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Vocación por el trabajo, pasión por la creatividad

“Venezolano por más de quince generaciones, cree en la meritocracia y en la dedicación, el compromiso y el trabajo. Hoy ve hacia atrás con orgullo y hacia delante con esperanza”.

  • Diario El Universal

18/07/2020 05:03 pm

CAROLINA JAIMES BRANGER
ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL

Uno de los mejores publicistas del país, se formó bajo la égida de su padre, Carlos Eduardo Frías, uno de los forjadores de la modernidad en Venezuela. Formado en instituciones públicas tanto en el liceo como en la universidad, comenzó en ARS, la compañía de su padre, como mensajero. Luego pasó por todos los departamentos. Eso le reforzó los acendrados valores que tiene. Su noción del tiempo es de respetar el de los demás tanto como el suyo. En el trabajo ha continuado la obra de su padre, que ahora delega en sus hijas Mariantonia y Mariana. No concibe la vida sin su mujer, Elizabeth, y se siente feliz rodeado de mujeres. Colecciona hipopótamos desde que fue a un safari fotográfico en Kenia. Y Venezuela... todo está resumido en el eslogan que creó para Corpoturismo: “un país para querer”.


Fernán Frías Palacios con sus padres, Antonia Palacios y Carlos Eduardo Frías

-Estudiaste en liceos públicos, en una época cuando éstos eran mejores que los colegios privados. ¿Qué sientes y piensas cuando ves en lo que se ha convertido la educación venezolana?
- Mis estudios se llevaron a cabo siempre en colegios y universidades públicas… me costó mucho entender el porqué de ese proceder de mis padres; fue mucho después que me percaté la excelencia del profesorado del que tuve el honor y privilegio de recibir clases. Es cierto que esos eran otros tiempos, tiempos de “velocidad pausada”, que nos permitían pensar y actuar reflexionando…hoy nos llevan a “otra velocidad” que nos obliga a adaptarnos a ella y a su creatividad explosiva.

La educación pública venezolana actual es una compilación triste de fracasos, caminos equivocados, irrespeto total por el gremio de maestros y profesores y la falta absoluta de un norte o, mejor dicho, el querer imponer un cambio de norte basados en ideologías políticas como el comunismo o el mal llamado socialismo del siglo XXI.

Hoy tenemos un sistema con un pénsum que premia el NO ESFUERZO del estudiante, que no propulsa la meritocracia, sino la mediocridad, sin tomar en cuenta que en la escuela y la universidad es donde se gesta la necesaria formación de los futuros profesionales. Y sin embargo, vemos hombres y mujeres con una vocación de enseñanza admirable, que se dedican a combatir este contexto, con dedicación y compromiso, trabajando con las uñas por brindarle la mejor educación posible a sus alumnos. 

Carlos Eduardo Frías, fundador de Ars; con su hijo Fernán Frías Palacios

-Tu padre fue uno de los forjadores de la Venezuela moderna. ¿Qué fue lo más importante que aprendiste de él?
-Lo más importante es haber convivido con él, estar a su lado aprendiendo, sin darme cuenta. No por una enseñanza didáctica, como en el colegio, sino a través del modelaje, siempre guiado por él, de su mano, viviendo de cerca su manera de actuar y cómo el me permitió a mí, en ocasiones, actuar. Es un ejemplo a seguir…muy difícil de igualar, pero se hace el esfuerzo.

Carlos Eduardo siempre le dio mucha importancia al talento cultivado, a la cultura, y dada su faceta de escritor, obviamente valoraba el buen uso del lenguaje: la formulación de la oración, la importancia de los adjetivos bien usados, lo necesario de un vocabulario amplio.

Me enseñó a valorar el tiempo…a entender que el de uno no es más importante que el de los demás, por lo que no debía perder mi tiempo y menos, hacérselo perder a los otros… así tendríamos una fórmula exitosa para todos.

Me demostró lo valioso del colectivo, la importancia de los gremios, las ventajas de las asociaciones que buscan un objetivo común, siempre que no menospreciaran el valor y la riqueza que se encuentra en la individualidad del ser humano porque allí reside la genialidad. De él aprendí el valor de la palabra empeñada, de la honestidad y la ética profesional y personal en el proceder diario, del esfuerzo continuo, la vocación por el trabajo y la pasión por la buena creatividad.


-Dicen que fuiste “el primer pasante de ARS” porque tu primer trabajo fue llevar avisos a El Universal (en patines). ¿Qué recuerdas de aquella época?
-Ciertamente, fui el primer pasante de ARS. Comencé trabajando en el departamento de Prensa. Nuestra oficina quedaba en las esquina de Gradillas a Sociedad y resultaba fácil y conveniente llevar -en patines- los artes de los avisos que se publicarían en El Universal, que quedaba a media cuadra, de Sociedad a San Francisco, frente a la Plaza Bolívar.

