Al menos 54 palestinos murieron y otros 120 resultaron heridos este domingo cuando el Ejército israelí abrió fuego contra una multitud que aguardaba la llegada de camiones con harina en Beit Lahia, al norte de la Franja de Gaza, según confirmaron fuentes médicas a la agencia EFE. Otros dos palestinos también murieron en el sur, en Rafah, cerca de un punto de distribución de ayuda respaldado por Estados Unidos.

Fuentes del Hospital Al Shifa en Ciudad de Gaza reportaron la llegada de 31 cadáveres, mientras que otros 19 cuerpos fueron trasladados a una clínica cercana. La agencia oficial palestina Wafa informó que varios cuerpos permanecían aún en las calles tras el ataque.

La portavoz de la Media Luna Roja Palestina, Nebal Farkash, indicó que el Hospital de Campaña Al Saraya recibió otros dos cadáveres y al menos 120 heridos, algunos en estado crítico. El centro tuvo que habilitar camas adicionales para atender a los afectados.

Según testigos, miles de personas se habían congregado en el puesto de control militar de Zikim, en Beit Lahia, tras difundirse que llegarían camiones con harina. Al menos cinco vehículos fueron saqueados antes del tiroteo.

En Rafah, al sur de Gaza, dos palestinos más fallecieron por disparos cerca del punto de distribución de la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF, por sus siglas en inglés), una organización respaldada por EEUU, de acuerdo con información de la morgue del Hospital Naser.

Organismos humanitarios denuncian que estos episodios se repiten a diario. La distribución de ayuda por parte de la GHF ocurre en zonas controladas militarmente, con tropas israelíes apostadas a pocos kilómetros. Según una investigación del diario israelí Haaretz, las fuerzas tienen autorización para disparar con el fin de dispersar a las multitudes.

Solo el sábado, 32 palestinos murieron en una situación similar, según reportó el Ministerio de Sanidad de Gaza. El Ejército israelí reconoció haber disparado lo que calificó como “tipos de advertencia” contra las personas reunidas.

Según cifras de Naciones Unidas, más de 900 palestinos han muerto desde que comenzó la guerra al intentar conseguir alimentos, en su mayoría en zonas cercanas a los centros de distribución de GHF, organización señalada por entorpecer las operaciones humanitarias convencionales lideradas por la ONU.