Entender al otro y actuar como uno por la niñez venezolana
En este momento, como nunca, la cooperación internacional es necesaria. Ningún país puede hacer frente a los problemas globales solo. Grandes problemas requieren grandes soluciones.
Por Herve Ludovic de Lys, Representante de Unicef Venezuela
En medio de esta gran batalla contra un virus que nos sorprendió a todos, encontramos a los niños, niñas y adolescentes; quienes, como todo mundo, han visto modificados sus esquemas de vida; han tenido que dejar de ir a la escuela, su lugar de socialización y aprendizaje por excelencia.
También, ante el aislamiento físico para evitar el contagio, se han visto más afectados a otros riesgos potenciales, como el aumento de violencia intrafamiliar, producto del estrés y de las dificultades económicas que pueden estar sufriendo las familias.
En este momento, como nunca, la cooperación internacional es necesaria. Ningún país puede hacer frente por sí mismo a los problemas globales. Grandes problemas relacionados con grandes soluciones, por ello las Naciones Unidas conmemoran este año su 75 aniversario llamando a un diálogo global, en el que nos reunimos para hablar sobre la forma de construir un futuro mejor para todos.
Desde UNICEF hemos respondido y respondemos siempre, junto con nuestros socios, buscando hacer un mundo mejor para cada niño; como lo hemos hecho por más de 70 años.
Sin embargo, somos testigos de que, tanto en Venezuela como en el mundo, los avances que habían sido alcanzados por la niñez se han visto amenazados por factores como la crisis socioeconómica y, ahora, por la llegada de la COVID-19. Un estimado de 3.2 millones de niños están en necesidad urgente de asistencia en el país.
En coordinación con sus socios, UNICEF logró llegar a millas de niños a través de programas de Salud, Nutrición, Protección, Educación y Agua, Higiene y Saneamiento; pero continuar llegando a cada uno de ellos solo será posible si actuamos y trabajamos juntos para idear soluciones ante los desafíos de la coyuntura mundial.
Necesitamos que los gobiernos, el sector privado, la academia y la sociedad trabajen juntos para encontrar nuevas formas de resolver los problemas de salud, educación, y acceso a agua y saneamiento que afectan a las poblaciones más vulnerables. La comunidad internacional debe priorizar la inversión en programas enfocados en el acceso a los servicios básicos para la niñez y la adolescencia más vulnerable. Necesitamos escuchar a los otros. Entender al otro y actuar como uno; para proteger a las siguientes generaciones y cerrar cada vez más las brechas que separan a los niños, niñas y adolescentes de sus derechos.
Hagámoslo juntos.
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