Windows 11 pretende diferenciarse muy bien de su predecesor, y para esto Microsoft introduce una serie de cambios visuales que impactan especialmente en su renovado menú de inicio. Desde el botón de inicio con el logo de Windows, hasta los accesos a las principales aplicaciones que anclamos a esa barra de tareas que forma parte de nuestro día a día, ahora la veremos con elementos en la parte central de la pantalla, algo que recuerda a la posición del Dock de macOS y que supone un cambio radical en el sistema operativo de Microsoft. Sin embargo esta opción puede cambiarse pulsando con el botón derecho del ratón en la barra de tareas, en donde se encuentra una opción para colocar el menú de inicio y los iconos de las aplicaciones ancladas en la parte inferior izquierda del escritorio, como siempre.

Asimismo, al hacer clic en ese botón de inicio el menú que despliega es también diferente, porque ahora flota sobre el escritorio, y sus esquinas no forman ángulos de 90°, sino que son redondeadas; y se despiden las baldosas animadas que nos acompañaron desde 2012, con Windows 8.

La iconografía cambia, se dieron a conocer en la filtración del sistema operativo unos iconos nuevos, tanto para el propio logo de Windows, como para aplicaciones y carpetas importantes como Documentos, Descargas o Imágenes. Pero el funcionamiento del menú de inicio sigue heredando el comportamiento del buscador integrado de Windows 10, aunque la barra de búsqueda no aparece en primer término.

Windows 11 ofrece nueva experiencia multitarea, ya que se puede seguir arrastrando las ventanas a los bordes y colocando así dos ventanas enfrentadas, pero las cosas van más allá con los llamados Snap Layouts, que repartir el escritorio en mitades, tercios, cuartos y también otras combinaciones de tamaños. Además, esas opciones se potencian con los Snap Groups, que permiten recordar configuraciones de agrupaciones de ventanas en el escritorio para reutilizarlas cuando se desee. Esta experiencia se potencia si se emplean múltiples monitores, que pueden conectarse o desconectarse, sin perder un flujo de trabajo.

Otro de los elementos interesantes son los escritorios virtuales que permiten redistribuir distintos tipos de tareas para mejor organización. La integración de Teams es ahora total en Windows 11, así Microsoft permite usar de forma nativa su plataforma de mensajería y videoconferencias desde la instalación básica del sistema operativo. Resulta curioso que deja a Skype en un singular segundo plano.

Se suman los Windows Widgets, un feed de noticias potenciado por inteligencia artificial, que comparte contenidos que se sugieren de acuerdo a las preferencias y a la experiencia de uso. La experiencia táctil se nutre ahora de tecnología háptica que responde a ciertas pulsaciones táctiles o trazos con un stylus, pero también agregan un nuevo teclado virtual que soporta dictado por voz.

A partir de ahora Microsoft, la hoja de ruta para Windows 11 ofrecerá una única gran actualización al año y no dos como venía sucediendo, esto les permite evitar los problemas de estabilidad y rendimiento. Asimismo, habrá mejoras en el resto de actualizaciones normales, que según los responsables de Microsoft serán hasta un 40% más pequeña en tamaño, lo cual reducirá considerablemente el tiempo de descarga e instalación. Se espera que esa gran actualización de Windows 11 llegue en la segunda mitad de 2022.