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Rubén Limardo se desvincula de la política

El esgrimista y diputado expresó que su futuro está en el deporte. Dijo que la obtención de un cargo público fue la de alguien que ''no sabía lo que estaba haciendo''

  • NOTA DE PRENSA

16/09/2019 02:57 pm

Caracas.- Desde hace nueve años el nombre de Rubén Limardo Gascón es reconocido en Venezuela. Muchos lo identifican con su rostro cubierto por un casco de fina malla gris y con una armadura acolchada blanca que se extienda hasta sus pies, porque su uniforme de esgrima fue el que le permitió alcanzar la fama. 

Su mejor momento lo obtuvo cuando se convirtió en el atleta que consiguió la segunda medalla de oro para el país en la historia de los Juegos Olímpicos; aunque por las calles de Ciudad Bolívar, su ciudad natal, se hablaba años atrás de los éxitos del joven en este deporte excéntrico, según reseña El Diario de Caracas.

Los más extremistas quizá se resistan a recordarlo luego de la efímera pero ruidosa aventura política de 2015 que lo llevó a la Asamblea Nacional (AN). Lo cierto es que su vida de diputado fue efímera.

El reconocimiento público y las medallas importantes no fueron lujos tardíos en su vida. A los 16 años de edad ya pertenecía a la selección nacional adulta de esgrima, a los 22 acudió a las olimpiadas de Pekín 2008, y a los 26 conquistó el oro en Londres 2012. Lo alcanzó -dice- a base de esfuerzo, valores y principios, palabras que desde la infancia entraron en su léxico. 

Venir de una familia que resistía los embates de la precariedad con el atareado y honroso trabajo de la educación pública o de mercaderes de alguna que otra pieza de vestir, dan fe de su pasado para nada ostentoso pero de sacrificio genuino. 

“Siempre aprendimos mucho de las personas que nos rodeaban. Mi mamá buscaba personas positivas, que estuviesen encaminadas hacia ese rumbo. Siempre ayudamos, siempre estamos para ayudarnos en conjunto. La familia es un pilar fundamental en nuestras vidas. Yo sé que para ellos era bien difícil la situación, pero siempre tenían una sonrisa y hacían que saliéramos adelante”, declaró Limardo a El Diario de Caracas.

El 6 de diciembre de 2015 puede ser una de las fechas que los venezolanos difícilmente olviden. Limardo tampoco. Ese día no solo la política venezolana dio un vuelco, sino también lo daría su vida. 

En las elecciones parlamentarias de ese año, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) propinó la mayor derrota electoral del chavismo. El PSUV solo obtuvo 55 de los 167 escaños de la Asamblea Nacional. Entre ellos, Limardo, quien fue electo como diputado suplente por el estado Bolívar. Su intención, revela ahora, no era meramente política. 

“Siempre he querido trabajar por el deporte del estado Bolívar, entonces de alguna u otra manera fue una oportunidad. Yo dije ‘bueno, arriesgo mi pellejo para que el deporte de Ciudad Bolívar crezca’. Pero creo que eso quedó en palabras, no se hizo nada. Pensé que eso me podía ayudar para dar un salto más adelante para ser un gran dirigente, pero no era el momento para mí porque estaba todavía muy prematuro, sin muchos conocimientos en este campo. Son experiencias que uno va aprendiendo en la vida”, asegura. 

Esta vez el rechazo no era por su disciplina deportiva ni por su estatus económico, sino por su relación con la política y con el PSUV. Quien alguna vez recibió elogios por representar a Venezuela, era criticado por representar al partido de Nicolás Maduro. 

“Fue bien difícil para mí asumir esto. Mucha gente que pensaba que eran mis amigos, que eran mi familia, de un día para otro los vi hablando pestes de mí… Claro, te tachan y queda como una raya en ese camino, y siempre la gente te va a criticar”, dijo.

Aun así, asegura que sigue dedicando sus logros deportivos a los venezolanos. A todos. Incluso a aquellos que no sientan como suyas sus victorias.

De acuerdo con el referido diario, para Limardo la verdadera -y única, quizá- pasión es la esgrima, ese deporte que desde los 14 años lo hacen vivir el día a día con felicidad y rigurosidad. 

Para él, el sacrificio fue su método y los objetivos casi siempre los cumplió. Ahora avisa que va por medalla en Tokio, por el oro en el Campeonato Mundial, y ya piensa en llegar a las olimpiadas de París 2024. Los venezolanos, con sus idas y vueltas, siempre tendrán a su esgrimista récord.
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