Poco a poco, de repente... María Teresa
Cuando se escucha música venezolana en cualquier parte del mundo, su nombre salta a la palestra. Es María Teresa Chacín de López Contreras, cantante, madre, esposa, psicólogo, ciudadana integral
CAROLINA JAIMES BRANGER
-¿Por qué decidiste dedicarte a interpretar música venezolana cuando el rock and roll estaba descollando en el mundo cuando te iniciaste como solista?
-En realidad comencé a cantar música venezolana con Chelique y al mismo tiempo cantábamos también rock con Los Impala. Teníamos un programa en RCTV todas las tardes de música juvenil, en esa época hice cuatro long plays con los Impala donde versionábamos el rock del momento y lo combinábamos con diferentes tipos de música en el Show de Renny, donde estuve 9 años, estaba de moda la música brasileña, la española y la italiana y hasta canciones de protesta. Todavía hoy día incluyo siempre algo de rock en mis conciertos. En el CD “Canta Cuentos” con el que gané el Grammy Latino, grabé junto a Carlos Moreán el primer rock que llegó a Venezuela de la mano de Palito Ortega, “Despeinada”. Claro, la razón es que acompañaba a mi nieta a los Baby Gym y allí le ponían a los bebés esa música de los sesenta, justamente la misma de mis comienzos, entonces pensé cuando le dediqué el disco a mi nieta -que fue mi inspiración para ese proyecto- incluiré un rock de esa época.
- Háblame de tu experiencia con el Orfeón Universitario, al que siempre has estado ligada.
-Tantos discos hermosos que has grabado, tantos premios que has ganado, tantos músicos insignes a quienes has interpretado. Quiero preguntarte por tres de ellos: Aldemaro, Chelique y el Tío Simón.
-Son tres de mis cinco pilares. Los otros dos son Juan Vicente Torrealba y Manuel Graterol Santander. De hecho, cuando me dedico a la música venezolana en el año 70, mi primera grabación fue con Juan Vicente y en todos mis discos hay poemas hermosísimos de Graterolacho.
Aldemaro para mí un genio de la música; quedé prendada de su inspiración porque es un músico completo, no sólo por sus armonías, sino por sus letras. Y rebasó la copa con sus tres festivales de Onda Nueva. Por allí desfilaron los músicos, compositores y cantantes más importantes de la época. Aparte de los cuartetos vocales que presentaban sus canciones de manera impecable. Cuando grabé “De Repente” con arreglos de Alí Agüero, le envié la cinta a España con nuestro común amigo Toco Gómez. De inmediato me escribió felicitándome por el disco, elogiando a Alí y pidiéndome que grabáramos un disco juntos. Como por arte de magia me llegó una propuesta de grabar un disco con el músico y orquesta del mundo de mi elección y sin titubeos dije “con Aldemaro Romero y la Sinfónica de Londres”, el resultado fue una de la producciones que mayores satisfacciones me ha dado. Casualmente Aldemaro le envió el disco a su compadre Rubén Fuentes a México, Rubén se lo mostró a Armando Manzanero y seguidamente Armando me llamó, me dio una serenata por teléfono y me pidió que grabara un disco con él: al poco tiempo grabamos el disco “Ahora”. Desde entonces seguimos Aldemaro y yo cantando juntos por mucho tiempo. No he dejado nunca de interpretar sus canciones cada me gustan más y al público también.
En cuanto a Chelique, te diré que fue él quien me lanzó. Yo estaba en quinto año de bachillerato y recuerdo la actuación con él para estrenar el disco “Chelimanías”: fue en el espacio especial del Tío Saume al mediodía. Entré por la puerta grande, ya que Chelique era muy famoso con su “Ansiedad”. Después seguimos grabando varios discos, incluyendo los de rock con Los Impala y aunque parezca mentira, Chelique me hizo varias canciones y versiones rockeras que estrenábamos en el programa Club Musical que teníamos todas las tardes. Hemos seguido grabando hasta nuestros días, ya somos como hermanos. Con el grabé una de las canciones más importantes “En Este País”, cada día más vigente...
