Gobierno boliviano denuncia que activistas argentinos fueron enviados por Fernández y Kirchner
La ministra de comunicación boliviana, aseguró que los activistas llegados el pasado jueves desde Argentina, cometen injerencia al estar en el país sudamericano
La Paz.- El gobierno boliviano calificó este lunes de "injerencia" la presencia de un grupo de activistas argentinos, encabezado por el abogado referente de los movimientos sociales de su país Juan Grabois, y lo acusó de estar ligado al futuro gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner para "convulsionar" Bolivia.
"Las personas que han llegado a nuestro país cometen injerencia, están cometiendo injerencia al llegar a Bolivia (para) tratar de convulsionar y cometen delitos de falsedad, porque hablan de una supuesta crisis violenta que existiría en Bolivia", afirmó la ministra de Comunicación, Roxana Lizárraga, según informó AFP.
El grupo encabezado por Grabois llegó el jueves pasado a La Paz encabezando la llamada "Delegación argentina en solidaridad con el pueblo boliviano", una comitiva integrada por dirigentes sociales, académicos, sindicales, entre otros que viajó a Bolivia para elaborar un informe sobre la crisis en el país andino tras la renuncia de Evo Morales.
Durante su estadía, la comitiva mantuvo una serie de reuniones con sectores sociales que, según el gobierno transitorio, son contrarios a la presidencia de Jeanine Áñez, quien asumió la presidencia el 13 de noviembre.
"Sabemos que Grabois es un enviado del régimen de la señora Cristina Kirchner que abre el camino para que él pueda agitar al país y pueda estar más tranquilo el exdictador Evo Morales en Argentina", afirmó Lizárraga.
Allegados al exmandatario boliviano, asilado en México tras su dimisión el diez de noviembre, anticiparon que podría desplazarse a Argentina, tras la asunción de Fernández a la presidencia el próximo diez de diciembre.
Además, los dos hijos de Morales, Evaliz Morales Alvarado y Álvaro Morales Peredo, salieron hacia Argentina el pasado 23 de noviembre.
El mandatario electo de Argentina expresó varia veces su apoyo a Morales, mientras el gobierno interino de La Paz anticipó relaciones difíciles con el próximo ocupante de la Casa Rosada.
Las primeras críticas contra el grupo de Grabois surgieron del ministro de Gobierno (Interior), Arturo Murillo, quien dijo que "recomendamos a aquellos extranjeros que están llegando... a tratar de incendiar el país, que anden con cuidado" y que "los estamos mirando, los estamos siguiendo", advirtió.
"Las personas que han llegado a nuestro país cometen injerencia, están cometiendo injerencia al llegar a Bolivia (para) tratar de convulsionar y cometen delitos de falsedad, porque hablan de una supuesta crisis violenta que existiría en Bolivia", afirmó la ministra de Comunicación, Roxana Lizárraga, según informó AFP.
El grupo encabezado por Grabois llegó el jueves pasado a La Paz encabezando la llamada "Delegación argentina en solidaridad con el pueblo boliviano", una comitiva integrada por dirigentes sociales, académicos, sindicales, entre otros que viajó a Bolivia para elaborar un informe sobre la crisis en el país andino tras la renuncia de Evo Morales.
Durante su estadía, la comitiva mantuvo una serie de reuniones con sectores sociales que, según el gobierno transitorio, son contrarios a la presidencia de Jeanine Áñez, quien asumió la presidencia el 13 de noviembre.
"Sabemos que Grabois es un enviado del régimen de la señora Cristina Kirchner que abre el camino para que él pueda agitar al país y pueda estar más tranquilo el exdictador Evo Morales en Argentina", afirmó Lizárraga.
Allegados al exmandatario boliviano, asilado en México tras su dimisión el diez de noviembre, anticiparon que podría desplazarse a Argentina, tras la asunción de Fernández a la presidencia el próximo diez de diciembre.
Además, los dos hijos de Morales, Evaliz Morales Alvarado y Álvaro Morales Peredo, salieron hacia Argentina el pasado 23 de noviembre.
El mandatario electo de Argentina expresó varia veces su apoyo a Morales, mientras el gobierno interino de La Paz anticipó relaciones difíciles con el próximo ocupante de la Casa Rosada.
Las primeras críticas contra el grupo de Grabois surgieron del ministro de Gobierno (Interior), Arturo Murillo, quien dijo que "recomendamos a aquellos extranjeros que están llegando... a tratar de incendiar el país, que anden con cuidado" y que "los estamos mirando, los estamos siguiendo", advirtió.
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