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Reapertura de la economía colombiana devuelve a migrantes venezolanos al vecino país

La eliminación de restricciones, así como los maltratos y pésimas condiciones de vida encontrados en Venezuela, “revierten los papeles” de miles de retornados que se ven motivados a regresar

  • EQUIPO DE POLÍTICA

07/09/2020 03:23 pm

Caracas.-La avalancha de migrantes connacionales que habían optado por retornar a Venezuela, colapsando por varios meses la amplia franja fronteriza entre los dos países, y que además, han sido sometidos a medidas de confinamiento y severas restricciones, han encontrado un nuevo “respiro” ante la progresiva reapertura de la economía en Colombia, para reincorporarse a las actividades que se vieron forzados a abandonar con el agravamientos de la covid-19.
Según los datos de Migración Colombia, más de 100.000 venezolanos, lograron retornar al territorio nacional a lo largo de cinco meses de cuarentena, aunque muchos de ellos, aún permanecen en zonas aledañas a los puestos de entrada de la frontera aguardando su turno para ingresar al país, reseñó este domingo la Voz de América.

Se conoció, que con la eliminación de las medidas restrictivas en Colombia ahora intentan regresar, e incluso, a otros países donde tenían residencia como Ecuador, Perú, Chile y Argentina, en busca de oportunidades para el sustento de sus familias, ante la grave crisis que encontraron al regresar a Venezuela, donde han sido sometidos a “inhumanos desprecios”, como el de “bioterroristas”, ante la creencia de que eran portadores del virus chino o coronavirus, “infiltrados por las autoridades neogranadinas”.

Así lo detalló, Martha Duque, una voluntaria de la Red Humanitaria, una ONG que brinda apoyo a los migrantes, a los medios locales y a la Voz de América Colombia.

“Retornaron a su país y lo encontraron peor de lo que lo dejaron, a sus familias en peores condiciones, no tienen alimentos, medicamentos, no tienen gas, no tienen luz, no tienen comunicaciones, entonces eso los obliga a devolverse y a pasar la frontera como sea”, explicó Duque.
Duque como otras voluntarias, ha adaptado sus viviendas, en el municipio de Pamplona, en el departamento de Norte de Santander, en suerte de pequeños albergues donde ofrece estadía y alimentación a los migrantes que cruzan rumbo al centro del vecino país.

Persiste el hacinamiento fronterizo
VOA reportó que aunque ha disminuido el “tumultuoso e ingrato”, hacinamiento en la zona fronteriza, indicó que aún es palpable la concentración de migrantes, cantidad que desciende en la medida que el gobierno venezolano permite el ingreso al país, de tan solo unos 700 venezolanos retornados por semana. Las autoridades colombianas intervinieron el neurálgico sector de La Parada, en el municipio fronterizo de Villa del Rosario, donde los migrantes se cobijaban como podían y fueron trasladados a dos espacios de atención transitoria con la colaboración de la Organización Mundial para las Migraciones, OIM, y la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), añade la información.

No obstante, el hacinamiento persiste. El secretario de Fronteras y Cooperación Internacional de la gobernación de Norte de Santander, Víctor Bautista, dijo que se está “sobrepasando la capacidad de atención de 100.000 personas, pero aún así, el volumen es mayor y no hay capacidad de atención”, según indicó el funcionario.

El eterno cobro de peaje por las trochas

José Luis Muñoz, portavoz de Red Humanitaria, advirtió que ante el cierre permanente de la frontera ordenada por las autoridades colombianas, los migrantes que buscan retornar al interior de Venezuela singuen cruzando por las denominadas trochas, bajo el “cobro de peaje” y complicidad de efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), a pesar de que esa irregularidad ha sido denunciada en diversas oportunidades.
“Se está liberando la economía y ya la gente no se esperanza en Venezuela, porque precisamente las malas noticias son las que llegan desde allá. Están pasando por trochas, por las trochas de Ureña, por las trochas de Puerto Santander, por las trochas de Villa del Rosario, porque simplemente pagan algo a la guardia y listo, hágale, pasen”, afirma Muñoz.

Marta Duque señala que el paso por estos sitios ilegales se hace poniendo en peligro sus vidas, pues muchos sectores son controlados por grupos armados que cobran altas sumas de dinero a los migrantes para permitir el paso.
“Ellos pasan la frontera como sea, a riesgo de sus propias vidas”, reiteró Duque.

Crece la xenofobia
Con el paso de los meses y ante la crisis económica producida por la pandemia, de la ayuda humanitaria se ha pasado progresivamente a la indiferencia e incluso a la xenofobia, y que según Marta Duque se sigue incrementado.
“Cada día menos gente los ayudan. Antes los camiones les colaboraban, ahora nadie los quiere llevar, así sean mujeres o niños, o les están cobrando cifras exageradas para llevarlos de un lugar a otro”.
La activista denuncia que, en su municipio, la alcaldía ordenó cerrar los albergues con el argumento de evitar la proliferación de contagios de la covid-19, lo que obliga a los migrantes a sobrevivir en condiciones infrahumanas, durmiendo en las calles, sin alimentos, ni servicios sanitarios.

 Probable situación insostenible
La voluntaria de Red Humanitaria advierte que ante la crisis económica y el desempleo que la pandemia generó en Colombia, la nueva migración venezolana va a propiciar, en los próximos meses, una situación insostenible.
“Ellos están retornado en busca de los trabajos que se vieron forzados a abandonar por motivo de la pandemia, o bién, a buscar nuevas oportunidades. Esto se va a tornar cada día más peligroso porque estamos viendo a la gente cada vez más desesperada, más resentida, más decida a cualquier cosa con tal de logar un objetivo”, indicó Roque en sus declaraciones a VOA.

“Si el gobierno y las organizaciones no se ponen de acuerdo, esto va a reventar en una cuestión interna en Colombia”, añadió.
Muñoz opina que con la proximidad de las festividades decembrinas, una nueva ola de retornos se va a presentar, motivando un nuevo colapso en la frontera.

“En diciembre va a haber un doble flujo, porque el venezolano es muy hogareño. Eso significa que muchos van a tratar de venir. Vamos a ver una migración de visita familiar y luego, en el año 2021, obviamente, va a salir muchísima gente de nuevo a trabajar”.

equerales@eluniversal/Con información de la Voz de América (VOA).

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