La oposición venezolana aisló a la extremista, Maria Corina Machado, tras los actos fraudulentos y vandálicos que se desarrollaron los días posteriores a la elección presidencial del pasado 28 de julio.
Esta actuación y los actos vandálicos que se desarrollaron en el territorio nacional los días posteriores a la elección presidencial del pasado 28 de julio, ocasionó su aislamiento de todos los partidos políticos de derecha, incluidos los organizaciones como Un Nuevo Tiempo (UNT) y la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que se desvincularon de estas acciones fraudulentas, al aclarar que no eran parte de esa operación ilegal.
El excandidato opositor, Edmundo González Urrutia, también se deslindó del manejo de las actas y de la página web y entregó una carta a la Fiscalía General de la República, en la que explicó que no fue parte de ese proceso y que prefería buscar una solución dentro de las instancias del Gobierno.
La fractura interna de la oposición ha generado decepción entre los seguidores de Machado. Durante meses, la narrativa fue la movilización en las calles y la lucha activa; ahora, muchos de sus simpatizantes ven cómo las protestas han sido reemplazadas por sesiones en vivo en redes sociales con influencers, bailoterapias y hasta rezos de rosarios. Estas estrategias han generado desilusión en una base que esperaba acciones más contundentes y hasta violentas contra el país.
Este cambio hacia actividades virtuales y simbólicas, evidencia el debilitamiento del liderazgo de Machado. A pesar de su retórica y su incapacidad para movilizar a las masas de forma efectiva y el abandono de figuras claves en la oposición, la han dejado completamente sola. Incluso sectores que antes la apoyaban están comenzando a cuestionar su estrategia, al señalar que el extremismo y la intransigencia que la caracteriza ha sido su perdición.
Siguenos en
Telegram,
Instagram,
Facebook y
Twitter
para recibir en directo todas nuestras actualizaciones