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Sombras del mal: El Doctor Muerte prefería la morfina

Un médico es considerado el asesino en serie más prolífico de la historia de Reino Unido

  • CARLOS D' HOY

24/09/2023 06:00 am

Los médicos son profesionales que juran atender y tratar a sus pacientes. Salvan vidas, dan esperanzas, investigan enfermedades; algunos hasta son considerados santos que caminan sobre la tierra.

Pero algunos, en lugar de salvar vidas, las apagan. Esta es la historia de un médico que encabeza el listado de asesinos en serie más prolíficos del Reino Unido: Harold Shipman, el “Doctor Muerte”.

Shipman nació el 14 de enero de 1946 en el seno de una familia metodista. Su infancia fue normal junto a sus tres hermanos; su padre, conductor de un camión, y su madre, dedicada al cuidado de los hijos.

A los 17 años, su madre enfermó de cáncer de pulmón, enfermedad que además de causarle una gran agonía, marcó al joven Shipman, quien se encargó de brindarle los cuidados necesarios. Durante esa etapa fue testigo de cómo la única droga que la ayudaba eran las inyecciones de morfina para calmarle el dolor.

Tras la muerte de su madre se dedicó a jugar rugby, eso le abrió las puertas a la Facultad de Medicina de la Universidad de Leeds. Posteriormente, fue considerado un médico de trato afable y cercano a sus pacientes, en su mayoría mujeres de mediana edad.

Hacemos un aparte para adentrarnos en el sistema de salud británico, que le permitió matar casi sin ser percibido. En ese sistema el médico de familia es una de sus bases: visita y atiende a los enfermos en casa, conoce las historias familiares y los pacientes son remitidos a hospitales solo si es necesario. Eso le dio gran libertad de movimiento.

En 1974 fue detenido al tratar de comprar morfina con el récipe de un paciente. Le ordenaron rehabilitarse, y luego… comenzó a matar. En 1975 apareció su primera víctima, Eva Lyons.

El asesino operó casi siempre de la misma forma. La mayoría de sus víctimas eran mujeres que no eran de su agrado. Las asesinaba en las tardes y no permitía que nadie estuviera cuando las atendía. Las mataba inyectándoles dosis letales de morfina. Al avisar el deceso, redactaba el certificado de defunción.

Asesinó rutinariamente hasta 1992. Cuando hubo un incremento en las muertes bajo su cuidado levantó sospechas de una colega y fue denunciado. Pero el caso se consideró un rumor.

Su suerte cambió el 24 de junio de 1998, cuando murió Kathleen Grundy, de 81 años. Su muerte pudo haber pasado desapercibida, pero Shipman había falsificado el testamento de Grundy desheredando a la hija, una abogada que, extrañada, pidió que se investigara el deceso. La autopsia dejó todo al descubierto.

El 7 de septiembre de 1998, Shipman fue detenido y el 5 de octubre de 1999 se inició un juicio por 15 muertes ocurridas entre 1995 y 1997. El 31 de enero de 2000 fue hallado culpable y condenado a 15 cadenas perpetuas.

Las investigaciones continuaron y el 19 de julio de 2002 se acusó al “Doctor Muerte” de asesinar al menos a 215 pacientes desde 1975. La cifra podría alcanzar las 260 víctimas.

Shipman se suicidó en su celda el 13 de enero de 2004.

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