Entrevista
Romain Nadal: "El confinamiento debe ser exitoso para un desconfinamiento exitoso"
El embajador de Francia en Venezuela, durante una entrevista en la que detalló la situación del Covid-19 en su país, afirmó que "el objetivo hoy es proteger, mañana será reactivar"
A pesar de que aún no se ha encontrado una vacuna o tratamiento para acabar con la epidemia mundial que mantiene a billones de personas en casa, algunos países han comenzado a anunciar sus medidas de desconfinamiento. Francia ha sido uno de ellos. Un país que ha renunciado a sus libertades individuales para unirse a la lucha mundial contra el Covid-19 y ahora se prepara para reiniciar sus actividades.
A partir del 11 de mayo, los franceses esperan comenzar a movilizarse paulatinamente, pero implementando las debidas medidas sanitarias que eviten una segunda ola de contagios.
El embajador de Francia acreditado en Venezuela, Romain Nadal, durante una entrevista exclusiva para El Universal, destaca cada uno de los aspectos que han sido fundamentales para el Gobierno francés en medio de esta lucha y su estrategia para iniciar una nueva etapa en el país.
Primero quisiera recordar hasta qué punto esta crisis no tiene equivalente en la historia contemporánea: 227.535 muertos, 4 billones de personas confinadas, una economía mundial completamente estancada, o casi; una crisis que afecta a todas las naciones del planeta, a todos los continentes sin excepción, con una preocupación particular ahora por los países en desarrollo y por los países africanos. Mientras hablamos, se han diagnosticado oficialmente 3.191.827 casos de infección en 193 países y territorios desde el comienzo de la epidemia. Sin embargo, este número de casos diagnosticados solo refleja una fracción del número real de infecciones, ya que un número importante de países aplican las pruebas sólo en casos que requieran tratamiento hospitalario. Entre estos casos, al menos 832.000 se consideran hoy en día curados.
Europa totalizó 129.344 muertes por 1.408.266 casos, Estados Unidos y Canadá con 64.028 muertes (1.091.282 de casos), Asia 18.287 muertes (507.336 casos), América Latina y el Caribe 8.897 muertes (177.829 casos), África 1.592 muertes (37.693 casos) y Oceanía 110 muertes (8.324 casos).
Estados Unidos, que registró su primera muerte relacionada con el coronavirus a principios de febrero, es el país más afectado en términos de número de muertes y casos, con 60.583 muertes por 1.038.000 de casos. Al menos 123.000 personas fueron declaradas curadas.
Después de los Estados Unidos, los países más afectados son Italia con 27.359 muertes por 201.505 casos, España con 23.822 muertes (210.773 casos), Francia con 24.087 muertes (155.860 casos) y el Reino Unido con 21.678 muertos (161.145 casos).
En Francia, desde el 14 de abril, el número de casos de Covid-19 hospitalizados disminuye de más de 32.000 pacientes hospitalizados a 28.000. Desde el 8 de abril, el número de casos de Covid-19 en reanimación ha disminuido. Era superior a 7.100 y ahora es de 4.600. Sin embargo, permanecemos siempre en un nivel preocupante que requiere toda nuestra vigilancia. En los Territorios de Ultramar (Guadalupe, Guyana, Reunión, Martinica, Mayotte), hay 91 hospitalizaciones, incluidos 29 pacientes en cuidados intensivos.
“La esperanza renace”
Desde el 1ero de marzo, lamentamos 24.087 muertes relacionadas con Covid-19. Los gestos barrera se han convertido en buenos hábitos en toda Francia. Los próximos días son muy importantes para prepararse adecuadamente para el final del confinamiento anunciado por el Presidente de la República para el 11 de mayo.
Respetemos el confinamiento así como el distanciamiento físico y social. El confinamiento debe ser exitoso para un desconfinamiento exitoso. Las personas con enfermedades crónicas deben continuar su seguimiento y tratamiento. La telemedicina se ha desarrollado muy fuertemente para satisfacer esta demanda.
Los franceses han acordado renunciar temporalmente, durante la epidemia, a una parte de la libertad individual y colectiva a través del confinamiento. El civismo que demuestran es realmente extraordinario. Se trata de salvar vidas y lo entendieron. Les recuerdo que si el 85% de los síntomas son leves y el 98 al 99% de las personas se recuperan, el Covid-19 puede matar. Si las personas más frágiles también son los adultos mayores y los más enfermos, hay muchos pacientes más jóvenes en nuestras unidades de cuidados intensivos. El confinamiento generalizado - aplicado en todas partes con rigor y determinación - es la clave para vencer la epidemia, dar tiempo a nuestros hospitales y cuidadores, salvar muchas vidas. Los esfuerzos comienzan a dar sus frutos. Los resultados están ahí. Se han salvado varias regiones francesas. Durante los últimos 15 días, las admisiones en cuidados intensivos han disminuido. La esperanza renace.