“¿Qué sería de la tonada si no existiera Simón?” fue la frase de un arreglo musical que le hice inspirado en el folklore “Llanerías para Simón” con letra de Graterolacho, que pertenece al CD “Para Simón de María Teresa”, un homenaje que le hice acompañada por “El Cuarteto”. Cuando nació mi hija Mariate, se presentó en la clínica y me dijo “no me voy de aquí hasta que te aprendas esta canción “Como Pequeña Gota de Rocío”, dedicada a mi niña. Cantamos juntos por muchos años por toda Venezuela, porque la gente lo quería y nosotros también.
-Estudiaste y te graduaste de psicólogo en la UCAB. ¿Cómo te las arreglaste para ser mamá, esposa, artista y psicólogo a la vez?
-Es la vida que me ha tocado. Por suerte, si uno hace lo que le gusta, todo fluye espontáneamente.
- Siempre se ha hablado de una supuesta rivalidad entre tu hermana Rosa Virginia y tú... ¿existe tal cosa?
-Por supuesto que no, admiro mucho a Rosa Virginia, la voz más dulce de Venezuela. Me inicié a cantar profesionalmente porque Chelique se quedó sin cantante, ya que mi hermana se había casado y se fue a vivir a Los Ángeles. Pertenecemos a una familia de cantantes, todos los domingos nos reuníamos en casa de mi abuela con mis tíos y mis primos y cantábamos todo el tiempo. Cuando Rosa Virginia se fue a los Estados Unidos por segunda vez, estuvo varios años sin cantar y le produje un disco para que regresara. Escogimos una canción de Chelique, “A Mi Regreso” y así se llamó el disco con arreglos de Carlos Moreán.
-¿Cuáles de los temas que has cantado son tus favoritos? Te adelanto que mi favorita es “Poco a poco”, de Aldemaro Romero.
-Tienes muy buen gusto Carolina, una vez Chelique le dijo a Aldemaro “la canción tuya que más me gusta es “Poco a Poco”, y Aldemaro le contestó: “te la cambio pelo a pelo por Ansiedad”….. No sabría decirte cuál es mi favorita, depende del momento y las circunstancias. Claro que disfruto mucho cuando le canto a mis pilares.
-¿Qué significa Venezuela para María Teresa Chacín?
-Venezuela es mi vida; su gente abierta como la esperanza, soñadora, romántica, solidaria, optimista, libre como el viento ¡e invencible! Ésa es la esencia que les he transmitido a mis hijos y ahora a mis nietos que comienzan a conocer esa historia del ser venezolano: ella me ha dado todo y no descansaremos hasta que la rescatemos.
ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL
Es un lujo tener de invitada hoy a María Teresa Chacín. La admiro desde que tengo memoria. Con sus canciones crecí, con sus canciones me enamoré, con sus canciones arrullé a mis hijas. La favorita del Tío Simón, de Chelique Sarabia, de Aldemaro Romero, de Juan Vicente Torrealba y de Graterolacho, a quienes considera sus “pilares”, sigue activa y haciendo lo que le gusta: cantar. Hoy su nieta sigue sus pasos. Sigue cantando en los aniversarios importantes del Orfeón Universitario, donde aprendió el arte de compartir. Venezuela es su vida y está segura de que la recuperaremos.
FOTO CORTESÍA PERLA VILLAZÁN
-¿Por qué decidiste dedicarte a interpretar música venezolana cuando el rock and roll estaba descollando en el mundo cuando te iniciaste como solista?
