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Los sueños son posibles

Enluis Montes Olivar, a los 22 años, dirigió su primer concierto internacional en Tokio y está listo para conquistar el mundo

  • Diario El Universal

05/01/2019 10:47 pm

CAROLINA JAIMES BRANGER

El pasado primero de diciembre tuvo la oportunidad de dirigir su primer concierto internacional, a cargo de las Orquestas Infantiles de Soma, Otzuchi y Komagane, el Coro de Manos Blancas de Tokio y sus hermanos venezolanos del Ensamble Lara Somos en Japón. Enluis Montes Olivar es uno de los directores más promisorios de la nueva generación de directores de nuestro Sistema de Orquestas. Los conciertos fueron organizados por la Embajada de Japón en Venezuela, para celebrar los 80 años de relaciones diplomáticas entre ambos países.

Enluis tiene 22 años recién cumplidos. De hecho, los cumplió mientras estaba en Japón. Es menudo y delgado. Pero cuando se monta en el podio y comienza a dirigir se crece. Tiene una energía contagiosa y una elegancia innata, ambas cualidades necesarias para un director de orquesta exitoso. Es un trabajador incansable y está listo para conquistar el mundo.
Enluis Montes Olivar dirigió su primer concierto internacional en Japón FOTO MARIKO TAGASHIRA

-¿Cómo y por qué entraste a nuestro Sistema de Orquestas? ¿Cuántos años tenías? ¿Te costó o desde el principio te sentiste como pez en el agua?
-Entré al Sistema por una casualidad. Yo era un niño de muy mal comer y cuando me comía toda la comida de la semana, me premiaban: los viernes me llevaban a comer pizza. Uno de esos viernes de pizza, la vecina de mi abuela la invitó a ver a su hijo que iba a tocar un concierto con un ensamble de percusión. Mi abuela me convidó y fui con la condición de que me guardaran la pizza para el regreso. Llegué enamoradísimo de mi primer y definitivo encuentro con la música. Tenía 6 años. El lunes me estaba inscribiendo en el núcleo.

-¿Cómo pasaste de la trompeta a la dirección orquestal?
-Empecé con la flauta dulce. En aquel momento llegó la maestra de arpa buscando reclutas. Yo levanté la mano y fui. Empecé a estudiar arpa clásica y ése fue el instrumento que toqué en mi primer concierto. Cuando iba a ingresar a la Orquesta pregunté si podía estudiar flauta transversa o piano, pero en el núcleo de Guanare en aquella época no había Maestros de ninguno de los dos. Me preguntaron qué otro instrumento me gustaría ejecutar. Yo dije que lo que quería era dirigir. Todos se rieron y me respondieron que antes debía tocar un instrumento y como un amigo había elegido la trompeta, yo también la elegí. Me enamoré de ella. Estuve en la Nacional Infantil de Venezuela. Tuve los mejores Maestros, como Carlos Mínguez y seminarios con Max Sommerhalder, un lujo. Finalmente, tomé la decisión de dedicarme por entero a la dirección.
Un joven director venezolano que despierta admiración en otras latitudes FOTO MARIKO TAGASHIRA

-Háblame de la influencia que tuvo en ti nuestro querido Maestro Abreu.
-El Maestro ha influido en todas y cada una de las personas que tuvimos la dicha de conocerle. Desde el momento que uno entraba a su oficina, todo cambiaba. Todo era bueno, todo era energía. Una energía impresionantemente buena. Él sembró en mí que los sueños son posibles. Que si los sueñas y trabajas muy duro por ellos, se realizaban. Me enseñó a creer en mí mismo. Me dio esa primera gran oportunidad en Caracas, que fue indiscutiblemente clave en mi posterior desarrollo, por eso al Maestro le debo todo.

-¿Quién es el director que más admiras y por qué?
-Sir Simon Rattle sin duda alguna es un ser extraordinario, un Maestro legendario, lo he admirado desde pequeño por su magnífica forma de transmitir el mensaje de la música al público, que al final del día, es nuestra más grande misión como directores. Es un hombre cercano, que llega. El día de su despedida de la Filarmónica de Berlín muchos músicos usaron pelucas imitando el cabello del Maestro. Él ama a Venezuela. Ha apoyado a Gustavo (Dudamel) desde sus inicios y nos ha apoyado a todos. Respetó al Maestro Abreu como ninguno. Es un gran músico, digno de toda mi admiración.
Enluis Montes Olivar considera que dirigir un concierto en Japón fue una experiencia extraordinaria  FOTO MARIKO TAGASHIRA

-¿Qué es lo más valioso que aprendiste en El Sistema?
-El Sistema es la organización familiar más grande del mundo, todos somos familia, nos respetamos y buscamos el bien común juntos a través de la música. Es la convivencia sana, la unión, el respeto y la fe. Dentro de El Sistema sucede que aun cuando todos queremos ser los mejores, todos somos amigos, no nos tenemos envidia, cada quien hace su trabajo lo mejor que puede y colabora para que todos también lo hagan. Por eso nuestras orquestas son fantásticas. En lo personal tengo que agradecerles a Gustavo Dudamel, Christian Vásquez y Diego Matheuz por todas las veces que me han tendido la mano.

-Fuiste uno de los directores del concierto en memoria del Maestro Abreu, un concierto que batió récord mundial por el número de músicos que tocaron en la orquesta. ¿Qué sentiste en ese momento?
-Fue un honor excelso haber podido dirigir el más grande homenaje que se le ha hecho al Maestro. Vendrán otros. La sensación era absolutamente indescriptible, éramos casi 11 mil personas a una sola voz honrando al ser humano más influyente del ámbito cultural de finales del siglo XX y principios del XXI. La energía, el sentimiento, todo era tan poderoso que es casi imposible de explicar. Todo se tradujo a amor por su labor, por su entrega y sacrificio, ese amor que siempre le tendremos y el legado que queremos transmitirles a nuestros niños: construir el mejor país a diario y estar unidos siempre, como el Maestro nos enseñó.

-¿Cómo fue la experiencia de dirigir en Japón?
-Dirigir en Japón fue una experiencia extraordinaria. Japón es una cultura fantástica, hermosa, llena de gente de bien, de la que todos debemos aprender, pues es un ejemplo continuo de superación y excelencia. Los niños tienen muchísimo talento, siento que El Sistema Japón crecerá mucho y muy pronto para el bien de toda su ciudadanía tal como el Maestro Abreu lo soñó, música gratuita para los niños en cada rincón del planeta. Ya son cinco los núcleos que tiene El Sistema Japón y este año la novedad fue que todos se reunieron en una orquesta y tocaron en el concierto que yo dirigí el 1 de diciembre en Tokio.

-¿Cuáles son tus planes en el futuro inmediato?
Hay muchos planes que poco a poco van tomando forma con el pasar de los días, poco a poco mis sueños se están cumpliendo, como el Maestro me dijo que pasaría si luchaba por ellos. Espero seguir desarrollando mi carrera internacional, aunque siempre cumpliendo con mis compromisos en Venezuela. Después de esta primera gira a Japón vendrán muchas cosas buenas. Poco a poco.

-¿Qué significa para ti Venezuela?
Para mi Venezuela, mi país, mi tierra, significa todo. No hay nada mejor que la identidad. Es por lo que lucho cada día para ser mejor, quiero tender la mano a quien lo necesite, no ser egoísta. Nuestro país nos necesita a todos desde cada rincón y cada oficio. Juntos podemos hacerlo mejor. Después de mi mamá, Venezuela es lo más hermoso que tengo.
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