2. Francia es el quinto país de Europa con mayor número de contagios, a pesar de ser el que geográficamente está más cerca de los dos más afectados por el virus, España e Italia. ¿Cuáles han sido las medidas más importantes que ha tomado su país para controlar la situación?
La crisis sanitaria sin precedentes contra la que estamos luchando requiere respuestas que estén a la altura de la conmoción que estamos experimentando. Este choque es brutal para los franceses, como para todos los ciudadanos del mundo. Brutal debido a las preocupaciones sobre la enfermedad, brutal en términos del efecto sobre el sistema hospitalario, brutal dado el impacto en nuestras economías que tiene este confinamiento y la desaceleración o incluso el cese completo de todos los sistemas productivos de los países vecinos.
Debemos enfrentar esta descomunal conmoción y el gobierno francés ha tomado medidas muy fuertes e integrales. Obviamente, la enfrentamos en primer lugar gracias a la increíble dedicación de todo el personal médico del país. Nos enfrentamos gracias al confinamiento y los medios excepcionales que estamos implementando para salvar nuestra economía y tener en cuenta la situación de los franceses, la multiplicidad de desafíos y pruebas que experimentan.
Francia está lejos de estar aislada en su estrategia. El confinamiento generalizado, el cierre de escuelas, la limitación de las reuniones son medidas que ahora adoptan muchos países del mundo. No hacemos nada más o menos que los demás y somos parte de una estrategia concertada del día a día. Solo los plazos de ejecución podrían ser diferentes, tomando en cuenta las diferencias en las etapas de la epidemia observadas en cada país.
El plan de emergencia adoptado por el gobierno francés
A nivel presupuestario, el gobierno francés ha adoptado un plan de emergencia en apoyo a la economía y al sistema de salud de 110 mil millones de euros. Es un plan de magnitud excepcional que protege notablemente a los trabajadores y las empresas. El financiamiento de la actividad parcial se incrementó a 24 mil millones de euros. En Francia, 10,2 millones de trabajadores, es decir más de uno de cada dos en el sector privado, se ven afectados por el paro parcial, una cifra considerable. Seis de cada diez empresas se ven afectadas por este sistema, que permite que el empleado reciba una compensación de hasta el 84% del salario neto e incluso del 100%, cuando el trabajador recibe el salario mínimo.
Este plan también proporciona al Estado instrumentos poderosos para la intervención en el capital de empresas en dificultades, con el apoyo de un presupuesto de 20 mil millones de euros.
Este plan también refleja un esfuerzo histórico a favor de nuestro sistema de salud: se destinaron 8 mil millones de euros para gastos de salud excepcionales para hacer frente a la epidemia, lo que permite invertir en la compra de equipos y máscaras por unos 4.000 millones de euros y para financiar medidas para el personal de enfermería. A petición del Presidente de la República, el gobierno pagará una bonificación, libre de cualquier impuesto social o fiscal, de 1.500 euros a todo el personal que gestiona la crisis del Covid-19 en los hospitales de los departamentos más afectados, así como al personal de los servicios que han recibido pacientes con Covid-19. El gobierno francés también ha decidido que las horas extras trabajadas en los hospitales durante la crisis de salud se valorarán mucho más que las horas extras normales, hasta un 50% más.
Asimismo, este plan prevé revisar nuestras previsiones macroeconómicas, en un clima de extrema incertidumbre, para predecir una contracción del PIB de alrededor 8%. Como resultado, nuestro déficit debería alcanzar el 9% del PIB y nuestra deuda el 115% del PIB. Como lo indicó el Presidente de la República, tendremos que extender este plan, una vez que la crisis de salud haya sido controlada, mediante medidas de estímulo ambiciosas para ayudar nuestra economía a recuperarse rápida y fuertemente. El objetivo hoy es proteger, mañana será reactivar.
La solidaridad también está en el centro del plan: las familias más pobres son objeto de medidas de apoyo económico. Como también para aquellas personas con discapacidad que han sido objeto de medidas específicas. Todas estas medidas de apoyo y reconocimiento tienen como objetivo hacer un balance del choque único al que nos enfrentamos y al que debemos responder, y acompañar a los franceses en estos tiempos de riesgo e incertidumbre.
