad y telecomunicaciones que soportarán el producto o servicio, y los flujos operacionales, al igual que los procedimientos para la atención de los clientes.
EL UNIVERSAL
La banca venezolana, al igual que muchos sectores en el país, están abriéndose paso en nuevas oportunidades y servicios a la población, ampliando el concepto de digitalización.
Ya no solo se trata de aplicaciones o servicios en línea como temas centrales de ese proceso digital, que ya iniciaron instituciones públicas y privadas, el reto ahora es satisfacer, en esta etapa, las nuevas necesidades que pueden tener segmentos específicos del país.
Las prioridades han ido cambiando con los años y sectores como los pensionados o la población joven, que esperan bancarizarse, tienen ya en esta tercera década del siglo XXI requerimientos que van más allá del celular, una aplicación o un sistema de pago.
En 2022, con una circular enviada a todas las instituciones financieras, la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario (Sudeban), apuntó los pasos que deben darse hacia la banca digital en el mercado venezolano, atendiendo la demanda de los servicios bancarios digitales.
Sobre ello instruyó aspectos esenciales sobre la apertura de cuentas, servicios o productos financieros digitales, previa aprobación de la Superintendencia y conforme con lo indicado en la Norma Prudencial vigente.
En ella se plantearon temas tecnológicos asociados al producto o servicio financiero a ofrecer; los controles implementados, las características de la tecnología, seguridad y telecomunicaciones que soportarán el producto o servicio, y los flujos operacionales, al igual que los procedimientos para la atención de los clientes.
Los pensionados del país han avanzado en sus instrumentos digitales. CORTESÍA
El camino que se abre
La apertura de cuentas, servicios o productos financieros digitales, por parte de personas naturales o jurídicas, han avanzado en este sentido. El punto central pasa ahora por determinar lo que requiere el venezolano y sobre ello expertos en el área, tras analizar su propio universo de clientes y sus necesidades, explicaron los aspectos más sensibles que ya se atienden en el camino de los nuevos servicios nacionales y regionales que están brindando.
Alberto De Armas, presidente ejecutivo; Alejandro Montenegro, presidente de la Junta Directiva, y Thais Izquierdo, vicepresidenta de Negocios de Activo Banco Universal, adelantan ese proceso desde hace más de un año en la institución y explican sus experiencias y la proyección de estas en el sector bancario del país.
Sobre las nuevas necesidades digitales de los venezolanos, ponen como ejemplo a los jóvenes y a los pensionados, quienes en sus respectivos rangos de edades, van definiendo lo que requiere el país en materia bancaria.
Para Thais Izquierdo “hay que abordar las necesidades, como los medios de pago que se requieren en la vida diaria y que ahora deben ofrecer ventajas para uso local, al igual que en el exterior”.
Destaca que las tarjetas con perfil internacional representan un extraordinario instrumento que permite “abarcar y atender una necesidad de muchos de los clientes que no tienen acceso a cuentas internacionales y con él pueden hacer pagos de diversos servicios que se prestan en el país y que se hacen por internet”.
Los servicios de entretenimiento, como streaming, han sido potenciadores de esta necesidad del venezolano, quien mira nuevamente a la banca para satisfacer sus necesidades.
Los productos en moneda extranjera, con la tutela de la Sudeban, han venido cubriendo esas nuevas necesidades. “Hay ahora oportunidades para que los clientes puedan acceder a los mecanismos cambiarios, adquirir divisas y utilizarlas en el mercado local con instrumentos de pago”, explica Izquierdo.
Para Alberto De Armas cada institución debe ir buscando su “valor diferenciador” para que los productos de la banca tengan mayor atractivo. En ello hay un mercado importante en las regiones, ya que, destaca, “los clientes regionales demandan servicios como abrir y manejar su cuenta de manera digital, gestionar solicitudes y más”.
El camino que se abre
La apertura de cuentas, servicios o productos financieros digitales, por parte de personas naturales o jurídicas, han avanzado en este sentido. El punto central pasa ahora por determinar lo que requiere el venezolano y sobre ello expertos en el área, tras analizar su propio universo de clientes y sus necesidades, explicaron los aspectos más sensibles que ya se atienden en el camino de los nuevos servicios nacionales y regionales que están brindando.
Alberto De Armas, presidente ejecutivo; Alejandro Montenegro, presidente de la Junta Directiva, y Thais Izquierdo, vicepresidenta de Negocios de Activo Banco Universal, adelantan ese proceso desde hace más de un año en la institución y explican sus experiencias y la proyección de estas en el sector bancario del país.
Sobre las nuevas necesidades digitales de los venezolanos, ponen como ejemplo a los jóvenes y a los pensionados, quienes en sus respectivos rangos de edades, van definiendo lo que requiere el país en materia bancaria.