-En realidad comencé a cantar música venezolana con Chelique y al mismo tiempo cantábamos también rock con Los Impala. Teníamos un programa en RCTV todas las tardes de música juvenil, en esa época hice cuatro long plays con los Impala donde versionábamos el rock del momento y lo combinábamos con diferentes tipos de música en el Show de Renny, donde estuve 9 años, estaba de moda la música brasileña, la española y la italiana y hasta canciones de protesta. Todavía hoy día incluyo siempre algo de rock en mis conciertos. En el CD “Canta Cuentos” con el que gané el Grammy Latino, grabé junto a Carlos Moreán el primer rock que llegó a Venezuela de la mano de Palito Ortega, “Despeinada”. Claro, la razón es que acompañaba a mi nieta a los Baby Gym y allí le ponían a los bebés esa música de los sesenta, justamente la misma de mis comienzos, entonces pensé cuando le dediqué el disco a mi nieta -que fue mi inspiración para ese proyecto- incluiré un rock de esa época.
- Háblame de tu experiencia con el Orfeón Universitario, al que siempre has estado ligada.
- Comencé en el Orfeón apenas entré a la Universidad, casi que antes de entrar a clase, ya estaba cantando con ellos. Siempre he estado ligada a una coral, me inicié en la Iglesia de Prado de María. El Padre me daba viente bolívares por cada “Ave María” que cantaba en los matrimonios, yo no los pedía pero si él me los daba, buenísimo, en esa época era un platal. Después, en bachillerato, tuve la suerte de ser solista del Coro del Liceo de Aplicación cuyo director era el Maestro Inocente Carreño, ¡qué lujo!…. Allí me descubro como soprano. Estando en quinto año, Vinicio Adames me invitó a cantar con el Orfeón Universitario en los Juegos Panamericanos. Mi vida en la universidad era plena: cuando no estaba en clase, estaba en el Orfeón o dando un concierto en el Aula Magna. Estuve ocho años como solista hasta que mis compromisos no me permitieron continuar como lo hubiera deseado. Sólo cantaba entonces en las celebraciones de cada quinquenio hasta el año pasado que cumplió 75 años de fundado. En su época, Vinicio invitaba a dirigir a los compositores de las piezas más emblemáticas del repertorio, Vicente Emilio Sojo, Inocente Carreño, su fundador Antonio Estévez, José Antonio Calcaño, Juan Bautista Plaza, Moisés Moleiro y Antonio Lauro principalmente. Me reincorporé para su reaparición después de la tragedia de las Azores, acompañando a mi amigo, compañero y hermano de la vida Raúl Delgado Estévez, su nuevo director, no hay nada más emocionante que cantar con el Orfeón Universitario, con ellos aprendí el arte de compartir.
María Teresa Chacín y Chelique Sarabia
-Tantos discos hermosos que has grabado, tantos premios que has ganado, tantos músicos insignes a quienes has interpretado. Quiero preguntarte por tres de ellos: Aldemaro, Chelique y el Tío Simón.
-Son tres de mis cinco pilares. Los otros dos son Juan Vicente Torrealba y Manuel Graterol Santander. De hecho, cuando me dedico a la música venezolana en el año 70, mi primera grabación fue con Juan Vicente y en todos mis discos hay poemas hermosísimos de Graterolacho.
Aldemaro para mí un genio de la música; quedé prendada de su inspiración porque es un músico completo, no sólo por sus armonías, sino por sus letras. Y rebasó la copa con sus tres festivales de Onda Nueva. Por allí desfilaron los músicos, compositores y cantantes más importantes de la época. Aparte de los cuartetos vocales que presentaban sus canciones de manera impecable. Cuando grabé “De Repente” con arreglos de Alí Agüero, le envié la cinta a España con nuestro común amigo Toco Gómez. De inmediato me escribió felicitándome por el disco, elogiando a Alí y pidiéndome que grabáramos un disco juntos. Como por arte de magia me llegó una propuesta de grabar un disco con el músico y orquesta del mundo de mi elección y sin titubeos dije “con Aldemaro Romero y la Sinfónica de Londres”, el resultado fue una de la producciones que mayores satisfacciones me ha dado. Casualmente Aldemaro le envió el disco a su compadre Rubén Fuentes a México, Rubén se lo mostró a Armando Manzanero y seguidamente Armando me llamó, me dio una serenata por teléfono y me pidió que grabara un disco con él: al poco tiempo grabamos el disco “Ahora”. Desde entonces seguimos Aldemaro y yo cantando juntos por mucho tiempo. No he dejado nunca de interpretar sus canciones cada me gustan más y al público también.
