Marzo se despidió de Mónaco con una fiesta que es toda una tradición, el Baile de La Rosa, el acontecimiento más esperado de la temporada que este año celebró su edición número 69, transformando a la noche monegasca en una cita ideal para dar la bienvenida a la primavera. La madrina fue la princesa Carolina de Hannover, vestida de blanco y asumiendo con elegancia el rol que heredó de su madre, Grace Kelly, fundadora del Baile de La Rosa con el fin de recaudar fondos para la fundación que lleva su nombre y que ahora preside la mayor de los Grimaldi.
El encargado de crear la escenografía y el ambiente de este baile fue Christian Louboutin, su director artístico, después de la partida de Karl Lagerfeld, quien cada año tiene carta blanca para imaginar la ambientación de la velada, esta vez inspirada en una isla caribeña. Alberto II y la princesa Charlène estuvieron también en primer plano, ella con un vestido de encaje verde, fiel al dress code, creado por Dolce&Gabbana.
El gran ausente fue el marido de Beatrice Borromeo, Pierre Casiraghi, quien al otro lado del océano estaba ocupado de su próxima actividad deportiva. Andrea Casiraghi con su esposa, Tatiana Santo Domingo, parecían no estar de muy buen humor cuando tuvieron que posar para la prensa. La menor de los hijos de Carolina, Alexandra de Hannover, con su prometido, Ben Sylvester Strautmann, testimoniaron que siguen muy enamorados.
La entrada para esta fiesta está en el orden de los 1.800 euros por persona. Bajo el nombre de Mónaco Sunset Bar se desarrolló este encuentro de características benéficas, donde abundaron las palmeras, una atmósfera de selva tropical con ríos llenos de peces de colores y flores exóticas perfumándolo todo. Más de 60 artistas compartieron el escenario.
Se utilizaron 900 jarrones, 900 velas y el mismo número de candelabros, 750 metros de manteles de colores que se reciclarán o revenderán en beneficio de la Fundación. Esa noche se llevó a cabo la rifa a favor de la Fundación Princesa Grace, que ha recibido más de 30 millones de euros a lo largo de los años. Un collar de diamantes Chanel fue el premio principal, junto a estancias en el Principado, accesorios Dior, Louis Vuitton y Louboutin.
A Italia
El miércoles 2 de abril, el príncipe Alberto II acudió a la Scuderie del Quirinale de Roma para inaugurar la exposición "Il Mondo a Roma. Arte e Globalizzazione nel Secolo Barocco", acto que contó con la en presencia del presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella.
Para esta exposición el Palacio de Mónaco prestó a la institución cultural romana una obra de Nicolas Poussin, que muestra a Aníbal cruzando los Alpes en el lomo de un elefante, ilustrando el diálogo artístico entre culturas en la época barroca.
Homenaje
Y para cerrar la semana con broche de oro, el príncipe Alberto II y Mélanie-Antoinette de Massy, presidenta del Rolex Monte-Carlo Masters e hija de la baronesa Elizabeth-Ann de Massy, hermana del príncipe Rainiero, inauguraron la cancha que ahora lleva el nombre de esta gran dama del tenis monegasco y tía del príncipe.
En esta ocasión, 30 jugadoras se inscribieron en el Rolex Monte-Carlo Masters y estuvieron presentes para demostrar su admiración por el torneo, además de rendir un homenaje a la mujer que trabajó con pasión y dedicación para promover el tenis tanto en Mónaco como a nivel internacional.
Como gesto simbólico, las 30 deportistas se alinearon en la cancha para formar las letras E y A en referencia a las iniciales de Elizabeth-Ann de Massy.