El Gobierno francés también hará las primeras distribuciones de máscaras genéricas a la población francesa a partir del 4 de mayo. La producción francesa prácticamente inexistente hace unas semanas alcanzó más de 10 millones de máscaras la semana pasada y se suma a los casi 2 mil millones de máscaras compradas a China y que son objeto de un puente aéreo entre ambos países. El suministro, a través de la producción y las importaciones francesas, aumentará rápidamente hasta superar los 25 millones de máscaras lavables por semana a finales de abril. Las empresas y los trabajadores franceses respondieron y la producción se estableció como en tiempos de guerra: reabrimos líneas para producir y requisamos empresas. En tres semanas, habremos multiplicado por cinco la producción de máscaras para nuestro personal médico en Francia y habremos producido 10.000 respiradores adicionales para nuestras salas de reanimación en nuestro país.
3. Varios países de Europa han comenzado a plantearse el levantamiento del confinamiento y el reinicio de las actividades laborales y escolares. ¿Cuál es la postura de su país? ¿Considera que es un riesgo que se está asumiendo?
En primer lugar, no olvidemos que, durante esta fase de confinamiento, en la mayoría de los países del mundo no todo se detiene, afortunadamente. Ciertas actividades están prohibidas porque son incompatibles con las normas sanitarias. Para todos los demás sectores económicos, cuando la seguridad de los trabajadores y empresarios está bien garantizada, deben ser capaces de producir y en gran medida lo han hecho durante más de un mes.
La armonización internacional en cuanto al término de los confinamientos no tendría ningún sentido, ya que el virus no se ha propagado de la misma manera por todos los países, la situación sanitaria no es la misma en todas partes. Nuestro objetivo, para evitar una segunda ola epidémica, es la coordinación internacional y europea de las estrategias de desconfinamiento. No ponerse en peligro los unos a los otros: ciertas medidas tomadas por este o aquel país sin previo aviso podrían entrañar efectos nefastos al otro lado de la frontera.
Comenzará una nueva etapa el 11 de mayo
En Francia, se fijó el inicio del desconfinamiento para el 11 de mayo. Se vivirá en esa fecha el comienzo de una nueva etapa. Habrá fases intermedias, donde no se vivirá un verdadero confinamiento, pero tampoco disfrutaremos de una vida totalmente normal. El cambio será progresivo, las reglas podrán ser adaptadas en función de los resultados obtenidos, pues el primordial objetivo continuará siendo siempre la salud de todos los franceses, así como evitar cualquier rebrote de la epidemia. A partir del 11 de mayo, reabriremos gradualmente guarderías, escuelas, colegios y liceos de forma voluntaria según el criterio de cada familia. El Gobierno, en concertación con la sociedad, tendrá que implementar una regulación particular: organizar de una manera diferente el tiempo y el espacio, proteger bien a los maestros y a los niños, proporcionándoles el equipo necesario para ellos. En lo que concierne a los estudiantes universitarios, las clases no se reanudarán físicamente hasta el verano. El Gobierno especificará en cada uno de los sectores educativos la buena organización requerida, particularmente en lo concerniente a los exámenes y concursos.
A partir del 11 de mayo, en la media de lo posible, también se permitirá que un mayor número de personas retorne al trabajo, con la reapertura de la industria, del comercio y de los servicios. El Gobierno preparará estas reaperturas en concertación con los interlocutores sociales de manera que se establezca una normativa que proteja a los empleados en sus respectivos ambientes de trabajo. No obstante, los lugares públicos, restaurantes, cafeterías y hoteles, cines, teatros, salas de espectáculos y museos permanecerán cerrados en esa nueva etapa. Los grandes eventos culturales de gran audiencia tampoco podrán aún realizarse, esto como mínimo hasta mediados de julio próximo. Se evaluará colectivamente la situación a partir de mediados de mayo, cada semana, para adaptar los dispositivos y dar visibilidad a todos los sectores involucrados.
El Gobierno desplegará todos los medios necesarios para proteger a su población. Además de los "gestos barrera" que son universalmente conocidos y que deberán seguir aplicándose, el Estado, a partir del 11 de mayo, junto con los alcaldes, deberá estar en capacidad de facilitar una máscara a cada ciudadano. Para aquellos profesionales más expuestos, así como también en determinadas situaciones, como por ejemplo en el transporte público, su uso podrá volverse sistemático.
