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Catando lugares

San Cristóbal y Nieves

El contraste de las aguas verdosas y las arenas oscura da una fascinante gama de colores, logrando una experiencia distinta a la que comúnmente vemos en otras islas caribeñas.

  • Diario El Universal

15/03/2020 01:06 pm

Gabriel Balbas

Amanecer en el puerto de San Cristóbal y Nieves da una sensación extraña; despiertas en el medio del mar Caribe, pero en un destino que no luce parecido a los paisajes que esta zona acostumbra a mostrar. Estas amaneciendo en el país más pequeño del continente americano, y nunca en tus rutas de viaje pensaste en pasar por aquí.

Lo común es que San Cristóbal y Nieves termina siendo tu destino de viaje por capricho de alguna ruta de cruceros. Aunque algunos aterrizan en vuelos ofrecidos por las aerolíneas Silver Airways y American Airlines desde San Juan de Puerto Rico. La gran mayoría llega entre bamboleos de un barco que zarpa desde República Dominicana; es común que ni te hayas dado cuenta de todo el proceso de llegada al puerto, simplemente subes a desayunar al barco y ya estás ahí. Por las ventanas puedes observar las costas de la pequeña isla de San Cristóbal, conocida por su nombre en inglés como St Kitts and Nevis.

Un poco de historia

Cristóbal Colón descubrió estas islas en 1498, y las bautizó San Cristóbal - en honor al santo patrono de los viajeros- y Nieves, esto último parece deberse a una confusión de haber creído que las nubes en la cúspide de las montañas de la isla tenían nieve; aludiendo así a la advocación de Nuestra señora de las nieves.

En 1623 los británicos instalaron aquí su primera colonia en las Antillas del Caribe, y en 1627 llegaron los franceses; ambos países estaban atraídos por las tierras volcánicas de la ahora St Kitts, ideales para el cultivo de la caña de azúcar. Tras su descubrimiento en Barbados, en algún momento llegó el ron a estas pequeñas islas, con la movilización de esclavos africanos e irlandeses. Aún las grandes plantaciones de caña son un atractivo turístico de St Kitts & Nevis, aunque muchas ya no se encuentran operativas.

La primera colonia británica en el Caribe

Se puede anclar en 2 puertos diferentes: el principal que es más comercial y está en pleno corazón de Basseterre ( que traduce tierras bajas) y un puerto secundario, más comercial, a una distancia un poco lejana al casco central de la pequeña capital. Si bajan en este último tendrán una caminata que les permite tener una visión distinta de la isla, una imagen menos turistica, pues estarán atravesando los suburbios y caseríos, esa ruta que la mayoría de los visitantes no hará, y que no te la especifica ninguna guía de turismo.

El panorama puede parecer conocido, porque hay mucha similitud entre estas islitas que fueron en algún momento dependencias de la corona británica: la moneda es el dólar del caribe, su idioma es el inglés -con acento y entonación caribeño- y el volante de los vehículos está a la derecha. Caminar por estas zonas es complicado para los que no estamos adaptados al sistema de conducir de los ingleses, siempre sientes que un carro te va a llevar por el medio; más aún cuando está pequeña capital está densamente poblada por 19 mil habitantes.

Los rones dulces del Caribe están aquí

Los conocedores de destilado llegan a esta isla en busca del Brinley Gold Shipwreck Rum; el ron más famoso de la isla de St Kitts, que ha determinado el mercado local de licores desde 1986, con su propuesta de rones saborizados.

El lugar ideal para una cata de rones de la isla es el propio puerto principal de cruceros. Unas 3 calles que están muy bien acomodadas para dar la mejor impresión al turista. La construcción se inspiró en el célebre Piccadilly Circus de Londres, buscando un mercado a cielo abierto a la manera británica, pero tripicalizado. Aquí convergen unas cuantas tiendas libres de impuestos que ofrecen licores, perfumes, ropa y algunos recuerditos a los visitantes; además tienen lo fundamental: una degustación gratuita de los rones de Brinley Gold Shipwreck en sus presentaciones de vainilla, mango, café y coco ¡A esto se viene hasta acá!

El aroma de estos rones delata su posterior sabor dulce, ese es el estilo del ron de St Kitts & Nevis. Muy poco perceptible el rastro de alguna maduración en barrica, los aromas añadidos invaden la copa. Mango y coco son los favoritos de los europeos, aunque para otros paladares pueden parecer demasiado azucarados. El de vainilla es quizás uno de los más interesantes - aunque también dulce- tiene más carácter en boca y el dulzor es menos invasivo. Mención aparte merece su ron de especias, que como es costumbre en estas islas, es un ron con mucha canela, clavos de olor y sazón del Caribe. Así son los rones de St Kitts, dulzones y con sabores; nada de madera fuerte, ni sabores cítricos naturales o tostados sutiles.

La señora Moore, el ícono de la gastronomía local

En la salida del puerto de cruceros en Basseterre se ubica el puesto de comida callejero de la Señora Moore. Ella es un ícono de la gastronomía local, y la reina de las recomendaciones de las webs para viajeros en internet. Sus panecillos se rellenan con variedad de sabores, que van desde los dulces con la infaltable canela, pasando por los salados, hasta llegar a la opción del relleno de pescado frito. Todas las reseñas te dicen que debes comer ahí ¡No hay duda! Es un auténtico puesto de comida local a muy bien precio.

¿Arenas blancas o negras?

Siempre que hablamos del Caribe referimos las soñadas arenas blancas. San Cristóbal las tiene en la parte sur, pero al noreste regala playas con arenas negras volcánicas, algo que también tiene mucho encantó. El contraste de las aguas verdosas y las arenas oscura da una fascinante gama de colores, logrando una experiencia distinta a la que comúnmente vemos en otras islas caribeñas. 

@gabrielbalbas
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