Bella por fuera, más bella por dentro
Con casi 62 años podría volver a concursar y ganar cualquier certamen. Pero lo más importante es su autenticidad, encanto e inteligencia, que siguen cautivando a quienes tenemos la dicha de conocerla
CAROLINA JAIMES BRANGER
ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL

-Eres una de las Miss Venezuela más queridas. Han pasado 44 años desde que casi te convertiste en Miss Universo y conquistaste a una enorme audiencia no sólo por tu belleza y simpatía, sino hablando en chino. ¿Qué rescatas de esa época?
-Me quedaron grandes enseñanzas. La principal fue descubrir de qué madera estaba hecha, me sorprendí, con el paso de los días y meses del concurso nacional, de cómo sería capaz de defenderme contra injusticias y maltratos.
No tenía mayor interés en participar en el Miss Venezuela, aunque desde pequeñita fui reina de cuánto concurso se hizo a mi alrededor, en el preescolar, la escuela, carnavales, y hasta fui la madrina del aniversario de mi liceo (Unidad Escolar Gran Colombia, El Cementerio, Caracas). Todos me comparaban bonito con Susana Duijm; así que crecí deseando emularla, ir al Miss Mundo sólo por repetir su experiencia; pero la verdad no era algo que deseaba por sentirme bella o parecido, sino que era como acompasar lo siempre escuchado y retarme a ver si lo lograba. Lo que sí era un sueño que me acompañaba en las noches, era ser modelo profesional y aparecer en las portadas de revistas. Así es que, cuando mi abuelita materna, Victoria Uribe, sin consultarme, me inscribió en el Miss Manzanita Vam (el de las tiendas por departamento) y supe que el premio era una beca para estudiar modelaje, lo acepté
de inmediato. Luego me llevó al Miss Venezuela con la excusa que era para ver si me interesaba el Miss Princesita y resultó que estaba sentada frente a quienes organizaban el Miss Venezuela. ¿Cómo decirle que no a la abuela? Jajaja. Y me pareció divertido; en ese momento recordé a Susana y listo, me inscribí.
-Me quedaron grandes enseñanzas. La principal fue descubrir de qué madera estaba hecha, me sorprendí, con el paso de los días y meses del concurso nacional, de cómo sería capaz de defenderme contra injusticias y maltratos.
No tenía mayor interés en participar en el Miss Venezuela, aunque desde pequeñita fui reina de cuánto concurso se hizo a mi alrededor, en el preescolar, la escuela, carnavales, y hasta fui la madrina del aniversario de mi liceo (Unidad Escolar Gran Colombia, El Cementerio, Caracas). Todos me comparaban bonito con Susana Duijm; así que crecí deseando emularla, ir al Miss Mundo sólo por repetir su experiencia; pero la verdad no era algo que deseaba por sentirme bella o parecido, sino que era como acompasar lo siempre escuchado y retarme a ver si lo lograba. Lo que sí era un sueño que me acompañaba en las noches, era ser modelo profesional y aparecer en las portadas de revistas. Así es que, cuando mi abuelita materna, Victoria Uribe, sin consultarme, me inscribió en el Miss Manzanita Vam (el de las tiendas por departamento) y supe que el premio era una beca para estudiar modelaje, lo acepté
de inmediato. Luego me llevó al Miss Venezuela con la excusa que era para ver si me interesaba el Miss Princesita y resultó que estaba sentada frente a quienes organizaban el Miss Venezuela. ¿Cómo decirle que no a la abuela? Jajaja. Y me pareció divertido; en ese momento recordé a Susana y listo, me inscribí.