Trabajé en muchos de los departamentos de ARS, sin que a eso se le llamara “pasantías”, pero lo eran, en efecto. Mi aprendizaje formal se inició en el departamento de Arte, para luego continuar por el departamento de Radio (no había televisión) y así sucesivamente por los distintos departamentos que conformaban la agencia. Esto me permitió formarme como un publicista integral, conocer la agencia desde adentro, a su gente –los arsianos- y ese contacto, relación y amistad con los integrantes de esos departamento, me ayudó a forjar mi carácter.


Tu disposición a aprender es admirable. ¿Cómo haces para adaptarte tan rápido –casi como un millennial- a los cambios tecnológicos?
-Mi disposición a aprender es parte de mi manera de ser. Mientras más complejos los problemas que me rodean, más me intereso por resolverlos. Me considero un buen escucha y como tal, me encanta entender qué está pasando, estar informado, conocer las últimas innovaciones y adaptarme a la realidad… aunque no me considero, ni de cerca, un millennial.

En lo tecnológico, estoy muy asombrado de todos los cambios que se han sucedido en el mundo. Es un hecho que actualmente vivimos muy interconectados y que la tecnología se ha convertido en una herramienta que juega un papel importante en los nuevos hábitos para interactuar.

Entonces, manejar lo mejor posible un Smartphone o una tablet, por ejemplo, ya es una necesidad, un reto diario que me mantiene al día. Me gusta aprender cosas nuevas para mi crecimiento, satisfacer mi curiosidad, enriquecer mis conocimientos, pero también porque la tecnología, la innovación, las tendencias, impactan enormemente a mi oficio de Publicista/ Comunicador.

Con su esposa Elizabeth Melchert de Frías y sus hijas Mariantonia y Mariana Frías Melchert 

-Me dicen que esperabas un hijo varón a quien le pondrías de nombre Rodrigo. Pero Rodrigo no llegó, sino Mariantonia y Mariana. También está tu esposa Elizabeth. ¿Cómo ha sido esa vida rodeado de mujeres?
-Un hijo varón…. Creo que todo hombre al casarse quiere continuar su apellido, por lo cual busca un sucesor varón. Recuerda que en esa época no soñaba en haber ecos, resultaba imposible saber con certeza el sexo de ese bebé; de ahí que habíamos escogido un posible nombre… pero, la verdad es que yo me siento más que feliz con mis tres mujeres. No puedo imaginar mi vida de otra manera: rodeado de mis mujeres….creo que es lo que todo varón debe desear. Soy el consentido y el consentidor. 

Con Elizabeth he compartido toda una vida. Son 63 años de matrimonio y 4 de novios, así que literalmente, no sé estar sin ella; más bien, no quiero estar sin ella. Mis dos hijas, Mariantonia y Mariana, cada una con su carácter más que definido, me llenan de orgullo. Ambas son una mujeres que ahora llaman “empoderadas”: talentosas, comprometidas y fajadas, que han logrado balancear lo personal y lo profesional, y con las que, además, tengo la suerte de haber compartido el trabajo en ARS, y ver cómo están continuando eso que comenzó Carlos Eduardo como “un derecho a soñar…”.

FOTO CORTESÍA REVISTA PRODUCTO

-Tienes una colección de hipopótamos... ¿alguna razón en particular?
-Colecciono hipopótamos luego de un viaje a Kenia, donde hicimos un safari fotográfico; ¡eso que ahora se llama ecoturismo, pues! Tuvimos la oportunidad de verlos en su hábitat, de cerca. Son animales extraordinarios. Los guías eran de la tribu Masai  y nos explicaron que, aunque se ven inofensivos y hasta graciosos, la realidad es que son de los animales más temibles de la selva. Me llamó la atención esa dicotomía, cómo las apariencias pueden ser realmente engañosas. Verás, yo soy Géminis, y dicen que somos un signo contradictorio…así que me identifiqué con los hipopótamos y comencé a coleccionarlos. Debo tener cerca de 700. En la familia hay una teoría de que ¡todos son “geminianos”! 


-¿Qué significa Venezuela para Fernán Frías Palacios?
-¿Qué significa Venezuela? Venezuela es mi TODO!!! Mi país, el de mi familia por más de 15 generaciones, el de mis hijas y mis nietos. Mi sentimiento diario, mi cuna, mi rincón, mi cueva, mi Ávila, mis nubes, mis playas, ríos y cascadas, mi gente… Me enseñaron a conocerla, a quererla, a dar todo por ella. Y he querido hacer eso mismo con mi familia.

La Venezuela de hoy está golpeada, olvidada y maltratada. Necesita mucho cuido y cariño, tesón y compromiso, entusiasmo y dedicación. Menos egoísmo, ignorancia, desapego e ideologías baratas y más liderazgo y visión, institucionalidad, democracia y libertad verdadera. Sigo creyendo que esa Venezuela es posible, que depende de nosotros, que estamos a tiempo de corregir el rumbo para que, con trabajo y en equipo, podamos convertirla en el mejor país del mundo.

Una de las campañas que más me enorgullece es la que hicimos para la Corporación Venezolana de Turismo, y que resume muy bien mis sentimientos: Venezuela, un país para querer.








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