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La decisión final de los votantes brasileños

El centro político ha girado a la derecha en una forma vertiginosa, y el centro político brasileño, que estuvo girando alrededor de los partidos de izquierda y centro, prácticamente ha desaparecido

  • NOTA DE PRENSA

28/10/2018 05:30 am

Por: Jesús E. Mazzei Alfonzo*

Hoy Brasil elige a su próximo presidente para un nuevo mandato de cuatro años, y el panorama aparentemente está despejado para que triunfe el exoficial del Ejército brasileño y diputado Jair Bolsonaro con un porcentaje de entre 55% y 60%, de los votos.

¿Por qué los brasileños van a votar aparentemente de esta manera? Por un lado, el centro político ha girado a la derecha en una forma vertiginosa, y el centro político brasileño, que estuvo girando alrededor de los partidos MDB, PSDB, DEM, PSB y PTB prácticamente ha desaparecido, se polarizó a la derecha, donde hay un espectro de votantes de clase media, de alta educación, blanco, donde Bolsonaro lidera por ejemplo en los 10 municipios más ricos del país y que se concentra en la región sur, centro y sureste, fundamentalmente, y se ubica entre Río de Janeiro, Sao Paulo y Minas Gerais.

Por ejemplo, en Brasilia, la intención de voto en el Distrito Federal al día de hoy es 74,6% y la de Haddad es 25,4%. Ahora hay poca movilidad del voto, estimo que hay una tendencia consolidada.

 Asimismo, el voto duro del PT se ha ubicado fundamentalmente en la región noreste, donde en la primera vuelta ganó en nueve estados. También la alta incidencia del voto nulo y la abstención, que giró alrededor del 21,5%, de acuerdo a las cifras del Tribunal Superior Electoral del Brasil, hizo que se polarizaran las elecciones en la primera vuelta en un margen de ventaja de casi 19 puntos de Bolsonaro sobre Haddad. Incidió en la votación o más concretamente en la decisión de votar de las capas medias y altas, por un lado, la corrupción política de los últimos años producto de los casos Lava Jato y Odebrecht, que ha hecho que la sociedad civil brasileña clame por orden y una figura que ha tenido un discurso populista de derecha, directo, claro y sencillo sobre estos problemas, lo que ha logrado calar al seno de la sociedad brasileña harta de lo sucedido los últimos 15 años.

El resultado electoral, de acuerdo a las últimas encuestas, es que vencerá en la segunda vuelta holgadamente Bolsonaro, con un porcentaje cercano al 57%, y Haddad sacará un 34% aproximadamente. Dependerá de si los partidos que apoyaron a Geraldo Alckmin, Ciro Gomes y Marina Silva le trasladan los votos a Haddad para que venza en segunda vuelta hoy 28 de octubre ( en una tarea ciclópea). Por la decisión de sus respectivos directorios, que dieron margen de libertad a sus respectivos militantes de votar por el que prefieran, Ciro Gomes dio un apoyo crítico a Haddad, mientras que Fernando Henrique Cardoso, con la auctoritas política y ética que posee, no apoyará a ninguno de los dos. Además está siendo muy crítico con el PT gracias al accionar político en los últimos años de este partido político.

El próximo gobierno se enfrentará a un escenario que propone una verdadera reflexión y reformas al sistema político, en forma profunda. Aunque no sea a través de un gobierno de coalición, éste camino buscará la moderación y la convergencia con sectores moderados del nuevo Legislativo, impulsando reformas con el apoyo de la opinión pública (escenario deseable). Aunque el Congreso quedó muy fragmentado el PSL de Bolsonaro tendrá que buscar apoyos en el DEM, el PSDB, MDB y PRB, para configurar quién será el nuevo presidente de la Cámara de Diputados. El hijo de Bolsonaro buscará la presidencia de la Cámara Baja, pero hay un impedimento: él no puede estar en la línea sucesoral en la tercera posición (después del vicepresidente) por su relación filial con el presidente y para sus proyectos legislativos.

Otro camino es un gobierno tradicional de coalición, sea de centroizquierda o de centroderecha, que pueda resistir el mandato emparchando legislaciones y que hasta pueda traer cierta estabilidad, pero que no buscará discutir problemas de fondo.

El camino más duro es la radicalización y el populismo (rumbo que no conviene a nadie en América Latina), y Brasil tiene como perspectiva la gobernabilidad interpartidista, producto de un nuevo acuerdo de coalición presidencial, que otorgue sustento al sistema político brasileño y que hace más de 35 años fue dibujado informalmente, desde 1984, alrededor de seis partidos políticos: PMDB, PSDB, PFL, PFL, PSB y PT.

Esa gobernabilidad interpartidista habría que recomponerla alrededor de una formación emergente, el Partido Social Liberal (PSL) que tiene la segunda bancada más poderosa de la Cámara Baja. Como en otros países de América Latina, Brasil requiere de un acuerdo de gobernabilidad estable y eficiente.

El presidente Michel Temer designó a Eliseu Padilha ministro de la Casa Civil, coordinador de la transición y coordinación con el nuevo equipo de gobierno y el presidente electo.

Por otro lado, Brasil requiere medidas de gran calado legislativo que se aprueben. Para aprobar reformas que abarquen la seguridad social, una nueva Ley del Trabajo, una reforma fiscal y tributaria, entre otras medidas. Veremos qué pasa hoy y si se cumplen los pronósticos y estimaciones de las encuestas de opinión de una victoria avasalladora de Bolsonaro.

*Jesús E. Mazzei Alfonzo es politólogo, diplomático y articulista del diario El Universal
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