Las antiguas civilizaciones maya y azteca adoraban ciertas figuras míticas de la naturaleza. Una de ellas, era el quetzal, singular ave que habita las selvas tropicales y montañosas de América Central.
Su nombre otorgado por la lengua azteca, náhuatl describe hermosa pluma y tener el placer de contemplarla debe ser un espectáculo porque las ceremonias de la realeza de aquella cultura, lucían, sin modestia, las plumas de esta especie en sus ropas.
No obstante, este no es el tema que en esta edición nos ocupa sino el punto más alto de Panamá. Se trata de Volcán Barú, lugar en el que se dice esta ave, en peligro de extinción, es posible observarse. Quizás este sea el anhelo de quienes se aventura a alcanzar los 3.475 metros de altura en los que se encuentra este destino en las tierras altas del oeste de Panamá, los observadores de aves, entre otras categorías de turistas que acuden al llamado de este destino apto para todas las edades aunque no lo parezca. Más adelante les diré por qué.
El Volcán Barú es actualmente un Parque Nacional con una extensión de 143 mil km2 desde donde es posible apreciar como convergen el Océano Pacífico con el Mar Caribe. Claro está, desde la cima, cuyo clima oscila los 20º y 10ºC de temperatura.
Ciertamente, se debe tener una condición física apta para recorrer los diferentes senderos que rodean este atractivo natural, pero padres que viajan con niños, adultos mayores, personas con sobrepeso o cualquier otra característica que le impida hacerlo a pie también pueden disfrutar de esta aventura. La mayoría que lo camina lo hace por el popular Sendero Los Quetzales, ocho kilómetros de recorrido que se logra completar en unas cinco o seis horas, en las que se obtienen impresionantes gráficas a medida que se adentra y eleva el paso por la cuesta que conforma el trayecto que cubre el Cerro Punta, Cerro Boquete y el Río Caldera.
Para llegar al volcán se requiere de todo un día de programación, pues una vez concluida esta travesía, debe sumarse unas 4 o 5 horas más de caminata, la cual debe estar siempre acompañada de un guía. De esta manera se garantiza que el cansancio sea solo el justo que su cuerpo tolere, así como evitar extravíos por senderos que podrían dificultar y entorpecer el paseo.
Recomendaciones para visitar Barú
La época más recomendada es aquella en la que el clima está más despejado. Esto suele ser en los meses de verano (de enero a abril). No se garantiza que se puedan ver los dos océanos, pero en esta época, aumentan las probabilidades.
Usar unas buenas botas de montaña es lo ideal para hacer el recorrido. No obstante, calzado deportivo es igual de pertinente.
La pendiente amerita recorridos escalonados; es decir, con espacios de descanso en trayectos de 45 a 60 minutos que incluyan mucha hidratación así como ropa abrigada que según los expertosm aguante al clima. ¡No olviden que es un total de 3.475 metros de altura!.
Lo que queda es apoyarse de un buen guía que le permita sacar más provecho a su viaje.
Datos de interés
También es posible realizar parte del recorrido en rústicos por el sector de Boquete. Así que quienes crean que no están aptos para realizar el paseo a pie no se perderán de la diversión. La vivirán desde otra óptica.
Desde hace 400 o 500 años no se sabe de activad magmática por parte del volcán, pero en 2006, un terremoto recordó la presencia de un terreno tectónico debajo del volcán.
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