Nuestro Gobierno presentó el 28 de Abril el plan para la salida del confinamiento, el cual contempla los detalles de la organización de la vida cotidiana. Y establece también un cronograma para ir adaptando periódicamente las medidas a implementar e ir ajustando las cosas en función de la evolución de la epidemia y de los tratamientos médicos. Anunció en particular que 700.000 pruebas semanales serán realizadas a partir del 11 de Mayo y cada persona dada positiva tendrá que estar aislada en cuarentena en su casa con su familia.
4. Por otra parte, ¿cuáles han sido las acciones de la Embajada Francesa en Venezuela para proteger y apoyar a su comunidad residenciada en el país?
En el contexto de la crisis mundial vinculada con la epidemia de la Covid-19, los servicios de la Embajada de Francia en Venezuela se encuentran entera y plenamente movilizados.
La recomendación general que ha sido comunicada a la comunidad francesa en el país contempla evitar contactos y desplazamientos internacionales, quedarse en casa y seguir las recomendaciones de las autoridades; es de esta manera como podremos contribuir juntos a detener la propagación del virus, manteniendo además los gestos de protección personal que ya todos practican.
El ministro Francés de Europa y de Asuntos extranjeros desea que un plan local de apoyo médico y sanitario, educativo y social, relacionado con la crisis de la Covid-19 se organice a favor de la comunidad francesa en Venezuela.
Dentro de este marco, se presta especial atención a nuestros compatriotas más vulnerables. El plan busca, por ejemplo, facilitar el diagnóstico y el seguimiento sanitario poniendo a su disposición, allí donde sea posible, soluciones de telemedicina; también les ayudará a tener acceso a ciertos medicamentos.
El plan será completado con un amplio dispositivo de becas escolares y de ayuda social para apoyar a aquellos franceses en Venezuela que enfrentan situaciones personales particularmente difíciles.
El personal de la embajada está a la disposición para las situaciones de emergencia que la comunidad francesa podría estar viviendo tanto en el aspecto sanitario como social.
5. ¿Cuál es el estatus de los programas culturales que promueve la embajada?
El apoyo a la sociedad civil venezolana es un componente esencial de la acción exterior de Francia en Venezuela.
En ese sentido, quisiera destacar que el 20 de febrero de este año, la Embajada de Francia realizó “La Noche de las Ideas”, en la Universidad Metropolitana, un debate junto a numerosos actores de la sociedad civil venezolana, público general y estudiantes bajo el tema "Estamos vivos", frente a una Aula magna que no alcanzó para recibir el público tan numeroso. Vemos con la crisis sanitaria internacional hasta qué punto este tema sigue siendo de gran actualidad.
Bajo este concepto debatimos la situación internacional y la situación sanitaria actual.
Los programas culturales y sociales se encuentran más vigentes que nunca en nuestra acción. Actualmente, en este periodo de cuarentena, la Embajada de Francia continúa trabajando, pero de manera diferente. El personal de la Embajada continúa sus labores bajo las medidas especiales adoptadas para evitar la propagación del virus Covid-19 y se prepara para estar listo al momento de reactivar sus proyectos culturales.
De hecho, hace unos pocos días, en el marco del apoyo del gobierno francés al fortalecimiento de la sociedad civil venezolana, lanzamos la convocatoria de nuestro nuevo Programa PISCCA 2020 (proyectos innovadores de la sociedad civil y coaliciones de actores). Esta convocatoria concierne asociaciones, organizaciones de la sociedad civil o fundaciones venezolanas que quieren cofinanciar un micro-proyecto dirigido a los siguientes ejes temáticos: Derechos humanos y libertades fundamentales; Problemáticas de género y lucha contra las discriminaciones; Vulnerabilidad y salud; Tecnologías digitales, soluciones innovadoras y capacitación profesional. Toda la información para aplicar a esta convocatoria la podrán encontrar en la página web de la Embajada de Francia en Venezuela.
Por otra parte, y por primera vez, Francia apoya varias asociaciones que se dedican a la lucha contra la desnutrición, en particular de los niños y de los más vulnerables, en todo el país. Esta ayuda alcanza 1.6 millón de euros en 2020.
6. ¿Cuál ha sido su experiencia y reflexión sobre el confinamiento mundial que estamos atravesando?
