Hacia una migración segura y ordenada
La realidad hoy en día apunta a eventos de migración y desplazamiento agudos. Mayor número de personas atrapadas en situaciones de vulnerabilidad es uno de los principales desafíos
Por Jorge Vallés, Jefe de Misión, Organización Internacional para las Migraciones en Venezuela.
Favorecer que la migración tenga lugar en forma segura y ordenada significa combatir la trata y el tráfico de personas, reconocer y fortalecer la protección de los derechos de todas las personas migrantes.
Se trata de un tema histórico que trastoca ámbitos económicos, sociales, políticos, tecnológicos y ambientales. Actualmente, muchos llevan el debate hacia la solidaridad, enfatizando aspectos del orden global político forjados en la inmediatez de la Segunda Guerra Mundial y que hoy, cuando la ONU cumple 75 años, resultan tan vigentes como entonces.
Décadas de esfuerzo por parte de Estados miembro de Naciones Unidas, organizaciones internacionales, sociedad civil y organizaciones de sector privado, entre otras, han dado como resultado dos cambios históricos para mejorar la gobernanza internacional de la migración a nivel internacional: el Pacto Global para la Migración Segura, Ordenada y Regular, y el Pacto Global sobre Refugiados.
Ese marco busca fortalecer la capacidad de las organizaciones del Sistema de las Naciones Unidas para responder de forma más eficaz a las dinámicas cambiantes de la migración, garantizar el bienestar de una población de migrantes crecientemente diversa, así como fomentar la resiliencia de las personas que se desplazan, en particular de aquellas que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad, así como de fortalecer la capacidad institucional de los gobiernos para gestionar todas las formas de movilidad y sus efectos.
La realidad hoy en día apunta a eventos de migración y desplazamiento agudos. Entre los principales desafíos para una migración segura, encontramos: un mayor número de personas atrapadas en situaciones de vulnerabilidad, a raíz de factores complejos como el cambio climático, la inestabilidad, la pobreza y la explotación; formas de movilidad en constante mutación, y a medida que cambian las dinámicas migratorias, la necesidad de contar con herramientas de gestión de la migración adaptadas, ya sea en materia de selección, identificación, entrada, estancia o retorno; por último la necesidad de que gobiernos consoliden sus capacidades para la gobernanza de la migración, incluyendo la prestación de apoyo a los migrantes para poder suministrar servicios adecuados.
Para la movilidad, necesitamos enfoques innovadores en el diseño e implementación de sistemas de gestión de la migración, sobre la base del conocimiento más reciente acerca de las medidas que funcionan, las esferas en que cabe aplicarlas y los destinatarios para los que rinden frutos, así como de contextos regionales y políticos específicos. Para la gobernanza, necesitamos apoyar a los gobiernos en su tarea de consolidar capacidades y la prestación de apoyo a los migrantes.
Nada de ello es posible sin una cooperación fortalecida. Esto requiere la concertación del mayor número de asociaciones estratégicas con una amplia gama de interlocutores y asociados, así como del fomento de capacidades sólidas de investigación, análisis y recopilación de datos a efectos de la adopción de decisiones en contextos a menudo complejos.
Una migración segura y ordenada es posible si implementamos con fuerza los nuevos pactos globales de carácter universal, basados en la cooperación y multilateralismo para trabajar juntos por la resiliencia, la movilidad y la gobernanza. Un nuevo paraguas que proteja los derechos de las personas migrantes, incluyendo el derecho a una vida digna, es solo el elemento de partida para recorrer ese camino junto a ellos a través de fronteras más seguras.
- Jorge Vallés, de nacionalidad española, es licenciado en Derecho, con una Maestría en Derecho Internacional Público y Organismos Internacionales y otra en Estudios Europeos. Ha realizado estudios de Coordinación de Clústers de Protección y Protección Infantil en IASC Comité Interagencial Permanente en Montreux Suiza; y de Planificación, Monitoreo y Evaluación de UNICEF en New York. Tiene una larga trayectoria en Naciones Unidas, siendo sus últimos cargos Coordinador Regional Interagencial para OIM en Panamá, y antes Representante Adjunto de UNICEF en Ecuador. En UNICEF fue Jefe de Protección y Asuntos Humanitarios para Colombia y Venezuela, y luego en la RCA, Asesor Principal y Coordinador del Clúster Protección de Infancia en Haití. En el Secretariado de las Naciones Unidas fungió como Oficial de Asuntos Políticos en la Misión de las Naciones Unidas para Guatemala (DPA/DPKO) con diferentes cargos operativos. Su primera asignación internacional fue como Oficial de Protección Adjunto para ACNUR en Chile.
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