Ser trotamundos en nuestros tiempos es sinónimo de aventura. Para muchos países, sobre todo los latinoamericanos, mochileros es el término recurrente para quienes dedican su vida a esta alternativa de viaje. Nombre muy singular es el que reciben en algunas zonas de España, quienes les llaman "turismo de alpargata" por su característico low cost que ponen en práctica estudiantes o personas cuyos promedios de edad oscilan los 18 hasta 30 años.
Y es que precisamente los escasos recursos monetarios que exige ser trotamundos ha sido su clave del éxito, en conjunto con ser una forma más placentera de experimentar el mundo a tus pies, poniendo esta por encima de las preocupaciones que para muchos puede representar un itinerario o una programación previa impuesta por alguna agencia o grupo de viajes. Lo que prima es el motivo que te mueve a conocer un destino y ¿en qué tiempo? El que tu espíritu viajero te indique, el cual puede variar entre días, meses e incluso años.
Quienes ven con curiosidad este estilo de turismo se preguntan cómo hacen estos aventureros para resolver sus asuntos de hospedaje, transporte y comida. Para ellos no es un problema descansar en la intemperie, llámese campings o carpas, porque les permite quedarse en cualquier lugar en el que desean estar sin irse muy lejos. Es decir, les otorga libertad y una experiencia única de interacción con la naturaleza. En cuanto al traslado de un lugar a otro, el trotamundos resuelve con el transporte público (metro, buses) y por último, queda de parte de ellos, el gasto de sus comidas.
En el trayecto, coinciden con otros de su misma especie, por así decirlo, y se reúnen para conversar, intercambiar, conectar y hasta compartir gastos. Eso sí, tratan de ser previsivos y llevan consigo todo tipo de medicina en caso de alguna emergencia. La idea no es exponerse. Son personas con perfiles sosegados y estar en armonía con su cuerpo es fundamental para continuar el viaje.
Visto desde cualquier ángulo, su experiencia definitivamente es enriquecedora y así lo transmiten cuando se tiene la oportunidad de conversar un rato con ellos. Sus historias relatan cómo se insertaron en culturas totalmente ajenas a la propia, lo que les hace redescubrir su ser de la manera más sencilla. Si hacemos una analogía, podríamos compararlos con juglares. Quizás por eso Wikipedia los define en su sitio web como mochileros que han abierto el camino de destinos desconocidos, que luego se vuelven populares y son ofrecidos con el pasar del tiempo por las agencias de viajes. Son seres que nacieron para la aventura.
¿Cómo saber si eres trotamundos?
Si eres amante de los viajes. Te encanta descubrir nuevos horizontes y te gusta compartir con personas con una costumbre diferente a la tuya, aquí te damos más ideas de lo que significa ser un trotamundos.
¿Eres arriesgado? Si no le temes a nada y confías siempre en que todo va a salir bien o, si sucede lo contrario, lo ves como parte de un aprendizaje, estás preparado para este nuevo reto.
La zona de confort no es tan cómoda como degustar nuevas comidas y bebidas, dormir en lugares diferentes al habitual, compartir con círculos sociales cuyo interés son las culturas y sus modos de vida.
Si hacerte esta idea te mueve y te llena, es señal de que posees un espíritu de trotamundos.
Si tu sueño es recorrer el mundo ¡No dudes más! Ser un espíritu libre de los viajes es una tendencia que reúne todo lo necesario para que tu deseo se haga realidad.
¡Es hora de trotar el mundo!
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