Bruselas.- Principal protagonista del intento de secesión de Cataluña en 2017, Carles Puigdemont es el gran ausente del juicio contra la cúpula del independentismo catalán aunque su sombra planeará sobre un proceso que quiere aprovechar para europeizar su causa.
Mientras doce dirigentes independentistas, entre ellos nueve antiguos integrantes de su gobierno regional, se sentaban por primera vez en el banquillo de los acusados del Tribunal Supremo, el expresidente regional comparecía ante la prensa en Berlín, destacó AFP.
"A lo largo del juicio vamos a poder desenmascarar la construcción artificial de una causa política. A partir de hoy el sistema judicial español se somete a un test... y, por tanto, eso es también un test de estrés para la democracia española", lanzó en una comparecencia en catalán, español, inglés y francés.
En la víspera, este periodista de 56 años, con gafas y una frondosa mata de pelo negro, participó como invitado estrella en una gala cinematográfica en Berlín donde coincidió con el disidente chino Ai Weiwei y el Nobel de la Paz polaco Lech Walesa.
Algo inimaginable hace tres años cuando, siendo prácticamente un desconocido incluso entre los catalanes, se erigió en presidente de esta región mediterránea con el propósito de convertirla en una República independiente.
"Un europeo libre"
Su rostro llegó a la escena mundial en octubre de 2017 con el referéndum ilegal de autodeterminación, marcado por las cargas policiales para impedirlo, y la fallida declaración de independencia.
En el momento álgido abandonó la región rumbo a Bélgica, dejando atrás a compañeros suyos como el vicepresidente Oriol Junqueras, principal acusado en el Tribunal Supremo encarcelado preventivamente desde noviembre de 2017.
Cerca estuvo de terminar como él cuando fue detenido en Alemania en 2018 pero la justicia de ese país rechazó extraditarlo por rebelión, el pilar de la acusación contra nueve de sus excompañeros que llevan meses en prisión preventiva.
Acusado de "prófugo" y "cobarde" por sus rivales, Puigdemont argumenta estar siempre a disposición de los tribunales "justos" en Alemania y Bélgica.
"Quiero volver a mi casa, quiero estar con mi familia pero quiero volver a una democracia real con clara separación de poderes y plenas garantías, lo que no está garantizado en España" donde todavía se mantiene la orden de arresto contra él, aseguró desde Berlín.
Instalado normalmente en Waterloo, la ciudad belga famosa por la derrota de Napoléon en 1815, en la denominada 'Casa de la República', se define como un "europeo libre" que llevará su causa "hasta el último rincón" de Europa mientras sigue a distancia el juicio contra sus compañeros.
Independentista de pura cepa
Nacido en Amer, un pueblo montañoso de 2.200 habitantes a 100 km de Barcelona donde su familia conserva la pastelería de sus padres, Puigdemont, el segundo de ocho hermanos, lleva el independentismo en las venas.
Casado con una periodista rumana con quien tiene dos hijas, nunca escondió sus principios, ni siquiera cuando era completamente minoritario en el partido al que se afilió en 1980, Convergencia Democrática de Cataluña, que centraba su política en negociar con Madrid más autonomía regional.
"En Cataluña muchos se han hecho independentistas por reacción alérgica a las políticas de Madrid. Pero él no, él siempre ha tenido estas convicciones", explica su antiguo amigo, el poeta y articulista Antoni Puigverd.
Pero para sus rivales es un "fanático", según el delegado del gobierno español en Cataluña durante la crisis de 2017, Enric Millo, que lo acusa de mantener un falso "estatus de poder" como "presidente en exilio".
Su aura de "presidente" se mantiene casi intacta entre los sectores más radicales del independentismo aunque, entre los moderados, ganan terreno las posturas más moderadas de Junqueras, líder del partido ERC, con quien mantiene una pugna por el liderazgo del movimiento.
Tras su cese como presidente cuando el gobierno español tomó el control administrativo de la región tras la fallida declaración de independencia, Puigdemont ha llevado su lucha a Holanda, Irlanda, Finlandia, Suiza, Dinamarca, Alemania e incluso las islas Feroe.
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