Así como este virus fue una sorpresa, sus consecuencias a corto y mediano plazo estarán llenas de fluctuaciones. Ya hoy ningún día se asemeja al anterior. En pocas semanas, la sociedad francesa ha demostrado una tremenda capacidad de adaptación, arrojando esperanza para el futuro: la duplicación del número de camas en cuidados intensivos, una cooperación sin precedentes entre el hospital, las clínicas privadas y consultorios médicos, la transferencia de pacientes a las regiones menos afectadas, pero también a Luxemburgo, Suiza, Alemania y Austria, la puesta en marcha de la educación a distancia para varios millones de alumnos y estudiantes, la organización de cadenas de solidaridad en nuestros municipios, el éxito de todos aquellos que nos alimentaron durante estas semanas sin interrupción del suministro, la repatriación de 160.000 ciudadanos franceses y europeos varados en países del mundo entero y el apoyo a los franceses en el extranjero.
Muy a menudo, aquello que parecía imposible durante años, hemos podido concretarlo en pocos días. Hemos innovado, osado, trabajado lo más posible en el terreno, se han encontrado muchas soluciones. Tendremos que recordar estas acciones del presente porque se erigirán en muchas fortalezas de cara al futuro. En períodos como estos, sólo cuenta la moraleja de la acción: hay que salvar vidas, preservar la armonía entre ciudadanos y pueblos, colaborar, acelerar las innovaciones, optimizar los esfuerzos, mantener un cierto nivel de prosperidad.
Nada resultaría peor que una crisis de esta magnitud no conduzca a cambios de gran alcance de cara a una mejora de nuestras sociedades y de una mejor estructura a nivel de la comunidad internacional. La Primera Guerra Mundial (1914-1918) fue una crisis estéril porque no permitió apaciguar Europa por mucho tiempo, ya que la misma se sumió nuevamente en la guerra entre 1939 y 1945. Tras 1945, se extrajeron lecciones de los fracasos pasados, construimos colectivamente un nuevo orden internacional sostenible en torno a las Naciones Unidas. Frente a esta crisis global, que se ha revelado un verdadero terremoto para todos nosotros, nos encontramos aturdidos y surgen muchas preguntas sobre el "mundo después de la pandemia": ¿Qué guardaremos del mundo de antes? ¿Qué inventaremos de nuevo? ¿El fin de la globalización? ¿Qué modelo económico seguir? ¿Deberíamos acelerar la transición ecológica?
Debemos ya tratar de proporcionar unas primeras respuestas a estas preguntas.
Francia, en boca del presidente de la República, Emmanuel Macron y del Ministro de Relaciones Exteriores, Jean-Yves Le Drian, ya ha adoptado importantes iniciativas dando muestra de haber aprendido las lecciones que nos deja esta crisis, tales como la suspensión de la deuda de los países más pobres. Es un gran avance diplomático y un gesto de solidaridad hacia los países pobres. Los ministros de finanzas del G20 acordaron el 15 de abril una suspensión parcial del servicio de la deuda de 77 Estados con bajos ingresos, por un monto de 14 mil millones de dólares (12.8 mil millones de euros), sobre un total de $ 32 mil millones. Esta es la primera vez en décadas que los países del Club de París y otros, como China, adaptan conjuntamente una medida de solidaridad. Y tendremos que ir más lejos en los próximos meses para fortalecer la estabilidad económica y financiera internacional. Francia está dispuesta a ello y continuará ofreciendo iniciativas solidarias en el seno de la comunidad internacional.
Francia propone asimismo trabajar por un nuevo multilateralismo en el área de la salud pública mundial, del cual la OMS será el pilar, pero con la creación del equivalente, en el campo médico, del IPCC (el Grupo Intergubernamental de Expertos en la Evolución de Clima) pues éste ha dado pruebas, durante más de 30 años, de su independencia, seriedad y capacidad de respuesta frente a la amenaza del cambio climático. Así pues, Francia está considerando la creación de un Alto Consejo para la Salud Humana y Animal, a ser conformado por reconocidos expertos internacionales, que podrían apoyar a la OMS en su misión normativa, de alerta y detección. Esta crisis debería permitirnos volver a fundar un multilateralismo de la salud, que se beneficie de la experiencia previa de la OMS, que extraiga las lecciones de esta crisis y pueda construir un nuevo sistema más coherente y reactivo.
El 24 de abril, el presidente Emmanuel Macron, acompañado por el Secretario General de las Naciones Unidas, el Director General de la OMS y varios otros Jefes de Estado y de gobierno, lanzó oficialmente una iniciativa multilateral, que debe movilizar una alianza inédita entre todas las partes interesadas: Estados, organizaciones regionales e internacionales, partes interesadas: los Estados, Organizaciones regionales e internacionales, instituciones públicas y privadas, los centros de investigación, los bancos de desarrollo y la sociedad civil.