Muy lejos estaba de saber de cuánto sufriría durante el desarrollo del evento, únicamente por no ser la favorita; y ni siquiera quería ser Miss Venezuela sino primera finalista para ir al Miss Mundo. Así que menos entendía el problema. De modo que a medida que se fueron dando los problemas y las vejaciones, mi fuero interno comenzó a manifestarse. Creo me fue útil para descubrirme más temprano de lo que quizás iba a ser. Pasé por el deseo de renunciar hasta el vívido calor de quien piensa luchar a sangre y fuego por lo que es, por demostrar quién es, hasta dónde es capaz de llegar y el valor parecía salir de cada poro. La rebeldía se hizo presente, y el orgullo me coronó. Rescato el haberme convertido en una guerrera que libra batalla por su propia libertad, por su nombre, por sus sueños. Me dediqué a dejar que la gente me conociera tal cual soy, sin grandes poses ni lujos de los que he carecido siempre. La sencillez, la transparencia y el respeto a mis orígenes humildes, creo fueron fundamentales para que la gente me quisiera. Y el esfuerzo, el empeño que puse en aprender todo aquello que pensé me sería útil para figurar lo mejor posible en el certamen universal, al que convertí en un trabajo, en una meta, me ayudó a ganar esa audiencia. Una que entendió que no fui de paseo o turismo al certamen, que fui a arrasar con todo y dejar el nombre de mi país bien parado, tras la afirmación de los organizadores de que si yo iba al Miss Universo sería una vergüenza para los venezolanos por ser una “simple sirvientica de barrio”, que por cierto, tampoco era cierto.
En conclusión, rescato la oportunidad de crecimiento personal; me hice de un modus vivendi que me permitió soportar el costo de mis estudios superiores y ayudar a mis hermanos y a mi mami en la casa; y me dejó el sabor del triunfo sobre el mal, la motivación y el ejemplo de que sí se puede lograr lo que se quiere a punta de trabajo y dedicación.
-Aunque parezca increíble, sufriste de acoso (bullying). ¿Cuál es tu mensaje para las personas que acosan y para los acosados?
-Al acosador: Que se mire en un espejo y se pregunte ¿por qué lo hace?. ¿Acaso es la respuesta o venganza a un maltrato que recibió en carne propia? Si ése es el caso, que se reconozca e interiorice el asunto y busque ayuda, que las personas sujeto de su violencia no tienen la culpa de sus penas.
-Aunque parezca increíble, sufriste de acoso (bullying). ¿Cuál es tu mensaje para las personas que acosan y para los acosados?
-Al acosador: Que se mire en un espejo y se pregunte ¿por qué lo hace?. ¿Acaso es la respuesta o venganza a un maltrato que recibió en carne propia? Si ése es el caso, que se reconozca e interiorice el asunto y busque ayuda, que las personas sujeto de su violencia no tienen la culpa de sus penas.
Si no cree tener antecedentes y es el resultado de su mediocridad como ser humano, pues que se hunda en su tristeza, en la soledad y el desamor.
Al acosado: Que hable, se comunique, se aferre al poder de la familia y los amigos, que saque las garras, que sepa que es muy superior al acosador, que es mejor persona y que tiene las herramientas de defensa en su corazón: la paz, el amor, el amor propio, la dignidad. Que ser acosado no es su culpa, ni es su destino, ni es normal. Que se levante y se crezca, que se defienda y denuncie, siempre habrá una forma de hacerlo sin correr riesgos, según sea el caso. Confianza y fe en sí mismo.
-Estudiaste y ejerciste el Derecho. Un Derecho muy distinto al que se practica hoy en Venezuela. ¿Qué sientes cuando ves que todo lo que aprendiste se fue al foso?
-Una vergüenza muy grande. La impotencia cabalga en mis sentidos.
-Estudiaste y ejerciste el Derecho. Un Derecho muy distinto al que se practica hoy en Venezuela. ¿Qué sientes cuando ves que todo lo que aprendiste se fue al foso?
-Una vergüenza muy grande. La impotencia cabalga en mis sentidos.

Durante la celebración de un aniversario de Oncoaliado
-Empezaste como voluntaria y ahora eres parte fundamental de Oncoaliado, una ONG que ayuda a un hospital en Anzoátegui. Háblame de la experiencia.