Christian Louboutin, Carolina de Hannover, princesa Charlene y príncipe Alberto de Mónaco Fotos Cortesía
Diversos grupos musicales animaron el Baile de la Rosa
Las mesas lucieron una decoración inspirada en el Caribe
El príncipe Alberto en el museo con el presidente de Italia, Sergio Mattarella
El cuadro en calidad de préstamo en la Scuderie del Quirinale de Roma
En la cancha el príncipe Alberto y su prima Mélanie-Antoinette de Massy
El encargado de crear la escenografía y el ambiente de este baile fue Christian Louboutin, su director artístico, después de la partida de Karl Lagerfeld, quien cada año tiene carta blanca para imaginar la ambientación de la velada, esta vez inspirada en una isla caribeña. Alberto II y la princesa Charlène estuvieron también en primer plano, ella con un vestido de encaje verde, fiel al dress code, creado por Dolce&Gabbana.
El gran ausente fue el marido de Beatrice Borromeo, Pierre Casiraghi, quien al otro lado del océano estaba ocupado de su próxima actividad deportiva. Andrea Casiraghi con su esposa, Tatiana Santo Domingo, parecían no estar de muy buen humor cuando tuvieron que posar para la prensa. La menor de los hijos de Carolina, Alexandra de Hannover, con su prometido, Ben Sylvester Strautmann, testimoniaron que siguen muy enamorados.
La entrada para esta fiesta está en el orden de los 1.800 euros por persona. Bajo el nombre de Mónaco Sunset Bar se desarrolló este encuentro de características benéficas, donde abundaron las palmeras, una atmósfera de selva tropical con ríos llenos de peces de colores y flores exóticas perfumándolo todo. Más de 60 artistas compartieron el escenario.
Se utilizaron 900 jarrones, 900 velas y el mismo número de candelabros, 750 metros de manteles de colores que se reciclarán o revenderán en beneficio de la Fundación. Esa noche se llevó a cabo la rifa a favor de la Fundación Princesa Grace, que ha recibido más de 30 millones de euros a lo largo de los años. Un collar de diamantes Chanel fue el premio principal, junto a estancias en el Principado, accesorios Dior, Louis Vuitton y Louboutin.
A Italia
El miércoles 2 de abril, el príncipe Alberto II acudió a la Scuderie del Quirinale de Roma para inaugurar la exposición "Il Mondo a Roma. Arte e Globalizzazione nel Secolo Barocco", acto que contó con la en presencia del presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella.
Para esta exposición el Palacio de Mónaco prestó a la institución cultural romana una obra de Nicolas Poussin, que muestra a Aníbal cruzando los Alpes en el lomo de un elefante, ilustrando el diálogo artístico entre culturas en la época barroca.
Homenaje
Y para cerrar la semana con broche de oro, el príncipe Alberto II y Mélanie-Antoinette de Massy, presidenta del Rolex Monte-Carlo Masters e hija de la baronesa Elizabeth-Ann de Massy, hermana del príncipe Rainiero, inauguraron la cancha que ahora lleva el nombre de esta gran dama del tenis monegasco y tía del príncipe.
En esta ocasión, 30 jugadoras se inscribieron en el Rolex Monte-Carlo Masters y estuvieron presentes para demostrar su admiración por el torneo, además de rendir un homenaje a la mujer que trabajó con pasión y dedicación para promover el tenis tanto en Mónaco como a nivel internacional.
Como gesto simbólico, las 30 deportistas se alinearon en la cancha para formar las letras E y A en referencia a las iniciales de Elizabeth-Ann de Massy.
Christian Louboutin, Carolina de Hannover, princesa Charlene y príncipe Alberto de Mónaco Fotos Cortesía
Diversos grupos musicales animaron el Baile de la Rosa
Las mesas lucieron una decoración inspirada en el Caribe
El príncipe Alberto en el museo con el presidente de Italia, Sergio Mattarella
El cuadro en calidad de préstamo en la Scuderie del Quirinale de Roma
En la cancha el príncipe Alberto y su prima Mélanie-Antoinette de Massy
Siguenos en
Telegram,
Instagram,
Facebook y
Twitter
para recibir en directo todas nuestras actualizaciones