Elecciones 6-D y poder dual
El evento electoral del 6-D para la escogencia de los diputados que integrarán la nueva AN transcurre en el contexto de este cierre de ciclo y en medio de un período corto de transición entre una estrategia y otra, todavía por perfilarse con claridad
Leopoldo Puchi
La estrategia diseñada para el cambio de gobierno de Venezuela, que se puso en ejecución de manera visible a partir de enero de 2019, no ha tenido los resultados buscados. De manera que se considera que una vez cerrado este ciclo y con el inicio de la gestión de la nueva administración de Joe Biden, la estrategia será reformulada al menos en cuanto métodos, estilo y formas, aunque se mantenga el mismo objetivo de deposición de Nicolás Maduro de la
presidencia antes de la culminación del mandato en 2024.
El evento electoral del 6 diciembre para la escogencia de los diputados que integrarán la nueva Asamblea Nacional transcurre en el contexto de este cierre de ciclo y en medio de un período corto de transición entre una estrategia y otra, todavía por perfilarse con claridad.
Los puestos de gobierno deben ser aprobados por el Senado en medio de la inestabilidad política por la que atraviesa ese país y, por el momento, está
pendiente una segunda vuelta para los dos senadores de Georgia.
De acuerdo a reportes de prensa, se considera que Blinken se ubica en la corriente denominada “liberal intervencionista”, es decir, de la doctrina que sostiene que los Estados liberales deben intervenir, por vía militar o política, en otros Estados soberanos para perseguir objetivos liberales.
En cuanto a Sullivan, se estima que adoptará una posición más conciliadora en situaciones como la de Irán, pero que intentará forzar el desalojo de Nicolás Maduro y se propone ejercer presión sobre La Habana para que contribuya en esa dirección.
PODER DUAL
La línea de acción adoptada para este evento electoral del 6-D, que se puede incluir dentro del mismo flujograma de acciones seguido hasta ahora, ya que todavía no ha sido redefinida la nueva estrategia por parte de los equipos de Biden, consiste en la abstención en las votaciones y la celebración de una suerte de votación o encuesta, a la que se ha denominado consulta popular.
Este proceso electoral reviste importancia dentro de la política de cambio de gobierno, en la medida que está relacionado con uno de sus vectores de fuerza, el poder dual, que junto con las sanciones y la amenaza de intervención militar ha sido uno de los elementos centrales de las acciones desplegadas.
RECOMPOSICIÓN
Con la elección de nuevos diputados y la finalización del período de cinco años de la AN, es difícil mantener la idea de interinato, lo que lesiona la sostenibilidad de la imagen de poder dual. De allí que se haya adoptado la política de abstención, lo que justificaría el desconocimiento de la nueva AN y
el mantenimiento del interinato para los próximos años.
Sin embargo, está pendiente la decisión de la administración Biden, que pudiera introducir cambios en las políticas. Ya el vector de amenaza de intervención armada ha pasado a un segundo plano, y se puede pensar que quizás Biden no prosiga con el vector del poder dual.
Lo que sí se ha anunciado que se mantendrá es el esquema de bloqueos por medio de sanciones, que pudieran ser aliviadas. Sería en este marco que se entablarían las negociaciones entre Washington y Caracas, y entre Gobierno y los distintos sectores de oposición, para discutir las relaciones entre Estados y
la recomposición de la vida política interna.
La estrategia diseñada para el cambio de gobierno de Venezuela, que se puso en ejecución de manera visible a partir de enero de 2019, no ha tenido los resultados buscados. De manera que se considera que una vez cerrado este ciclo y con el inicio de la gestión de la nueva administración de Joe Biden, la estrategia será reformulada al menos en cuanto métodos, estilo y formas, aunque se mantenga el mismo objetivo de deposición de Nicolás Maduro de la
presidencia antes de la culminación del mandato en 2024.
El evento electoral del 6 diciembre para la escogencia de los diputados que integrarán la nueva Asamblea Nacional transcurre en el contexto de este cierre de ciclo y en medio de un período corto de transición entre una estrategia y otra, todavía por perfilarse con claridad.
INTERVENCIÓN LIBERAL
La reelaboración de la estrategia de Washington será guiada por las nuevas autoridades designadas por Biden. Hasta ahora, se conoce la selección de Anthony Blinken como secretario de Estado, de Jake Sullivan para el Consejo de Seguridad Nacional y de Janet Yellen para el departamento del Tesoro, que le corresponde aplicar en concreto, con mayor o menor dureza, las sanciones.
Los puestos de gobierno deben ser aprobados por el Senado en medio de la inestabilidad política por la que atraviesa ese país y, por el momento, está
pendiente una segunda vuelta para los dos senadores de Georgia.
De acuerdo a reportes de prensa, se considera que Blinken se ubica en la corriente denominada “liberal intervencionista”, es decir, de la doctrina que sostiene que los Estados liberales deben intervenir, por vía militar o política, en otros Estados soberanos para perseguir objetivos liberales.
En cuanto a Sullivan, se estima que adoptará una posición más conciliadora en situaciones como la de Irán, pero que intentará forzar el desalojo de Nicolás Maduro y se propone ejercer presión sobre La Habana para que contribuya en esa dirección.
PODER DUAL
La línea de acción adoptada para este evento electoral del 6-D, que se puede incluir dentro del mismo flujograma de acciones seguido hasta ahora, ya que todavía no ha sido redefinida la nueva estrategia por parte de los equipos de Biden, consiste en la abstención en las votaciones y la celebración de una suerte de votación o encuesta, a la que se ha denominado consulta popular.
Este proceso electoral reviste importancia dentro de la política de cambio de gobierno, en la medida que está relacionado con uno de sus vectores de fuerza, el poder dual, que junto con las sanciones y la amenaza de intervención militar ha sido uno de los elementos centrales de las acciones desplegadas.
La argumentación para una justificación jurídica de una presidencia interina se ha basado en el desconocimiento de las elecciones presidenciales de 2108 y en la interpretación de que el presidente de la AN asume el cargo en esta circunstancia.
RECOMPOSICIÓN
Con la elección de nuevos diputados y la finalización del período de cinco años de la AN, es difícil mantener la idea de interinato, lo que lesiona la sostenibilidad de la imagen de poder dual. De allí que se haya adoptado la política de abstención, lo que justificaría el desconocimiento de la nueva AN y
el mantenimiento del interinato para los próximos años.
Sin embargo, está pendiente la decisión de la administración Biden, que pudiera introducir cambios en las políticas. Ya el vector de amenaza de intervención armada ha pasado a un segundo plano, y se puede pensar que quizás Biden no prosiga con el vector del poder dual.
Lo que sí se ha anunciado que se mantendrá es el esquema de bloqueos por medio de sanciones, que pudieran ser aliviadas. Sería en este marco que se entablarían las negociaciones entre Washington y Caracas, y entre Gobierno y los distintos sectores de oposición, para discutir las relaciones entre Estados y
la recomposición de la vida política interna.
Siguenos en
Telegram,
Instagram,
Facebook y
Twitter
para recibir en directo todas nuestras actualizaciones