En medio de expectativas sobre lo que pudiera representar la entrada a la AN de nuevos parlamentarios y a la Presidencia de los Estados Unidos de un personaje aparentemente distinto a Donald Trump en cuanto a relaciones con Venezuela, y la aspirada posibilidad, por parte de los nuevos protagonistas en el escenario político nacional de un hablandamiento de posiciones en el seno de la Unión Europea hacia figuras del Gobierno venezolano, sufre en estos momentos un desvanecimiento ante realidades y desarrollo objetivo de los acontecimientos.

 
En este contexto El Universal entrevistó al primer vicepresidente de la Comisión para el Diálogo de la AN, diputado Luis Eduardo Martínez, a quien de entrada preguntamos si está conforme con la velocidad imprimida por la Comisión a su tarea.
“No, no estamos conformes; ninguno de los miembros de la Comisión, ni el presidente (Jorge Rodríguez) ni los vicepresidente, ni los miembros, opositores y oficialista. No estamos conformes porque esperamos que el dialogo y la reconciliación avancen con la mayor rapidez, para poder concentrarnos en la recuperación económica, con inclusión social, que demandan los venezolanos”.

La reconstrucción
Aseguró que son demasiados años en los que a la población se le dio la espalda: “Se rompieron puentes, se dejó atrás la comunicación, y por eso estamos reconstruyendo todo una serie de relaciones, tantas que lleva su tiempo reparar”, pero que se ha avanzado mucho, entre otras —citó- con el liderazgo empresarial; universitarios y académicos, trabajadores de distintas áreas y con representantes de las Iglesias. Esta semana se comenzó con las regiones.
“Nuestro empeño va más allá de los partidos políticos, sector que quizás haya sido uno de los de mayores inconvenientes en los fracasados diálogos del pasado. Solo se veía al país político, hoy estamos viendo al país nacional”, dijo.

Las prioridades
Sobre las áreas prioritarias en la gestión de la comisión, Martínez, respondió: “Son muchos los ámbitos, pero los objetivos muy concretos: la recuperación económica con inclusión social, el retorno de los emigrados y, en general, procurar el mayor estado de bienestar social posible para todos los venezolanos”, y que para ello “es indispensable la estabilidad política del país, por lo que es necesario hacerlo mediante el diálogo, en primer término, para restablecer los canales de comunicación; la reconciliación después, a través de una negociación que fije tiempos, objetivos claramente definidos y con el debido seguimiento.
Hablamos de una negociación que se traduzca en hechos concretos, para lo cual no tenemos ningún temor, si se basa en que cada parte comprenda la necesidad de ceder; que ninguna de ellas tiene el cien por ciento de la razón, que por tanto no obtendría solo concesiones; y que en cualquier entente es preciso poner una parte importante en función del país, sin egoísmo sin mezquindades. Ese es el propósito final”, argumentó.

Logros hasta ahora
—¿Qué avances puede exhibir la Comisión hasta el momento?
—El comenzar a comunicarnos, de dialogar, de iniciar un proceso de acercamiento entre los distintos sectores de la vida nacional, traducido propuestas legales como las que se refieren al marco para el sector de la construcción; la ley para emprendedores y tecnología; la propuesta para la agilización de los trámites administrativo, así como las destinadas a la protección de las inversiones privadas nacionales y extranjeras; a la seguridad agroalimentaria, por iniciativa de los productores afiliados a Fedenagas. Y también las destinadas a garantizar que los próximos procesos electorales se hagan bajo un nuevo CNE designado por la AN como instancia a la que corresponde constitucionalmente.Esto es crucial para Venezuela y para la perspectiva que en el extranjero tienen de nuestros comicios.

Optimismo pese a la pirotecnia
El diputado Martínez reiteró lo que señaló desde el principio, de no ver dificultad en ninguno de los sectores que se considerarían incluidos en la búsqueda de un entendimiento. Sin embargo, hechos como el planteado por el Consejo de la UE e incluso pronunciamientos dispersos como los que se conocen desde EEUU, podrían hacer pensar que la Comisión no tiene razón para el optimismo en esta materia.
Sobre este particular, aseguró que las expectativas de la Comisión siguen invariablemente optimistas, pues nunca consideró que se transitaría una ruta sin dificultades; que “desde ambos lados del océano”, han recibido mensajes a través de los que recomiendan “no hacer caso a los fuegos artificiales” y que mantengan la calma, además de asumir que el proceso tendría escollos, pero que al final se impondrá la racionalidad”