-Desde muuuuy pequeñita aprendí sobre solidaridad y acompañamiento, nuestros fines de semana en casa, corrían las actividades en orfelinatos, ancianatos, casas de cuidado y hasta en los hospitales. Mi mami siempre dice que por poco que tengamos, siempre hay quien tiene menos y algo tenemos que podemos compartir, por aquello de que en la mesa donde comen dos, comen tres. Así que ser voluntaria es parte de mi esencia. Cuando mis amigas Ligney y Lysbeth Gonzáles Moreno me comentaron de su proyecto para que les ayudara con el registro de las marcas de la asociación que estaban por constituir y, que de ser posible, les hiciese de imagen, por supuesto que les ayudé y acepté ser imagen, pero les manifesté mi deseo de formar parte del listado de los miembros fundadores, porque quería incorporarme del todo. Y así fue. Se trata de la Asociación Civil Oncoaliado, Profesora Carmen Moreno de González, donde ofrecemos atención integral a la comunidad oncológica de zona rural e indígena, inicialmente en el centro sur del estado Anzoátegui. Esto incluye no solo a los pacientes de todas las edades y sexo, sino a sus familiares y cuidadores. Es una hermosa labor que llevamos con esmero hace 6 años y de lo que nos sentimos orgullosos. Nuestra seriedad nos precede y hemos podido ayudar ya en otras zonas, en el norte del estado, a pacientes de Sucre y hasta de Monagas por mencionar algunos casos; e incluso logramos ocuparnos de la atención psicosocial del Anexo Pediátrico Oncológico del Hospital Razetti de Barcelona. Es una labor hermosa pero fuerte, dura de enfrentar; por eso también nos apoyamos entre los voluntarios con diferente tipo de actividades. Esta fue la razón por la que me incorporé de lleno en el Instagram, para hacer visible la labor de Oncoaliado (el lado humano de la Oncología), porque necesitamos más benefactores, más cuerpos que empujen en el sentido correcto.
-Tienes un emprendimiento de productos naturales. ¿Cómo te ha ido?
-Sí, Delamís Artesana, C.A.; es una empresa familiar de producción de alimentos artesanales envasados al vacío y producción limitada, sobre todo en estos momentos en los cuales hay más dificultad para conseguir a precios razonables todos los insumos necesarios y la materia prima adecuada. Nos ha ido bastante bien. Hace varios años, estuvimos en nueve bodegones simultáneamente, pero las reglas del país cambiaron. Nos mantenemos con venta directa y algún que otro bazar al que asistimos.

Con sus hijas y su nieta
-Una pregunta banal, pero que sé que muchas mujeres quisieran hacértela: ¿cómo haces para lucir tan bien? Casi podrías volver a concursar y ganar.
Jajajajajaja, muchas gracias. Créeme que tengo mis días, ésos cuando mis casi 62 años se notan claritos, jajajaja, y obviamente ya mi tonicidad reclama. Ahora bien, es más un asunto de actitud y estado de ánimo. Supongo que tiene que ver con varios factores: nunca he fumado ni consumido drogas de ningún tipo; me alimento tan bien como es posible, eso sí, como de todo lo que pase frente a mí, lo importante en esta materia es el balance y yo amo los vegetales, así que eso ayuda. Sobre bebidas alcohólicas, prefiero el vino y los orujos, que además de encantarme son recomendados en ciertas cantidades. Y la actividad física, he sido muy asidua a gimnasios porque me hacen sentir bien, no buscando músculos, ni pinta, jajaja, sino que salgo de ellos como renovada; pero no soy adicta al gym… cada época de mi vida ha sido diferente, he practicado diferentes disciplinas y el yoga es algo que sigue conmigo siempre.
Escucho mucha música, tengo largos silencios y procuro ser feliz con lo que tengo. El llanto me hace daño y me carga un montón de años, así que lo controlo, pero son momentos en los que duermo, porque me debilitan. Mi mamá (Libertad Uribe) me insta siempre a sonreír, dice que cuando sonrío me veo preciosa, y es cierto; cuando estoy triste se me desencaja el rostro y pierdo la postura.

Libertad Uribe junto a su hija Judith Castillo FOTOS CORTESÍA
Sobre la piel del rostro, pues la higiene normal y sin muchas complicaciones. Siempre excelentes productos de hidratación, protección solar y maquillaje; hielo, mascarillas de productos naturales como las claras de huevo, jajaja, pepino… algunas veces me limpio el rostro con la parte interna de la piel del cambur jajajajaja. Cosas así, y cero inyecciones de milagros raros en ningún lado. Eso me da pánico.
-¿Qué significa Venezuela para Judith Castillo Uribe?
-El motivo de lucha, las lágrimas diarias, la esperanza.
-El motivo de lucha, las lágrimas diarias, la esperanza.
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