Para Thais Izquierdo “hay que abordar las necesidades, como los medios de pago que se requieren en la vida diaria y que ahora deben ofrecer ventajas para uso local, al igual que en el exterior”.
Destaca que las tarjetas con perfil internacional representan un extraordinario instrumento que permite “abarcar y atender una necesidad de muchos de los clientes que no tienen acceso a cuentas internacionales y con él pueden hacer pagos de diversos servicios que se prestan en el país y que se hacen por internet”.
Los servicios de entretenimiento, como streaming, han sido potenciadores de esta necesidad del venezolano, quien mira nuevamente a la banca para satisfacer sus necesidades.
Los productos en moneda extranjera, con la tutela de la Sudeban, han venido cubriendo esas nuevas necesidades. “Hay ahora oportunidades para que los clientes puedan acceder a los mecanismos cambiarios, adquirir divisas y utilizarlas en el mercado local con instrumentos de pago”, explica Izquierdo.
Para Alberto De Armas cada institución debe ir buscando su “valor diferenciador” para que los productos de la banca tengan mayor atractivo. En ello hay un mercado importante en las regiones, ya que, destaca, “los clientes regionales demandan servicios como abrir y manejar su cuenta de manera digital, gestionar solicitudes y más”.
Izquierdo, Montenegro y De Armas comparten sus experiencias en la banca. CORTESÍA
Manejarse entre dos mundos es el reto profesional
De acuerdo con Alejandro Montenegro, presidente de la Junta Directiva de Activo Banco Universal, “experiencias como la de Colombia o Brasil, países en los que se avanza en el proceso digital, son interesantes para seguir”.
Sin embargo, asegura que “no podemos descuidar el proceso y se impone trabajar de una manera dual entre lo tradicional y lo digital”.
Indica que los servicios necesarios en el país para que la banca digital crezca “deben ir mejorando y de alguna manera estabilizándose”. Lo clave es no quedar fuera del nuevo mercado que surge de las necesidades de cada ciudadano.
Agrega Alberto De Armas, presidente ejecutivo, que consolidar oficinas funcionales también debe estar en la mesa de trabajo. En la experiencia de Activo el proceso les ha llevado a tener un número de sucursales que cubran las expectativas y atiendan de manera adecuada, por ejemplo, a los pensionados.
Sobre ellos apunta que han ido cambiando. “El pensionado de hace veinte años ha ido evolucionando hacia uno que entiende lo importante que es lo digital”, indica.
Añade Thais Izquierdo, vicepresidenta de Negocios, que la digitalización de la documentación es otro aspecto en el que se está trabajando. Apunta que no se trata de dejar de lado el contacto personal, y en efecto todos coinciden en que se debe observar “la potencialidad del cliente”, visitándolo, conociendo sus proyectos. Esto sirve para estructurar un crédito que realmente se ajuste a la necesidad y al requerimiento de ese cliente.
Conocer al cliente, sus edades y sus requerimientos seguirá siendo un aspecto relevante.
Manejarse entre dos mundos es el reto profesional
De acuerdo con Alejandro Montenegro, presidente de la Junta Directiva de Activo Banco Universal, “experiencias como la de Colombia o Brasil, países en los que se avanza en el proceso digital, son interesantes para seguir”.
Sin embargo, asegura que “no podemos descuidar el proceso y se impone trabajar de una manera dual entre lo tradicional y lo digital”.
Indica que los servicios necesarios en el país para que la banca digital crezca “deben ir mejorando y de alguna manera estabilizándose”. Lo clave es no quedar fuera del nuevo mercado que surge de las necesidades de cada ciudadano.
Agrega Alberto De Armas, presidente ejecutivo, que consolidar oficinas funcionales también debe estar en la mesa de trabajo. En la experiencia de Activo el proceso les ha llevado a tener un número de sucursales que cubran las expectativas y atiendan de manera adecuada, por ejemplo, a los pensionados.
Sobre ellos apunta que han ido cambiando. “El pensionado de hace veinte años ha ido evolucionando hacia uno que entiende lo importante que es lo digital”, indica.
Añade Thais Izquierdo, vicepresidenta de Negocios, que la digitalización de la documentación es otro aspecto en el que se está trabajando. Apunta que no se trata de dejar de lado el contacto personal, y en efecto todos coinciden en que se debe observar “la potencialidad del cliente”, visitándolo, conociendo sus proyectos. Esto sirve para estructurar un crédito que realmente se ajuste a la necesidad y al requerimiento de ese cliente.
Conocer al cliente, sus edades y sus requerimientos seguirá siendo un aspecto relevante.
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