El VIH nos enseña a superar el Covid-19
Tenemos por delante dos epidemias: la del VIH y el Covid-19. Sin embargo, no podemos poner fin a ninguna epidemia si no satisfacemos las necesidades de las personas afectadas
Onusida se creó para luchar contra la epidemia más grande del siglo XX, el sida. Casi cuatro décadas después, un nuevo virus, el SARS-CoV-2 ha puesto otra vez al mundo en la incertidumbre sobre ¿cuál es la mejor forma de enfrentarlo?
Hoy sabemos que al igual que con el VIH, la humanidad va a tener que aprender a convivir con el coronavirus, pero las lecciones aprendidas sobre el VIH y cómo se ha enfrentado podrá ayudarnos en este nuevo reto.
En ambas epidemias está claro que la prevención, las campañas sobre medidas de protección, educar a la gente sobre los riesgos y fomentar que se cumplan las recomendaciones es lo más efectivo y seguro.
Con los años aprendimos que hablar de salud, es más que salud. Es hablar de derechos, de justica social, es trabajar con las poblaciones vulnerables y es considerar el rol activo de las comunidades y de la sociedad civil organizada en la toma de decisiones. Es luchar contra la discriminación y el estigma social. Debido al sida aprendimos que el respeto de los derechos humanos, la inclusión y la aceptación del otro son fórmulas eficaces para la prevención y el abordaje de las diversas situaciones que afectan a la población.
A diferencia de cuando comenzó la epidemia del sida, hoy contamos con una ruta para el logro del Desarrollo Sostenible del planeta y de quienes habitamos en él. La meta fundamental de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y de la respuesta al sida es que nadie se quede atrás. Por esta razón, Onusida se encuentra escalando todas las acciones mediante el diseño de una nueva estrategia mundial. En Venezuela seguirá trabajando con las autoridades de salud y junto a la sociedad civil, superando desafíos y buscando garantizar la eficacia de la respuesta al sida.
Hoy sabemos que al igual que con el VIH, la humanidad va a tener que aprender a convivir con el coronavirus, pero las lecciones aprendidas sobre el VIH y cómo se ha enfrentado podrá ayudarnos en este nuevo reto.
En ambas epidemias está claro que la prevención, las campañas sobre medidas de protección, educar a la gente sobre los riesgos y fomentar que se cumplan las recomendaciones es lo más efectivo y seguro.
Con los años aprendimos que hablar de salud, es más que salud. Es hablar de derechos, de justica social, es trabajar con las poblaciones vulnerables y es considerar el rol activo de las comunidades y de la sociedad civil organizada en la toma de decisiones. Es luchar contra la discriminación y el estigma social. Debido al sida aprendimos que el respeto de los derechos humanos, la inclusión y la aceptación del otro son fórmulas eficaces para la prevención y el abordaje de las diversas situaciones que afectan a la población.
A diferencia de cuando comenzó la epidemia del sida, hoy contamos con una ruta para el logro del Desarrollo Sostenible del planeta y de quienes habitamos en él. La meta fundamental de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y de la respuesta al sida es que nadie se quede atrás. Por esta razón, Onusida se encuentra escalando todas las acciones mediante el diseño de una nueva estrategia mundial. En Venezuela seguirá trabajando con las autoridades de salud y junto a la sociedad civil, superando desafíos y buscando garantizar la eficacia de la respuesta al sida.
En el marco del 75 aniversario de las Naciones Unidas, esta nueva pandemia vino a recordarnos lo que debemos hacer en los próximos años para tener un mejor planeta y una sociedad más igualitaria. La respuesta la tenemos frente a nosotros: considerar a toda persona humana un ser digno, reconocer al otro, respetar las diferencias, fomentar la solidaridad y trabajar por la inclusión de todos, sin dejar a nadie atrás.
- La Dra. Regina López de Khalek (venezolana) ocupa desde finales del 2016 el cargo de Directora de País del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH / Sida (ONUSIDA) en la República Bolivariana de Venezuela. Es médico cirujano (UCV), con postgrado en Medicina Interna y máster en Gerencia de Servicios de Salud. Fue Cofundadora y representante por Venezuela del Comité de Prevención del Sida en las Fuerzas Armadas de América Latina (COPRECOS) y cofundadora de la Unidad de Inmunosuprimidos del Hospital Militar "Dr. Carlos Arvelo" de Caracas, dirigiéndola durante 9 años. Se desempeñó durante 10 años como coordinadora general del Programa de Salud Sexual y Reproductiva de la FANB, proyecto conjunto con el UNFPA. Se inició en el SNU como Oficial de Programas de Salud Sexual y Reproductiva del Fondo de Población de las Naciones en Venezuela (2013-2016)
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