Espacio publicitario

Viajero de naturaleza

Santa Cruz de Mora

En Mérida sobran las opciones, entre los pueblos, la ciudad y la naturaleza, pero siempre hay algo nuevo por descubrir

  • EDUARDO MONZON

18/12/2018 10:37 am

Atravesar este estado por carretera es un viaje de contrastes, las selvas nubladas de Santo Domingo y el páramo de Mucubají, forrado de frailejones y pinos, dan la bienvenida. Las casitas de colores y las flores crean postales andinas que se extienden hasta la ciudad, escoltada por la Sierra Nevada. Las montañas no paran si se sigue en dirección a El Vigia, solo que el paisaje cambia radicalmente, el terreno se vuelve árido y las colinas lucen colores mucho más opacos. 

Es en medio de este apasionante trayecto que se llega al municipio Antonio Pinto Salinas, en el valle de Mocotíes y a poco más de 600 msnm. Su capital, Santa Cruz de Mora, fundada a mediados del siglo XIX, recibe a la visita con muchas fachadas coloniales, retrato del vivo pasado que mezcla con ese ambiente andino que sube y baja por cada calle, en las que cualquiera puede sentirse en un pueblo del vecino estado Táchira. 

Ese pasado se percibe más cercano frente al puente Libertador, construido en 1921, en buena parte gracias al esfuerzo de la numerosa comunidad italiana, que llegó para convertir estas tierras en su hogar para ver crecer a sus hijos. El puente se mantiene intacto, con sus cientos ladrillos y rocas, como un emblema del pueblo. 

La plaza de Santa Cruz se eleva sobre una colina, al subir algunas escaleras aparece la imagen de Simón Bolívar de pie, como un homenaje al bicentenario de la Carta de Jamaica. La iglesia Nuestra Señora del Carmen, de impactante fachada, posee una altísima torre y bonitas pinturas en su interior. 

Santa Cruz de Mora tiene aroma a café, esa es la bendición con la que fue premiado este suelo fértil, tradición de trabajo que se ha mantenido viva con los años. Un claro ejemplo es el café gourmet Don Pancho, de aroma intenso y sabor profundo, que se produce por completo en la torrefactora y procesadora ubicada en el sector Las Delicias (0275-4110984). 

Y si de café se trata, solo hay que admirar los hermosos sembradíos que se dejan ver en la vía hacia Mesa de las Palmas, un pueblo más pequeño y joven, con una iglesia muy modesta, que posee un Cristo de madera muy particular y una imagen del Santo Sepulcro tan pesada que hacen falta 12 hombres para levantarla. La plaza de Mesa de las Palmas es un enorme balcón que se eleva sobre el inmenso verdor de las montañas, por donde el aire sopla fresco y puro. 

Muy distinto es el ambiente en Mesa Bolívar, colorido, amable, apacible, lugar lleno de historias, tradiciones y mucha hospitalidad. Hay que caminar una cuadra desde la plaza para visitar a Iraí Paredes, en su cálida casa que sueña con ser posada nuevamente, con acogedor ambiente colonial, pisos de madera y una deliciosa terraza con vista al pueblo, donde se sirve suculenta comida tradicional.

Iraí es miembro de una asociación de artesanos locales que elaboran y comercializan productos locales, desde laboriosas esculturas hechas con plastilina, hasta un cremoso ponche de café. Son los habitantes de Mesa Bolívar los que mantienen vivo el orgullo por su patrimonio y el deseo de preservarlo. 

@eduardomonzn
Siguenos en Telegram, Instagram, Facebook y Twitter para recibir en directo todas nuestras actualizaciones
-

Espacio publicitario

Espacio publicitario

Espacio publicitario

DESDE TWITTER

EDICIÓN DEL DÍA

Espacio publicitario

Espacio publicitario