Falcón, tierra de contrastes
Sus bondades contemplan desde playas paradisíacas hasta dunas y montañas
Hugo Daniel Lastra Riquel
El estado Falcón se encuentra en la parte noroeste de Venezuela y cuenta con una superficie de 24 mil 800 kilómetros cuadrados, con una majestuosa costa al mar Caribe y al Golfo de Venezuela. Con una población de casi tres millones de habitantes, este estado es poseedor de un gran potencial turístico y minero representado por minerales no metálicos en su mayoría.
Este territorio ofrece una gran variedad y diversidad de atractivos naturales, históricos y culturales que lo ubican dentro de las zonas con más posibilidades recreativas del país.
Falcón es una entidad única en Venezuela, con una inmensa variedad de paisajes que se extienden desde áridas llanuras hasta verdes praderas, desde la seca Paraguaná hasta las verdes montañas de la Sierra de San Luis, con el lago subterráneo más grande de América Latina. Su horizonte, que son kilómetros de costa, está bañado por las aguas del mar Caribe, con playas que no dejan de impactar tanto a propios como a visitantes, como Tucacas, Chichiriviche y el Parque Nacional Morrocoy.
Su geografía es tan diversa que su aridez alcanza el clímax de la belleza cuando se forman altas dunas que se desplazan de un lado a otro, en 91 mil 280 hectáreas de territorio, gracias a los vientos, formando los Médanos de Coro, uno de sus atractivos turísticos más populares. Este Parque Nacional se encuentra ubicado en la confluencia de varios municipios del estado, llegando a abarcar tierras continentales y superficies marinas.
La capital de Falcón
Santa Ana de Coro, capital del estado, es la ciudad más antigua del país. Su fundación se le atribuye a Juan de Amplíes el 26 de julio de 1527, luego de una alianza de paz entre él y el cacique Manaure, jefe de la tribu Caquetio, todo un Dios para la época.
Hoy día, Coro se levanta como una imponente ciudad colonial, una de las más importantes de nuestro país y una de las más valiosas de la cuenca del Caribe. Coro representa para Venezuela, y parte del mundo, la posibilidad de mostrar una evolución arqueológica integral con monumentos representativos que se escalonan desde el siglo XVI al siglo XXI.
Inscrita por la Unesco en el listado de Ciudades Patrimoniales de la Humanidad, Coro cuenta con construcciones que son el resultado de la unión de técnicas aborígenes y el conocimiento hispano, a lo que se le agrega, desde la segunda mitad del siglo XVIII, la influencia arquitectónica holandesa, a través de la cercanía de las Antillas: Aruba, Bonaire y Curazao.
Ejemplo de este estilo arquitectónico son las casas ubicadas en el casco colonial, como el Balcón de Los Arcaya, con sus ventanas de hierro.
Conjuntamente con Coro, para el año 1993 es decretado por la Unesco Patrimonio Cultural de la Humanidad el Puerto Real de la Vela de Coro, ubicado muy cerca de la capital, ya que en el casco histórico se conserva un conjunto de casas coloniales que datan del siglo XVIII con una gran influencia de las Antillas holandesas. Al mencionar a la Vela de Coro, tenemos que decir que fue aquí donde el 3 de agosto de 1806 Francisco de Miranda iza por primera vez en tierra venezolana nuestro pabellón nacional.
La Península de Paraguaná
En esta zona de Falcón se ubica el Cabo San Román, el punto más septentrional del país, y muchas bellas playas, entre las que podemos destacar Adícora, El Supí, Buchuaco y Villa Marina; muchas de las cuales son las preferidas de los deportistas que practican windsurf y kitesurf.
Muy cerca de Adícora están las salinas de Cumaraguas, que se tornan color rosa por el reflejo de los atardeceres crepusculares, convirtiéndolas en un espectáculo digno de fotografías.
En esta zona de Falcón se encuentran dos de las refinerías de petróleo más importantes del país y de América Latina, Amuay y Cardón; además cuenta con una zona libre para la inversión financiera que es atractiva al turista.
Cultura y tradición
Hay que destacar que entre las fiestas más emblemáticas y significativas del estado Falcón se celebra, en el Puerto Real de la Vela de Coro, cada 28 de diciembre, la fiesta de los Santos Inocentes. Hoy en día esta tradición tiene visos carnestolentos, donde majestuosos disfraces multicolores y el tambor con sus ritmos lujuriosos y frenéticos se convierten en el epicentro de esta gran festividad.
Su origen data de tiempos de la colonia, cuando los amos daban permiso a los esclavos para su celebración con parodias y parrandas afrocaribeñas. Es por eso que cada 27 y 28 de diciembre centenares de visitantes y turistas de todo el país y del Caribe se dan cita anualmente en las calles de la Vela de Coro para disfrutar de los elementos que conforman este magnífico espectáculo.
No podemos dejar de recordar otra celebración: la procesión de la virgen de Guadalupe todos los 12 de diciembre, desde la ciudad de Coro hasta la Vela de Coro, específicamente hasta el Valle del Carrizal, donde se encuentra ubicada una iglesia con estatus de basílica menor desde 2008.
Su historia se remonta a la primera iglesia dedicada en esta región a nuestra señora de Guadalupe, que data de 1723.
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