La muerte es un hecho inevitable al cual nos enfrentaremos todos. A pesar de ello, es un tema tabú que no forma parte de las conversaciones diarias ni de nuestra educación formal. La formación religiosa la toca tangencialmente, solo para convertirla en una especie de puerta en el camino hacia otra vida, que puede ser reencarnación, cielo, infierno, orún, valhalla, la nada o cualquier otro hipotético espacio al que se dirige nuestra energía espiritual al morir.

Sobre el después de la vida no se sabe nada. Es una discusión que ha enfrentado a hombres y religiones durante siglos. Al final el tema sobre qué ocurre se circunscribe a la fe, o sea que algo existe solo porque creemos en ello.

El fin natural de la vida
El asunto es que lo que nos atañe es ese momento entre el estar vivo y el dejar de estarlo: la muerte.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 60 millones de personas mueren cada año en el mundo, la mayoría de ellas, por “causas naturales”, o por enfermedades, estilo de vida, hábitos y, por supuesto, el envejecimiento. Además están los accidentes laborales, domésticos, de tránsito, los homicidios y otras causas violentas, como la guerra.

Debemos reconocer que más del 60% de los fallecimientos, unos 36 millones de personas, mueren por causas naturales. Las principales causas son enfermedades cardiovasculares, respiratorias, cáncer, obesidad, diabetes y condiciones mentales.

Es importante destacar que muchas de estas muertes son prevenibles con mejoras en las condiciones sanitarias y dotación de agua potable para las poblaciones vulnerables. También con cambios en dietas y estilos de vida, y erradicación de hábitos nocivos como el cigarrillo, las drogas o el alcohol.

Accidentes domésticos
El listado de causas de muerte continúa con los accidentes domésticos, que según la OMS provocan el fallecimiento de alrededor de 4,4 millones de personas al año.

Los accidentes domésticos son esos acontecimientos inesperados, fortuitos y fuera del control que ocurren en el hogar: patio, jardín, garaje, escaleras, accesos, habitaciones, baños.

Los accidentes más comunes son las caídas. Además están los accidentes en las cocinas con incendios, explosiones y cortaduras graves; contacto con la electricidad; asfixia con monóxido de carbono, gas doméstico o alimentos; intoxicaciones con productos de limpieza o medicamentos; ahogamientos en bañeras, tobos y pozos, y ataques por animales domésticos, entre otros.

Son muertes que pueden ser prevenidas tomando medidas de seguridad, como que niños y adultos mayores tengan una supervisión especial.

La Pelona llega al trabajo
Un lugar importante en la cantidad de decesos a nivel global lo ocupan los accidentes laborales, que agrupan unos dos millones de muertes por año.

Los traumatismos ocupacionales representan 19% de las muertes y son aproximadamente 360 mil decesos anuales. Estos incluyen caídas, golpes, atrapamientos, aplastamientos, arrollamientos, explosiones, quemaduras, envenenamiento, asfixia, amputaciones, choques y exposición a productos tóxicos, entre otros.

Además las muertes relacionadas con el trabajo incluyen enfermedades provocadas por fallas en las condiciones de seguridad laboral, unos 450 mil trabajadores mueren cada año por fallas en los equipos de protección.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la OMS consideran que unas 750 mil muertes anuales son causadas por largas horas de trabajo, estrés, fatiga y problemas graves de salud .

Siniestros viales
Otra de las causas de muerte que acumula millones de víctimas son los accidentes de tránsito. Según cifras de la OMS, cada año mueren al menos un millón 300 mil personas en accidentes de tránsito y millones más resultan heridas.

Las causas principales de estos accidentes suelen estar relacionadas con factores humanos, vehiculares y viales. Los factores humanos son tres: imprudencia, impericia y negligencia. Entre ellos están consumo de alcohol, distracción por uso del celular u otros objetos, exceso de velocidad, peleas en carreteras y fatiga.

Los factores vehiculares incluyen el mal estado y falta de mantenimiento de vehículos, mientras que entre los factores viales están la deficiente infraestructura, falta de señalización e inadecuada iluminación.

El infaltable monstruo de la violencia
A todas estas causas se agrega la violencia, que anualmente acaba con cerca de dos millones de personas. Según la OMS, en el mundo se registran aproximadamente 1,6 millones de muertes por causas violentas, que incluyen homicidios, violencia interpersonal y colectiva y conflictos armados.

La principal causa de homicidios es la desigualdad económica y pobreza que inciden en la violencia y estimulan el surgimiento del crimen organizado -pandillas y organizaciones criminales-, responsable de gran parte de los hechos.

Los conflictos personales, las disputas y las venganzas son otras de las causas comunes de homicidio.

La violencia por razones de género es una de las causas más importantes de muertes violentas en el contexto de las relaciones intrafamiliares.

Las muertes a manos de organismos de seguridad y militares pueden ser consideradas como homicidios cuando el funcionario actúa fuera del ordenamiento legal, incluidos casos de exceso en el uso de la fuerza y ejecuciones extrajudiciales.

Finalmente deben destacarse las muertes ocurridas en conflictos armados y guerras. Para diciembre de 2023 se registraron aproximadamente 267.700 muertes relacionadas con conflictos armados, 14% más que el año anterior.