El propósito de esta iniciativa global es triple. Se trata de:
- Acelerar el diseño y la producción de los medios de diagnóstico, de tratamiento y de las vacunas, y posteriormente en el contexto actual del esbozo del levantamiento gradual de las medidas de confinamiento;
- Garantizar un acceso seguro, equitativo y universal a los diagnósticos, a los tratamientos y a las vacunas, inclusive en los países más desfavorecidos;
- Consolidar y fortalecer los sistemas de salud en todo el mundo para luchar contra Covid-19, pero igualmente contra otras enfermedades, para que no se vean abrumados en caso de crisis y pandemia.
Se estableció como plazo el próximo 4 de mayo para definir la financiación de esta iniciativa.
Francia va entonces continuar proponiendo iniciativas de reforma en el seno de nuestra organización internacional buscando contrarrestar los riesgos de fragmentación y división y para construir desde el presente nuevas solidaridades y una nueva cooperación.
¡Debemos actuar de inmediato para evitar que el mundo del mañana sea idéntico al de antes o incluso peor!
7. ¿Cuál cree usted que son los desafíos que afrontará la Unión Europea post coronavirus?
La Unión Europea es a veces criticada en esta crisis. Pero ha adoptado medidas fuertes y exitosas, implementadas muy rápidamente con gran eficiencia. Pienso en el aporte colectivo de recursos financieros de cara a la emergencia sanitaria, así como también cara a la investigación de vacunas y tratamientos, en la repatriación por vía aérea de los cientos de miles de ciudadanos europeos dispersos por todo el mundo, particularmente desde Venezuela, la transferencia de pacientes entre países. En la busqueda de una vacuna, la Comisión Europea liberó a principios de marzo 140 millones de euros, para que todos los laboratorios públicos y privados que trabajan en ella puedan intercambiar, compartir y multiplicar sus esfuerzos. De suerte tal que no tenga que abocarse a ello, cada uno por su lado, cada uno de los 27 países miembros.
Igualmente, sufrimos ciertas debilidades. Europa no ha estado a la altura en cuanto a la capacidad de anticipar, alertar y reaccionar ante la crisis. En el futuro, tendremos que ser más coordinados y hacer gala de una mayor reactividad. Tenemos muchas instituciones que hacen monitoreo. Se requiere pasar de la vigilancia a la alerta, dar a la Comisión Europea una misión de coordinación. Debemos mejorar nuestra capacidad de autonomía para así proteger mejor a los ciudadanos. Esto igualmente válido en cuanto al sector de la industria alimentaria. Debemos, bajo cualquier circunstancia, poder estar en capacidad de alimentar a los ciudadanos europeos. Es ésta una cuestión de soberanía colectiva.
El objetivo es hacer que nuestra acción europea a 27 sea reactiva, solidaria y capaz de anticipar. Debemos salir juntos de la actual crisis sanitaria, así como también de la inminente crisis económica. De lo contrario, la credibilidad de Europa se verá seriamente afectada. La pandemia ha afectado duramente a las economías: según previsiones del FMI, se espera que la UE registre una caída récord en el PIB del 7,1% el presente año. Y la crisis que amenaza a los 19 países de la zona euro corre el riesgo de ser la peor en la corta historia de la moneda única lanzada en 1999.
Para proteger nuestras economías, el instrumento en el que estamos trabajando es un fondo de recuperación y reconstrucción solidaria. Requerimos una capacidad de estímulo en común, pues nuestras economías son extremadamente interdependientes. Todos somos proveedores y clientes de nuestros vecinos. Ningún país, por rico que éste sea, podrá relanzar el solo su economía.
La Unión Europea es asimismo un mercado único. Tenemos un destino común con nuestros socios europeos. Debemos pensar en una recuperación común y coordinada para que ésta sea más efectiva. Un plan de apoyo europeo para las pequeñas, medianas y grandes empresas del continente para que éstas puedan seguir produciendo, vendiendo y exportando. Y tener empleados en suelo europeo para garantizar nuestra autonomía estratégica.
Es evidente que requerimos invertir colectivamente en Europa en el sector sanitario y médico, para salir de esta dependencia tan fuerte en materia de medicamentos o de equipos médicos. Será necesario reubicar las cadenas de producción para así lograr la verdadera soberanía estratégica europea.
Por Aliana Abadi
El embajador Romain Nadal se mantiene al frente del servicio diplomático de la Embajada/Cortesía
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