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11.891 muertes violentas registró el OVV en 2020

El Venezuela la epidemia de violencia fue 12 veces más letal que la del Covid-19

  • CARLOS D' HOY

29/12/2020 05:50 pm

El Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) presentó su informe correspondiente al año 2020 en el que registró la el asesinato de al menos 11.891 personas, con una tasa de 45.6 muertes violentas por cada 100 mil habitantes cifra que se encuentra por encima de los países violentos del mundo.

El informe presentado este martes 29 de diciembre señala que en el presente año dos epidemias azotaron al país: “la epidemia del Covid-19 y la epidemia de la violencia. La epidemia de la violencia en 2020 resultó once veces más letal que la del coronavirus”.

En medio de dos epidemias, Venezuela se mantiene en el año 2020 como uno de los países con mayor número de muertes violentas en la región y en el mundo, a pesar de la falta de cifras de homicidios, el estimado de muertes violentas fue de casi 12 mil crímenes.

La tasa de 45,6 muertes por cada 100 mil habitantes es el resultado de los tres tipos de muertes violentas que el OVV consideró como los componentes de la violencia letal en la sociedad.

En 2020 ocurrieron 4.153 homicidios cometidos por los delincuentes, para una tasa de 15,9 víctimas por cada cien mil habitantes.

Además se contabilizaron 4.231 muertes catalogadas por las autoridades como resistencia a la autoridad, las cuales según el observatorio fueron homicidios cometidos por los cuerpos de seguridad del Estado, “por un uso excesivo de la fuerza o mediante ejecuciones extrajudiciales, con una tasa de 16,2 víctimas por cada cien mil habitantes”.

Y además los analistas pudieron estimar que hubo al menos 3.507 muertes de intencionalidad indeterminada, registradas oficialmente como “averiguaciones de muerte”, y que consideramos son homicidios que permanecen sin aclarar y muchas veces sin investigar, y cuya tasa estimada es de 13,4 víctimas por cada cien mil habitantes.

En 2020 cayeron las cifras

Los resultados muestran una importante disminución en el número y en la tasa de muertes violentas en comparación con el año 2019.

En los homicidios cometidos por delincuentes el descenso fue del 37%, lo cual muestra la reducción de oportunidades para el crimen violento. La pandemia y la cuarentena han conllevado una reducción de las actividades de la criminalidad de las pequeñas bandas y un incremento de las bandas de crimen organizado. 

Ha ocurrido también un desplazamiento del contexto de la violencia, pues disminuye la violencia en los espacios lejanos y ajenos, y se incrementa en los cercanos y familiares.

La contracción en las averiguaciones de muerte fue del 24%. Esta categoría sigue siendo una zona oscura en el estudio de la criminalidad del país, y es posible un mayor subregistro por la falta de transparencia. Es posible estimar un incremento de las desapariciones como práctica de ocultamiento del crimen, tanto en zonas periurbanas como en los espacios rurales y selváticos, convertidos en territorios sin control. Aun así, esta categoría representa el 30% de los casos de muertes violentas, un porcentaje muy por encima de los estándares internacionales sobre el porcentaje de muerte de causa indeterminada considerados aceptables.

Y finalmente, en resistencia a la autoridad del 20%, siendo la menor de todas las reducciones del año 2020. 

La letalidad policial se sostuvo como práctica en todo el territorio nacional, mostrándose una diversidad en los lugares de ocurrencia y en los organismos oficiales ejecutores. Este año, y por primera vez en la historia, las muertes ocasionadas por los cuerpos policiales y catalogadas como resistencia a la autoridad son superiores, en términos absolutos y en las tasas, a los asesinatos que cometieron los delincuentes.

La disminución en la tasa de muertes violentas en el país debe ser comprendida en el contexto de los cambios ocurridos en la sociedad y en las transformaciones que han provocado esos cambios en las oportunidades del delito. Estos serían: a) La masiva emigración de venezolanos ha provocado un cambio demográfico en la sociedad que ha alterado su base poblacional. 

Con una emigración reciente de dos millones de personas, y una acumulada de seis millones y medio de habitantes, la sociedad se achicó de una forma notable en su conjunto, pero de mayor manera en la parte media de la pirámide poblacional. 

La reducción de la población se dio en el grupo entre los 20 y 40 años de edad, la etapa más activa y productiva de la vida, que es donde se ubican la mayoría de los emigrantes. Esto alteró la proporción entre las personas en edad productiva y las personas dependientes, de menos de quince años y más de 65. Una reducción tan grande y tan rápida de ese número de personas, altera las rutinas de la sociedad y reduce las actividades y circunstancias donde pueden ocurrir los delitos y la violencia.