En cuanto a Chelique, te diré que fue él quien me lanzó. Yo estaba en quinto año de bachillerato y recuerdo la actuación con él para estrenar el disco “Chelimanías”: fue en el espacio especial del Tío Saume al mediodía. Entré por la puerta grande, ya que Chelique era muy famoso con su “Ansiedad”. Después seguimos grabando varios discos, incluyendo los de rock con Los Impala y aunque parezca mentira, Chelique me hizo varias canciones y versiones rockeras que estrenábamos en el programa Club Musical que teníamos todas las tardes. Hemos seguido grabando hasta nuestros días, ya somos como hermanos. Con el grabé una de las canciones más importantes “En Este País”, cada día más vigente...
“¿Qué sería de la tonada si no existiera Simón?” fue la frase de un arreglo musical que le hice inspirado en el folklore “Llanerías para Simón” con letra de Graterolacho, que pertenece al CD “Para Simón de María Teresa”, un homenaje que le hice acompañada por “El Cuarteto”. Cuando nació mi hija Mariate, se presentó en la clínica y me dijo “no me voy de aquí hasta que te aprendas esta canción “Como Pequeña Gota de Rocío”, dedicada a mi niña. Cantamos juntos por muchos años por toda Venezuela, porque la gente lo quería y nosotros también.
Manuel Graterol Santander "Graterolacho", Aldemaro Romero, María Teresa Chacín y Simón Díaz FOTO CORTESÍA
-Estudiaste y te graduaste de psicólogo en la UCAB. ¿Cómo te las arreglaste para ser mamá, esposa, artista y psicólogo a la vez?
-Es la vida que me ha tocado. Por suerte, si uno hace lo que le gusta, todo fluye espontáneamente.
Con sus hijos
- Siempre se ha hablado de una supuesta rivalidad entre tu hermana Rosa Virginia y tú... ¿existe tal cosa?
-Por supuesto que no, admiro mucho a Rosa Virginia, la voz más dulce de Venezuela. Me inicié a cantar profesionalmente porque Chelique se quedó sin cantante, ya que mi hermana se había casado y se fue a vivir a Los Ángeles. Pertenecemos a una familia de cantantes, todos los domingos nos reuníamos en casa de mi abuela con mis tíos y mis primos y cantábamos todo el tiempo. Cuando Rosa Virginia se fue a los Estados Unidos por segunda vez, estuvo varios años sin cantar y le produje un disco para que regresara. Escogimos una canción de Chelique, “A Mi Regreso” y así se llamó el disco con arreglos de Carlos Moreán.
-¿Cuáles de los temas que has cantado son tus favoritos? Te adelanto que mi favorita es “Poco a poco”, de Aldemaro Romero.
-Tienes muy buen gusto Carolina, una vez Chelique le dijo a Aldemaro “la canción tuya que más me gusta es “Poco a Poco”, y Aldemaro le contestó: “te la cambio pelo a pelo por Ansiedad”….. No sabría decirte cuál es mi favorita, depende del momento y las circunstancias. Claro que disfruto mucho cuando le canto a mis pilares.
Juan Vicente Torrealba y María Teresa Chacín
-¿Qué significa Venezuela para María Teresa Chacín?
-Venezuela es mi vida; su gente abierta como la esperanza, soñadora, romántica, solidaria, optimista, libre como el viento ¡e invencible! Ésa es la esencia que les he transmitido a mis hijos y ahora a mis nietos que comienzan a conocer esa historia del ser venezolano: ella me ha dado todo y no descansaremos hasta que la rescatemos.
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