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Historias de la Violencia: El decapitador de Los Lagos

En 2007 encontraron el cadáver decapitado de un hombre en una zona boscosa de Los Lagos en Los Teques.

  • CARLOS D' HOY

18/07/2021 07:48 pm

Hay historias que como si fuesen una cicatriz marcada con fuego se graban en la memoria de las comunidades. Historias que se terminan convirtiendo en parte de las leyendas que se cuentan a la luz de las velas para asustar a los niños y que se convierten en parte de la cultura de los pueblos.

Las bucólicas neblinas, que de vez en cuando arropan a Los Teques cubrieron uno de los asesinatos más terribles de esa ciudad. La noche del 17 de junio de 2007 Luis de la Caridad González Caso, un migrante cubando de 82 años, era asesinado y decapitado en su apartamento.

El cadáver fue abandonado en una zona boscosa cercana al edificio donde vivía. Los restos fueron descubiertos la mañana del 18 de junio por una mujer que buscaba hierbas medicinales y vio una silla de ruedas tirada y en ella se encontraba cuerpo cubierto con una sábana ensangrentada.

Cuando llegaron los peritos forenses se supo que la víctima había sido decapitada y la cabeza había desaparecido.
 
Horas más tarde Luis Gustavo González Siso, “Lucho”, hijo de crianza de la víctima, regresaba a su casa con un morral en sus espaldas, al ver a la policía intentó huir, lanzó el morral a un lado y corrió, pero fue capturado. Al revisar el bolso encontraron la cabeza perdida. Fue así como se ganó el apodo que lo acompañó hasta su muerte.

Historia de una locura
Lucho había combatido con la locura. En 1991 había asesinado a su novia Christine Cora Spamer Boces y fue recluido por dos años en el Hospital Psiquiátrico de Lídice. Se escapó y fue enviado por su familia a Cuba, donde estuvo bajo tratamiento por 10 años.
 
Más tarde regresó al país y se hizo experto en artes marciales, pero fue expulsado de la escuela de kárate cuando le descubrieron un arma. Por eso amenazó con asesinar a su maestro y su familia, regresaba al manicomio, pero lo dieron de alta y terminó cortándole la cabeza a su papá.

Lucho, dueño de una incontrolable fuerza física cuando estaba bajo los efectos de drogas o de las crisis, estaba preso en un calabozo que no estaba adecuado para contenerlo, intentaría escapar en varias oportunidades dejando a varios policías lesionados, y en una oportunidad casi lo logra.
 
En esos mismos calabozos uno de los tres demonios que quería domar lo encontró y atacó a un preso identificado como Samir Antonio Barrios, de 47 años, a quien golpeó y estranguló casi hasta matarlo, le causó daño cerebral severo.
 
Luego de varios intentos infructuosos, Lucho fue enviado al Hospital Psiquiátrico “Luis Daniel Beauperthuy,” de Maturín, de donde escapó en 2009.

En un giro de la historia, Lucho fue capturado por un grupo de campesinos quienes lo lincharon, le dieron de beber veneno y lo intentaron ahorcar. El agonizante hombre fue localizado por la policía y enviado a un hospital donde agonizó hasta enero de 2010, cuando falleció producto de las lesiones que tenía, finalmente se libraba de los demonios que lo persiguieron a lo largo de su vida.
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