El marqués de Griñón víctima de COVID-19
Carlos Falcó, grande de España, murió a los 83 años y engrosa el número de fallecidos por la pandemia
Aristócrata y amante de la tierra, de allí que su profesión fuera la de agrónomo, con la que cosechó triunfos a través de sus vinos y aceites de oliva que le dieron fama a las tierras de Toledo, donde se encuentra la quinta de Casas de Vaca, que heredó de su abuelo materno Joaquín Fernández de Córdova. Hablamos de Carlos Falcó y Fernández de Córdova, marqués de Griñón y de Castell Moncayo, quien falleció en Madrid, a los 83 años a causa de una infección con el coronavirus.
Aristócrata y Grande de España, sentía gran placer en el trabajo de la tierra, esto lo llevó a estudiar Agronomía en la Universidad de Lovaina, Bélgica y luego se fue a California, donde continuó su formación en materia vitivinícola.
Su familia guardaba una estrecha amistad con la Casa Real de España. Sus padres fueron Hilda Fernández de Córdova y Mariátegui, marquesa de Maribel, y Manuel Falcó y Escandón, IX duque de Montellano.
Los vínculos que mantuvo con la Casa Real española los heredó de sus antecesores. Compartía con el rey emérito Juan Carlos, no sólo la pasión por la fiesta brava sino por los buenos vinos. En las temporadas de caza, el soberano, todavía en ejercicio, se trasladó en varias oportunidades al coto del marqués en Toledo. La faena culminaban disfrutando de un buen vino y de un plato representativo de la zona.
Carlos Falcó nació en Sevilla, en una de las casas de mayor abolengo, la Casa de las Dueñas, propiedad del ducado de Alba. Tuvo dos hermanos, Felipe el mayor; y Fernando, tres años menor que él. Si bien ha sido un hombre que amaba la tranquilidad, en el amor fue intenso. En 1963, cuando vivía en Estados Unidos, contrajo nupcias con Jeannine Girod. De esa unión nacieron Manuel, heredero del título de marqués de Griñón y un afamado banquero en Londres; y Xandra, quien apoyó a su padre en los proyectos del vino, pero luego siguió su propia carrera.
Posteriormente al divorcio se le vinculó con Naty Abascal y con Cristina Onassis. Al poco tiempo apareció Isabel Preysler, a quien muchos consideraron el gran amor del marqués aunque el matrimonio terminó en divorcio, al cuarto año de la convivencia, pero quedó una hija, Tamara Falcó.
Después de este segundo matrimonio el marqués prefirió centrarse en sus vinos, que iban ganando prestigio, pero llegó Fátima de la Cierva, una mujer de abolengo, que compartió con el marqués la pasión por el campo. Tuvieron dos hijos Duarte, vinculado al mundo de la tecnología; y Aldara, la menor, graduada en matemática pura y filosofía. Pero el amor tuvo nuevamente su final y sucedió un nuevo divorcio.
A los 80 años volvió a casarse, esta vez con una exmodelo, 42 años menor que él y con su propio historial matrimonial, Esther Dueña. La boda resultó polémica porque no contó con el consentimiento de los hijos mayores del marqués para su boda, que se vendió como exclusiva, algo que parecía extraño en Carlos Falcó que comenzó a aparecer en las revistas de corazón junto a su nueva esposa, quien también fue contagiada por el coronavirus.
La familia Falcó ostenta varias decenas de títulos nobiliarios. El marqués introdujo en España las uvas Syrah y Petit Verdot, así como de la variedad Cabernet Sauvignon en Castilla La Mancha, al igual que las nueva tecnologías del vino, una de ellas el regado por goteo. Escribió dos libros sobre sus pasiones: Entender el vino, y Óleum, un tratado sobre el aceite de oliva. La gastronomía fue otra de sus debilidades por lo que llegó ser miembro de la Academia Española de Gastronomía y de la inglesa.
Aristócrata y Grande de España, sentía gran placer en el trabajo de la tierra, esto lo llevó a estudiar Agronomía en la Universidad de Lovaina, Bélgica y luego se fue a California, donde continuó su formación en materia vitivinícola.
Su familia guardaba una estrecha amistad con la Casa Real de España. Sus padres fueron Hilda Fernández de Córdova y Mariátegui, marquesa de Maribel, y Manuel Falcó y Escandón, IX duque de Montellano.
Los vínculos que mantuvo con la Casa Real española los heredó de sus antecesores. Compartía con el rey emérito Juan Carlos, no sólo la pasión por la fiesta brava sino por los buenos vinos. En las temporadas de caza, el soberano, todavía en ejercicio, se trasladó en varias oportunidades al coto del marqués en Toledo. La faena culminaban disfrutando de un buen vino y de un plato representativo de la zona.
Carlos Falcó nació en Sevilla, en una de las casas de mayor abolengo, la Casa de las Dueñas, propiedad del ducado de Alba. Tuvo dos hermanos, Felipe el mayor; y Fernando, tres años menor que él. Si bien ha sido un hombre que amaba la tranquilidad, en el amor fue intenso. En 1963, cuando vivía en Estados Unidos, contrajo nupcias con Jeannine Girod. De esa unión nacieron Manuel, heredero del título de marqués de Griñón y un afamado banquero en Londres; y Xandra, quien apoyó a su padre en los proyectos del vino, pero luego siguió su propia carrera.
Posteriormente al divorcio se le vinculó con Naty Abascal y con Cristina Onassis. Al poco tiempo apareció Isabel Preysler, a quien muchos consideraron el gran amor del marqués aunque el matrimonio terminó en divorcio, al cuarto año de la convivencia, pero quedó una hija, Tamara Falcó.
Después de este segundo matrimonio el marqués prefirió centrarse en sus vinos, que iban ganando prestigio, pero llegó Fátima de la Cierva, una mujer de abolengo, que compartió con el marqués la pasión por el campo. Tuvieron dos hijos Duarte, vinculado al mundo de la tecnología; y Aldara, la menor, graduada en matemática pura y filosofía. Pero el amor tuvo nuevamente su final y sucedió un nuevo divorcio.
A los 80 años volvió a casarse, esta vez con una exmodelo, 42 años menor que él y con su propio historial matrimonial, Esther Dueña. La boda resultó polémica porque no contó con el consentimiento de los hijos mayores del marqués para su boda, que se vendió como exclusiva, algo que parecía extraño en Carlos Falcó que comenzó a aparecer en las revistas de corazón junto a su nueva esposa, quien también fue contagiada por el coronavirus.
La familia Falcó ostenta varias decenas de títulos nobiliarios. El marqués introdujo en España las uvas Syrah y Petit Verdot, así como de la variedad Cabernet Sauvignon en Castilla La Mancha, al igual que las nueva tecnologías del vino, una de ellas el regado por goteo. Escribió dos libros sobre sus pasiones: Entender el vino, y Óleum, un tratado sobre el aceite de oliva. La gastronomía fue otra de sus debilidades por lo que llegó ser miembro de la Academia Española de Gastronomía y de la inglesa.
Debido a las medidas sanitarias Carlos Falcó no tendrá un funeral por todo lo alto, pero siempre será recordado por ser un caballero, por su amor a la tierra y por aportar a España vinos que fueron reconocidos internacionalmente.
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