Accidentes de tránsito dejaron 103 personas muertas en julio
De ese total, 65 eran motorizados y sus acompañantes, 63% según el informe del OSV
La madrugada del domingo 7 de julio, en el estado Lara, dos accidentes ocurrieron de manera casi simultánea, en ellos cuatro jóvenes perdieron la vida. Camila Valentina Rodríguez, de 19 años, murió de manera instantánea al salir despedida cuando su acompañante perdió el control de la moto en que viajaban, su amigo murió horas más tarde en el hospital central de la ciudad. En otro suceso perecieron Ángel Chirinos, de 23 años, y un amigo no identificado.
Días antes, el 3 de julio, un comerciante identificado como Arnaldo Marcano, de 41 años de edad, murió en el estado Bolívar en otro siniestro tras quedar atrapado entre los hierros retorcidos del jeep en que viajaba y que se incendió tras volcar.
Los accidentes de tránsito se han convertido en una epidemia que ha cobrado miles de vidas en el país. Según cifras de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en el mundo ocurren cerca de un millón 300 mil muertes anuales por este motivo. Lo más grave es que las cifras se disparan en los países en vías de desarrollo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las tasas de mortalidad son más altas en los países de bajos ingresos que en los de altos ingresos. Incluso en los llamados países desarrollados, las personas que viven en entornos económicos más pobres tienen tasas más altas de accidentes con lesiones mortales y no mortales que las más ricas.
“Las personas que viven en la pobreza tienen significativamente más probabilidades de sufrir accidentes que los ricos”, aseguró el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Se observa cómo esa tendencia se refleja en nuestro país por la mayor cantidad de personas que mueren en accidentes de tránsito protagonizados por vehículos más económicos, como motocicletas, y este aumento es significativamente mayor en comparación con quienes perecen en vehículos más costosos.
Cifras locales
Es importante destacar que el informe del Observatorio de Seguridad Vial (OSV), como todo lo que tenga que ver con datos oficiales en Venezuela, representa una parcialidad, que el total de accidentes o los decesos ocurridos en un período no es el mismo que los accidentes reportados a través de medios de comunicación, redes sociales o las pocas minutas que logran salir a la luz pública. El secretismo impide obtener cifras que permitan hacer análisis reales.
Debido a esta situación, el OSV diseñó un sistema de recopilación de datos que les permite evaluar, hacer seguimiento de la situación mes a mes y elaborar un informe que permite tener una visión de la situación de los accidentes de tránsito en el país.
En este sentido, según su último informe, se registraron al menos 272 accidentes de tránsito, con un saldo de 103 personas muertas durante el mes de julio. De ese total, 65 eran motorizados y sus acompañantes, porcentaje que representa el 63%.
El informe correspondiente a julio arroja que el segundo lugar entre las víctimas mortales lo ocuparon los peatones, con 15% o 16 víctimas mortales; los ocupantes de vehículos fueron 13% y los ciclistas fueron el 1%.
Al analizar los rangos etarios de las víctimas se observa que la mayoría tenía entre 15 y 29 años. La mayor cantidad de fallecidos, 17, tenían entre 20 y 24 años, seguidos por los de 15 a 19 y de 25 a 29 años, ambos con 11 víctimas cada uno.
Motos, benditas motos
Uno de los datos que resalta del informe es que 345 vehículos estuvieron implicados en los accidentes ocurridos durante julio. De ellos las motocicletas ocuparon el primer lugar con al menos 176 de los 231 casos reseñados; en otras palabras, más del 76% de los vehículos implicados fueron motos.
Esta situación se ha visto exacerbada por la cantidad de motocicletas que durante los últimos años se comercializaron en todo el país.
Los otros vehículos involucrados fueron, en segundo lugar, los automóviles (25,51%), vehículos de carga (8,99%), camionetas (6,38%), autobuses (5,22%), vehículos especiales (1,74%) y finalmente bicicletas (0,87%).
Ir más rápido no implica llegar
En al menos 59 accidentes de tránsito registrados por la prensa en julio, la principal causa fue el exceso de velocidad. La seguida fue una causa denominada “bajo investigación”. En 23 casos la impericia del conductor fue el detonante del siniestro.
En 15 casos el accidente ocurrió por fallas mecánicas, en seis el consumo de alcohol al conducir, en tres el accidente ocurrió debido al mal estado de las vías, y en otros tres el conductor se quedó dormido. En dos casos el siniestro ocurrió por clima adverso y se registró la muerte de una persona al caer de un vehículo en marcha.
Los heridos representan un drama oculto
Vale destacar que estos accidentes además dejaron un saldo de 334 personas heridas, lo que extrapolado a un año podría representar una cifra superior a los tres mil lesionados anuales.
Al respecto, la OMS señala que anualmente en el mundo entre 20 y 50 millones de personas resultan con heridas no mortales en accidentes de tránsito, lo grave es que muchas de ellas terminan con discapacidades permanentes.