Epidemia de violencia policial

Desde el año 2016 hay un aumento sostenido de la letalidad policial en relación a las muertes provocadas por los delincuentes. Cada año hay más víctimas por haberse resistido a la autoridad que los homicidios de cualquier otro tipo. En el año 2016, por cada cien homicidios hubo 28 personas que fallecieron en las actuaciones policiales que calificaron como muertes por haberse “resistido a la autoridad”. 

En 2017 fueron 34 por cada cien; en 2018 fueron 72 por cada cien; en 2019 fueron 88 por cada cien y en este año 2020, por primera vez, fueron más los muertos por los policías que por los delincuentes: 101 por cada cien homicidios delincuenciales.

La letalidad policial se ha extendido por todo el país, parece ser la única política de seguridad que se ha estado implementando. En doce estados del país la policía mató más que los delincuentes. Es decir, en la mitad de entidades federales la letalidad policial fue superior a la letalidad vinculada a la delincuencia.

En 18 municipios del país no hubo homicidios cometidos por delincuentes, pero sí víctimas de la violencia policial. En el municipio Roscio del estado Bolívar las autoridades mataron cinco veces más que los delincuentes, en Guanare cuatro veces más, en el municipio Simón Bolívar de Miranda, San Francisco de Yare, cuatro veces más. En los municipios San Francisco y Maracaibo del Zulia tres veces más, al igual que en Barinas. En el municipio Iribarren del estado Lara, en Barquisimeto, fueron 2,6 veces más, la policía mató a 103 personas más que los delincuentes.

En 112 de los 335 municipios del país, es decir, en un tercio de los municipios, las muertes por la supuesta resistencia a la autoridad superaron a los homicidios ocasionados por cualquier otro delito: robo, venganza, pasionales.

Cómo son las víctimas de la violencia policial

El 90% de las víctimas de la resistencia a la autoridad tenía entre 18 y 40 años, las autoridades afirman que el 66% de ellas tenían prontuario policial, en su totalidad eran venezolanos. De los 4.231 víctimas de la letalidad policial, 82 tenía entre 12 y 17 años, y hubo tres niños menores de 11 años que supuestamente murieron por haberse resistido a la autoridad.

Los cuerpos policiales que participaron en estas acciones se han ido diversificando. La mitad de las víctimas cayeron en las acciones de la PNB y del CICPC. En el caso de la PNB, el 82% de las víctimas las ocasionó las FAES. En el 12% se debieron a funcionarios de la GNB y en el 20% a las policías estadales. Una variedad notable de grupos policiales se han formado en las policías de los estados, y todos ellos han participado, hasta una Brigada Canina se ha encargado de realizar las ejecuciones extrajudiciales.

Es por esto que en quince entidades federales las muertes por resistencia a la autoridad tuvieron una condición de epidemia y los fallecidos por este motivo hayan sido cuatro veces más que los que mató el Covid-19 en el año 2020.

La mortalidad por violencia durante 2020 tuvo como víctimas principales los hombres, quienes representaron el 91% de los fallecidos. La mayoría de estos hombres se encontraban en la edad productiva y cuando mayor aporte podían ofrecer a la sociedad y sus familias; el 68% tenían entre 18 y 40 años de edad y en un 99% eran venezolanos por nacionalidad.

Más muertes por armas blancas

Un cambio importante que se pudo encontrar en el año 2020 fue un incremento en el uso de armas blancas para cometer los asesinatos, representando un 14% del total. Esto ha ido acompañado de una disminución en las muertes ocasionadas por armas de fuego, lo cual puede atribuirse a los altos costos que empezaron a tener las municiones para los integrantes de las bandas menores. También muestra el proceso de concentración del poder de las bandas grandes, quienes sí tienen capacidad financiera para tener acceso y comprar o negociar armamento de mayor calibre o de mayor poder destructivo, como las granadas. 

El mayor uso de las armas blancas en robos y homicidios indica, por un lado, la participación de nuevos delincuentes en la actividad delictiva, quienes actúan de manera individual y aislada. Y por el otro lado, su utilización en los casos de violencia doméstica o de género en este periodo de encierro y parálisis social.

Las cinco entidades federales con la mayor tasa de violencia en 2020 se han mantenido casi iguales en los últimos años. De esas cinco, tres corresponden al eje centro norte costero del país: Miranda (70,7), Distrito Capital (56,2) y Aragua (60,5), que ha sido el núcleo tradicional de la violencia en el país, y dos se corresponden a los nuevos territorios de la violencia: los estados Bolívar (62) y Sucre (61,3), dos entidades donde se ha concentrado la actividad del crimen organizado dedicado al tráfico de drogas, minerales preciosos y personas.
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