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Juyasirain: la tierra de la lluvia en el municipio Mara de Zulia

Un paraíso natural adornado con cascadas en el corazón de una sierra semitropical

  • Diario El Universal

29/04/2024 01:13 am


Mariel Hunte
“Tierra Lluviosa” es el significado de Juyasirain para las comunidades indígenas Wayú, quienes bautizaron así las fincas de doña Eloina y don Jesús González, adquiridas por 500 bolívares en los años 70.
 
Un paraíso natural para la comunidad Wayú, que sigue defendiendo con resistencia las anárquicas iniciativas de explotación de carbón y que es ahora el nuevo punto turístico predilecto del municipio Mara en el estado Zulia.

Rumbo al Paraíso
La expectativa es el mejor despertador para garantizar estar a tiempo en el punto de encuentro. El reloj marca apenas las primeras seis horas del día, y ya estamos en el transporte rumbo al municipio Mara.
 
Debemos hacer una respectiva parada para garantizar suficiente hidratación y un desayuno lleno de calorías para la caminata que nos espera. Nueva Lucha, un centro poblado en el camino, resulta el punto comercial perfecto para saciar todas nuestras necesidades logísticas.
 
Así, ya nos adentramos en la vía al Tulé, pasando las Cuatro Bocas, en una carretera asfaltada que repentinamente se transforma en un total camino de tierra.
 
Nadie presta atención al estado de la carretera, porque todas las miradas están fascinadas en un sueño de Curaries florecidos pintando de amarillo el camino. Esta es la mejor señal de que han llegado las primeras lluvias del año que hacen honor al nombre de Juyasirain.
 
¡Llegamos al Paraíso! Resulta que un pequeño restaurante en el caserío El Paraíso es nuestro punto de espera para abordar los transportes 4x4 que son la única alternativa automotora para el camino fangoso que nos espera.
 
La travesía
Después de un recorrido de unos 30 minutos llenos de adrenalina en un “rustiqueo” digno de un rally, llegamos a un portón que marca el inicio del sendero hacia las tan preciadas cascadas. Con mucha prudencia vamos abriendo y cerrando los portones para que el ganado no aproveche nuestra visita como opción de fuga.
 
El sendero nos va refrescando con sus manantiales y riachuelos que son la mejor recompensa ante las inclemencias de un zuliano día soleado. Nada más fresco que recargar una y otra vez las botellitas en estos cursos de agua mientras nos vamos aproximando cada vez más al corazón de esta sierra semitropical.
 
Vamos haciendo un esfuerzo titánico para no producir ruidos que ahuyenten los monos araguatos que nos espían desde las alturas. Los vemos en bandadas, disfrutando el estruendo de sus aullidos. Nos maravillamos sin dejar de estar alertas, porque el camino resulta el hogar perfecto para alguna serpiente.
 
Es inevitable no tomarse un instante y sentirse en la nada, pero a la vez en todo. Los sentidos conectados con sensaciones únicas que solo pueden proveer la experiencia de caminar en medio de un bosque espeso, rodeado de la fauna que comparte su hogar, tu cuerpo regulando la temperatura constantemente entre ríos refrescantes, eso lo es todo.
 
La travesía de una hora y media a pie aproximadamente termina en un pozo de aguas turquesas que invita a disfrutar la recompensa del esfuerzo. Aguas templadas y cristalinas son la combinación perfecta para la inmersión que tanto anhelábamos.

Frescas cascadas y pozos turquesa
Juyasirain es una experiencia completa. Pero sin duda resaltan sus cascadas y pozos que van y vienen al río Cachirí.

La primera cascada lo tiene todo. Sus aguas cristalinas caen en la pendiente formando un pozo de diferentes tonos azules. Una inmensa piedra al costado, resulta el trampolín para los más atrevidos que demuestran sus talentos en saltos aficionados, mientras que el público espectador brinda la mejor algarabía.
 
La meditación tiene un lugar especial en Juyasirain. Un ambiente natural y virgen es el mejor escenario, acompañado por la melodía de la caída de agua y las caricias de la brisa húmeda, para cerrar los ojos y meditar.
 
Aún quedan energías para saciar la sed de contemplación. Por ello nos vamos a la segunda cascada a unos 10 minutos.
Entre las piedras río arriba, nos encontramos una nueva línea de pozos muy azules, pero esta vez con una pequeña cueva. Es inevitable no vivir la experiencia de estar dentro de ella rodeados de cascadas.
 
Una tercera cascada completamente diferente será la que marque el final de esta etapa. Después de haber caminado por 30 minutos más, nos encontramos una inmensa piedra ladeada hacia un costado, que funciona como el camino perfecto para que el curso de agua cumpla su recorrido.

Cada cascada tiene su encanto particular. Juyasirain cumple las expectativas de todos los gustos por el hecho de estar en un lugar virgen, natural, místico e imponente, a tan sólo dos horas y media de Maracaibo.
 
La despedida
Se repite la travesía que se convierte en nuestro retorno, pero no sin antes disfrutar de un maravilloso sancocho que nos provee la misma comunidad organizada. Por supuesto que tenía que ser de res, ya que la ganadería es el principal sustento de El Paraíso.
 
También las costumbres Wayú se mantienen y por ello algunas artesanías llegan a las manos curiosas del grupo de turistas que se atrevieron a vivir una aventura selvática en Zulia.
@Relindavenezuela
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