Esto último representa un problema grave que permanece oculto y que implica muchos retos para los afectados, quienes deben afrontar las condiciones de eso llamado “situación país”, que implica falta de acceso y altos precios en medicamentos y equipos, obstáculos para las personas con discapacidades, falta de empleo y un sinfín de limitaciones que afectan su calidad de vida.
Días antes, el 3 de julio, un comerciante identificado como Arnaldo Marcano, de 41 años de edad, murió en el estado Bolívar en otro siniestro tras quedar atrapado entre los hierros retorcidos del jeep en que viajaba y que se incendió tras volcar.
Los accidentes de tránsito se han convertido en una epidemia que ha cobrado miles de vidas en el país. Según cifras de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en el mundo ocurren cerca de un millón 300 mil muertes anuales por este motivo. Lo más grave es que las cifras se disparan en los países en vías de desarrollo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las tasas de mortalidad son más altas en los países de bajos ingresos que en los de altos ingresos. Incluso en los llamados países desarrollados, las personas que viven en entornos económicos más pobres tienen tasas más altas de accidentes con lesiones mortales y no mortales que las más ricas.
“Las personas que viven en la pobreza tienen significativamente más probabilidades de sufrir accidentes que los ricos”, aseguró el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Se observa cómo esa tendencia se refleja en nuestro país por la mayor cantidad de personas que mueren en accidentes de tránsito protagonizados por vehículos más económicos, como motocicletas, y este aumento es significativamente mayor en comparación con quienes perecen en vehículos más costosos.
Cifras locales
Es importante destacar que el informe del Observatorio de Seguridad Vial (OSV), como todo lo que tenga que ver con datos oficiales en Venezuela, representa una parcialidad, que el total de accidentes o los decesos ocurridos en un período no es el mismo que los accidentes reportados a través de medios de comunicación, redes sociales o las pocas minutas que logran salir a la luz pública. El secretismo impide obtener cifras que permitan hacer análisis reales.
Debido a esta situación, el OSV diseñó un sistema de recopilación de datos que les permite evaluar, hacer seguimiento de la situación mes a mes y elaborar un informe que permite tener una visión de la situación de los accidentes de tránsito en el país.
En este sentido, según su último informe, se registraron al menos 272 accidentes de tránsito, con un saldo de 103 personas muertas durante el mes de julio. De ese total, 65 eran motorizados y sus acompañantes, porcentaje que representa el 63%.
El informe correspondiente a julio arroja que el segundo lugar entre las víctimas mortales lo ocuparon los peatones, con 15% o 16 víctimas mortales; los ocupantes de vehículos fueron 13% y los ciclistas fueron el 1%.
Al analizar los rangos etarios de las víctimas se observa que la mayoría tenía entre 15 y 29 años. La mayor cantidad de fallecidos, 17, tenían entre 20 y 24 años, seguidos por los de 15 a 19 y de 25 a 29 años, ambos con 11 víctimas cada uno.
Motos, benditas motos
Uno de los datos que resalta del informe es que 345 vehículos estuvieron implicados en los accidentes ocurridos durante julio. De ellos las motocicletas ocuparon el primer lugar con al menos 176 de los 231 casos reseñados; en otras palabras, más del 76% de los vehículos implicados fueron motos.
Esta situación se ha visto exacerbada por la cantidad de motocicletas que durante los últimos años se comercializaron en todo el país.
Los otros vehículos involucrados fueron, en segundo lugar, los automóviles (25,51%), vehículos de carga (8,99%), camionetas (6,38%), autobuses (5,22%), vehículos especiales (1,74%) y finalmente bicicletas (0,87%).
Ir más rápido no implica llegar
En al menos 59 accidentes de tránsito registrados por la prensa en julio, la principal causa fue el exceso de velocidad. La seguida fue una causa denominada “bajo investigación”. En 23 casos la impericia del conductor fue el detonante del siniestro.
En 15 casos el accidente ocurrió por fallas mecánicas, en seis el consumo de alcohol al conducir, en tres el accidente ocurrió debido al mal estado de las vías, y en otros tres el conductor se quedó dormido. En dos casos el siniestro ocurrió por clima adverso y se registró la muerte de una persona al caer de un vehículo en marcha.
Los heridos representan un drama oculto
Vale destacar que estos accidentes además dejaron un saldo de 334 personas heridas, lo que extrapolado a un año podría representar una cifra superior a los tres mil lesionados anuales.
Al respecto, la OMS señala que anualmente en el mundo entre 20 y 50 millones de personas resultan con heridas no mortales en accidentes de tránsito, lo grave es que muchas de ellas terminan con discapacidades permanentes.
Esto último representa un problema grave que permanece oculto y que implica muchos retos para los afectados, quienes deben afrontar las condiciones de eso llamado “situación país”, que implica falta de acceso y altos precios en medicamentos y equipos, obstáculos para las personas con discapacidades, falta de empleo y un sinfín de limitaciones que afectan su calidad de vida.
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