Volver a Don Bosco para celebrar a las Damas Salesianas
Los salesianos celebraron sus 130 años en Venezuela con un concierto dirigido por Christian Vásquez
Volvemos a Don Bosco fue el título del concierto que se programó para celebrar los 56 años de la Asociación Damas Salesianas. Este encuentro tuvo lugar en el templo Don Bosco de Altamira y como invitado especial figuró el prestigioso director venezolano Christian Vásquez, quien viajó especialmente a Caracas para estar al frente de la Orquesta Sinfónica Venezuela. Como solista estuvo Isidro Landaeta.
Esta actividad cultural fue posible gracias a Amigos Sinfónicos, en cuya directiva figuran Martha Helena Partidas, Alesia Azpurua, María Estrella Iragüe, Andreína Penzo, Ana Isabel Vallenilla y María Eugenia Vallenilla.
Antes del concierto intervino Laureano Márquez quien resumió la historia de la congregación salesiana en Venezuela cuya presencia ya suma 130 años y su acción se rige por los principios de su fundador san Juan Bosco. El trabajo de los salesianos, que desarrollan sacerdotes y laicos, es dedicarse a los más pobres. La educación y la salud son dos pilares donde se basa esa acción.
1894 fue el año de la llegada de la congregación al país y se instalaron en Caracas y Valencia. Hoy cuentan con más de 100 iniciativas que se desarrollan a través de parroquias, oratorios, centros juveniles, Red de Casas Don Bosco, obras escolares y centros de capacitación a lo largo y ancho del territorio nacional.
La Asociación Damas Salesianas, que es un brazo seglar, fue fundada por Miguel González, sacerdote salesiano cuya labor apostolar se vio marcada por la generosidad y la preocupación por los demás. Se trata de un voluntariado de adultos con presencia en 28 Centros ADS ubicados en 13 estados de Venezuela. Su misión se traduce en brindar oportunidades en educación y salud a jóvenes, niños y adultos con el apoyo del trabajo social y voluntario de las Damas Salesianas, sustentado en alianzas y aportes de organizaciones socialmente responsables.
Laureano Márquez, además de recordar la historia y labor de los salesianos, así como el trabajo de la Asociación Damas Salesianas, iniciativa que de Venezuela se ha exportado a otros países, hizo un breve recorrido por la trayectoria de la OSV, una de las más antiguas de América.
El repertorio abordó el folclore desde la mirada de un extranjero con Capricho español de Rimsky Korsakov. Luego, un instrumento del folclore venezolano, el cuatro, se sumó a lo sinfónico con la obra Conversando con Dios, compuesta e interpretada por Isidro Landaeta. Por último, los recursos y técnicas de la música académica transmitieron lo popular de Bohemia, ciudad natal de Antonin Dvorák, a través de su Sinfonía N° 8.
Isidro Landaeta mostró su talento interpretativo con el cuatro. En Conversando con Dios le da un giro lírico al instrumento. Esta Pieza forma parte de su nueva producción Conversaciones con Dios.
La iluminación aportó un elemento fundamental que brindó una atmósfera mágica, subrayando los rasgos arquitectónicos del templo en los momentos estelares de la orquesta.
Una noche donde la solidaridad y la sensibilidad estuvieron en primera fila.

Eliana Gherardi, presidenta Internacional de ADS; Anita Méndez, secretaria de la junta directiva del directorio internacional de ADS; Zoila Guerrero, presidenta nacional ADS Venezuela; y María Eugenia D’Lacoste, del Directorio Nacional de ADS Venezuela

Laureano Márquez durante su intervención

El solista Isidro Landaeta

María Margarita Méndez de Montero y Patricia Villasmil

Inés Quintero y Arturo Quintero

Carolina Jaimes Branger y Luis Alejandro Aguilar

Zoila Guerrero y Cheo Hurtado

Maruja Dagnino y Víctor Guédez

Un grupo de damas salesianas de Altamira

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