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Conociendo los delitos sexuales

La crisis económica y el confinamiento ahondaron la vulnerabilidad de niñas, adolescentes y mujeres.

  • CARLOS D' HOY

20/11/2022 08:00 am

En una sociedad hipersexualizada, el sexo se convirtió en una mercancía más, consumida masivamente a través de las redes sociales. En esta sociedad los delitos sexuales parecen incrementarse, mientras que, día tras día, las autoridades centran su atención en la lucha contra el abuso, la explotación y la subyugación de una persona por razones de su edad, sexo y género.

La Oficina para las Mujeres de la Organización de las Naciones Unidas, estima que 35% de las mujeres de todo el mundo ha sufrido violencia física y o sexual en algún momento de sus vidas, estas cifras no incluyen el acoso sexual.

Por su parte, la Unicef considera que alrededor de 15 millones de mujeres adolescentes entre 15 y 19 años de todo el mundo han sido obligadas a mantener relaciones sexuales forzadas.

Millones de mujeres, niñas y adolescentes, año tras año son atacadas, vulneradas, secuestradas, comercializadas como productos, alrededor del mundo, y lo más grave es que a pesar de la existencia de leyes y campañas para atacar este flagelo, las cifras parecen no retroceder.

Violencia sexual y crisis humanitaria
La psicóloga Magdymar León, coordinadora de la Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa (Avesa), recordó que la Organización Mundial de la Salud define la violencia sexual como los “actos que van desde el acoso verbal a la penetración forzada y una variedad de tipos de coacción, desde la presión social y la intimidación a la fuerza física”.

La especialista restalta que la violencia sexual no conoce de fronteras, “es una realidad que se vive en cualquier país, clase social o religión. En todos lados se encuentra, sea en tiempos de estabilidad y de crecimiento como en las crisis y guerras, cuando se intensifica”.

Los años de crisis política, social y económica vividos en Venezuela, aunados a los efectos de las restricciones de movilidad por la pandemia del Covid-19, profundizaron la pobreza e incrementaron las desigualdades sociales, impusieron nuevas dinámicas cuyos efectos apenas estamos vislumbrando y que hicieron más vulnerables a los débiles, uno de estos es la explosión de casos de violencia sexual y femicidios.

¿Cuáles son los delitos sexuales?
El Código Penal, la Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y Adolescente (Lopnna) y la Ley Orgánica para el Derecho a la Mujer a una Vida Libre de Violencia (Lopdmvlv) tratan los delitos relacionados con violencia y abuso sexua, delitos que tienen como eje común el abuso sexual sobre las víctimas.

El artículo 15 de la Lopdmvlv, define la violencia sexual como “toda conducta que amenace o vulnere el derecho de la mujer a decidir voluntaria y libremente su sexualidad, comprende no solo el acto sexual, sino toda forma de contacto o acceso sexual, genital o no genital, tales como actos lascivos, acceso carnal violento o la violación”.

Por su parte, el Código Penal, en su artículo 374, señala que violación sexual ocurre cuando se obliga a una persona a un acto carnal por vía vaginal, anal u oral o introducción de objetos por medio de violencia o amenazas.

El artículo 259 de la Lopnna condena con prisión de dos a seis años a quien realice actos sexuales con niños o niñas, o que participe en ellos. Además establece responsabilidad penal para quienes se valen de la relación de autoridad que tenían con la víctima para cometer estos actos, y el artículo 260 condena los actos sexuales con adolescentes.

En la violación la penetración por parte del agresor es la característica principal del delito, mientras que en los actos lascivos son acercamientos, roces y tocamientos de naturaleza sexual que pueden involucrar contacto físico, pero no llega a la penetración.

El artículo 376 del Código Penal condena con prisión de seis a treinta meses los actos lascivos cuando se cometen bajo abuso de autoridad, confianza o relaciones domésticas y el artículo 378 aumenta la pena cuando ocurre contra menores de 16 años.

El acoso sexual, según el artículo 15 de la Lopdmvlv es la solicitud de actos o comportamientos de contenido sexual, intentar acercamientos sexuales no deseados por parte de un hombre, quien valiéndose de superioridad laboral, jerárquica o docente, bajo amenazas expresas o tácitas de causar daño a las legítimas expectativas que la mujer pueda tener en el ámbito laboral o educativo”.

En la prostitución forzada se obliga mediante fuerza amenaza o coaccióna una persona a realizar actos sexuales.

Por otra parte en la esclavitud sexual, la trata y el tráfico de mujeres se produce la privación de la libertad de la víctima por el agresor. En la esclavitud sexual encontramos la privación ilegítima de libertad de la mujer con el objetivo de sacar beneficios económicos al obligarla a realizar actos de naturaleza sexual.

La ley define la trata de mujeres como la captación, traslado y acogida de mujeres niñas o adolescentes mediante rapto, coacción o engaño. Sl objetivo es la explotación sexual, trabajo forzado o incluso extracción de órganos.

Mientras que en el tráfico de mujeres, niñas y adolescentes, el objetivo es obtener beneficios económicos al trasladar a sus víctimas dentro o fuera del país.

Complementaria
20 de cada 100 víctimas de violencia sexual son niños

Según el estudio “Violencia sexual. Un fenómeno oculto en la experticia medicolegal” de cada 100 víctimas de casos de violencia sexual registrados durante el estudio, 20 eran menores de seis años de edad.

Los médicos que elaboraron el estudio detectaron que en 43,18% de los casos la violencia ocurrió en la casa de la víctima; en 15,90 % ocurrió en la de un familiar o conocido; otro 15,90 % en ancianatos y guarderías, con lo que queda en evidencia que el agresor se aprovechará de los espacios seguros y de la vulnerabilidad de las víctimas.

Al estudiar la relación entre víctima y victimario, 24% de los agresores eran vecinos, 15% padrastros; 10% tíos; 9% novios y 7% padres. Así como primos, amigos, cuñados, abuelos, hermanos, hermanastros, padrinos, profesores, amigos y compañeros de clase, todos cercanos a la víctima.

Destaca la alta incidencia de vecinos y novios como agresores. Los vecinos son de “confianza” de las víctimas y su entorno y se aprovechan de eso para cometer los abusos, lo mismo ocurre con los novios de las víctimas, lo que deja en evidencia el riesgo de las mujeres al relacionarse con personas capaces de violentarlas sexualmente.

Este estudio insiste en desmitificar la creencia popular de que los hechos de violencia sexual ocurren en lugares extraños, calles oscuras, parques solos, viviendas abandonadas y a manos de desconocidos, la realidad es que la violencia sexual es premeditada por agresores y ocurre la mayoría de las veces en los sitios donde la víctima siente seguridad y confianza, lo que le da ventaja al agresor que puede actuar libremente y con impunidad.


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