Este año, la celebración está enmarcada en el centenario de su nombramiento como Patrona del Oriente venezolano, por eso la fe hacia ella está extendida a todo el mundo donde se encuentre un venezolano.

Al igual que el año pasado, la presencia de feligreses a los actos religiosos estará limitada por la pandemia, sin embargo, numerosos fieles hicieron todo por presenciar la Bajada el pasado 1 de septiembre.

Durante la homilía, Monseñor Fernando Castro Aguayo, Obispo de la Diócesis, conminó a todos a unirse a Jesús a través de la madre Dios para que interceda ante tantas necesidades que tiene el pueblo y que cada creyente sea un fiel enamorado de Jesucristo y siga sus pasos para construir un mundo mejor.

Destacó que en el país la gente afronta necesidades muy duras como la falta de alimentos, medicinas que se buscan con desesperación, electrodomésticos que se pierden por las fallas eléctricas, "por eso he rezado y pedido a la virgencita que acoja a su pueblo y los lleve por los senderos del bien".

El vestido que llevó la Virgen fue donado por una paciente oncológica. Tiene la imagen del Cristo Resucitado en el centro, está adornado con perlas y piedras preciosas.