La China más tradicional se saborea en El Bosque
El mercado chino, además de productos, ofrece comida casera lista para comer
No es grande, ni ocupa diversas cuadras, tampoco se parece a los Chinatowns o '' barrios chinos '' de grandes ciudades como Londres, San Francisco o Nueva York, pero en lo que sí es igual en la tradición que se siente y se respira todos los domingos en el Club Social Chino de El Bosque donde se erige el '' mercado chino '', lugar en el que la comunidad china de la ciudad (y la que no es también) se apertrecha de insumos para preparar platos de esta milenaria gastronomía, comprar comida ya preparada o simplemente curiosear. 
Al mercado chino hay que llegar temprano. Así se garantiza conseguir los productos más frescos, además de que por ser época de pandemia, no está la cantidad acostumbrada de vendedores. Sin embargo, se consigue todo lo que se desea.
La idea es ir a degustar, lo que cada puesto tiene por ofrecer. Y si de comprar ingredientes se trata, lo aconsejable es ir ya preparado con lo que se quiere comprar. Al entrar se cumplen todos los protocolos de bioseguridad, medición de temperatura y desinfección de manos, es de carácter obligatorio acudir con tapabocas. Una vez adentro, es dejarse llevar por los sabores, aromas y tradición de la cultura china.
Los puestos de vegetales ofrecen los que imperan en su cocina: acelgas bebés, champiñones, hojas de mostaza, repollo, acelgas deshidratadas, cebollín y los ajos más bonitos de la ciudad se encuentran aquí. Los precios son competitivos, por lo que se debe preguntar para comprar lo que esté mejor. En cuanto a las frutas se consiguen manzanas, peras, uvas y cerezas, y de proteínas el cerdo en diferentes cortes (no le pierden nada), es el principal protagonista, sin dejar atrás por supuesto al pato. Los venden crudos (así como los pollos), y también se consigue el laqueado, listo para comer, tampoco puede faltar el tofu, el cual lo venden por pedazos y la cantidad que cada quien necesita, también ofrecen una pequeña cantidad de pescado.
También hay puestos de mercancía varias, en el que se pueden encontrar las famosas sopas de sobre saborizadas, desde las típicas carne y camarón, hasta de estofado y bambú. Hongos secos, hojas de té, especias y frutos secos también. Por supuesto también se consiguen fideos, tanto de trigo y sésamo, arroz de diferentes marcas y presentaciones.
Saborear a China
Por supuesto uno de los atractivos de este lugar son los puestos de comida preparada, lista para comer que venden. No van a encontrar aquí potes de arroz chino, o costillitas. No, la comida que aquí se ofrece es de hogar, las que las abuelas chinas preparan con amor y que van pasando de generación en generación.
Lo más demandado son los dumplings. Los venden en bandejas de diez, rellenos de cerdo y cebollín o vegetales. también venden empanaditas al vapor rellenas de vegetales y patas de pollo fritas y especiadas (también con bastante demanda). En cuanto lo dulce, las caraotas tienen un papel preponderante. La usan como relleno de buñuelos y panes. Se hace una pasta dulce, muy dulce y con ella se rellenan las bolitas de ajonjolí y un pan de suave masa que es de un amarillo resaltante. Otro pan que se debe probar es el relleno de cerdo. La masa tiene la textura de los recordados panes chinos que se veían en los restaurantes, son una bola rellena con un delicioso guiso de cerdo, se deshace en la boca.
También venden las famosas Cloud Cakes, en porciones de dos, una caricia al paladar. Es un bizcocho de vainilla super esponjoso y que viene con un sutil relleno de crema. También venden una especie de rollo gitano, pero sin crema y frutas, con la misma textura del cloud cake y un dulce obligatorio a probar es la torta de ocumo con sésamo. Llama la atención por su color, un morado fuerte en el relleno cubierto con una delicada capa salada, lo que hace una combinación perfecta entre lo dulce y salado, que debe ser de obligatoriedad probar.

Al mercado chino hay que llegar temprano. Así se garantiza conseguir los productos más frescos, además de que por ser época de pandemia, no está la cantidad acostumbrada de vendedores. Sin embargo, se consigue todo lo que se desea.
La idea es ir a degustar, lo que cada puesto tiene por ofrecer. Y si de comprar ingredientes se trata, lo aconsejable es ir ya preparado con lo que se quiere comprar. Al entrar se cumplen todos los protocolos de bioseguridad, medición de temperatura y desinfección de manos, es de carácter obligatorio acudir con tapabocas. Una vez adentro, es dejarse llevar por los sabores, aromas y tradición de la cultura china.
Los puestos de vegetales ofrecen los que imperan en su cocina: acelgas bebés, champiñones, hojas de mostaza, repollo, acelgas deshidratadas, cebollín y los ajos más bonitos de la ciudad se encuentran aquí. Los precios son competitivos, por lo que se debe preguntar para comprar lo que esté mejor. En cuanto a las frutas se consiguen manzanas, peras, uvas y cerezas, y de proteínas el cerdo en diferentes cortes (no le pierden nada), es el principal protagonista, sin dejar atrás por supuesto al pato. Los venden crudos (así como los pollos), y también se consigue el laqueado, listo para comer, tampoco puede faltar el tofu, el cual lo venden por pedazos y la cantidad que cada quien necesita, también ofrecen una pequeña cantidad de pescado.

También hay puestos de mercancía varias, en el que se pueden encontrar las famosas sopas de sobre saborizadas, desde las típicas carne y camarón, hasta de estofado y bambú. Hongos secos, hojas de té, especias y frutos secos también. Por supuesto también se consiguen fideos, tanto de trigo y sésamo, arroz de diferentes marcas y presentaciones.
Saborear a China
Por supuesto uno de los atractivos de este lugar son los puestos de comida preparada, lista para comer que venden. No van a encontrar aquí potes de arroz chino, o costillitas. No, la comida que aquí se ofrece es de hogar, las que las abuelas chinas preparan con amor y que van pasando de generación en generación.

Lo más demandado son los dumplings. Los venden en bandejas de diez, rellenos de cerdo y cebollín o vegetales. también venden empanaditas al vapor rellenas de vegetales y patas de pollo fritas y especiadas (también con bastante demanda). En cuanto lo dulce, las caraotas tienen un papel preponderante. La usan como relleno de buñuelos y panes. Se hace una pasta dulce, muy dulce y con ella se rellenan las bolitas de ajonjolí y un pan de suave masa que es de un amarillo resaltante. Otro pan que se debe probar es el relleno de cerdo. La masa tiene la textura de los recordados panes chinos que se veían en los restaurantes, son una bola rellena con un delicioso guiso de cerdo, se deshace en la boca.
También venden las famosas Cloud Cakes, en porciones de dos, una caricia al paladar. Es un bizcocho de vainilla super esponjoso y que viene con un sutil relleno de crema. También venden una especie de rollo gitano, pero sin crema y frutas, con la misma textura del cloud cake y un dulce obligatorio a probar es la torta de ocumo con sésamo. Llama la atención por su color, un morado fuerte en el relleno cubierto con una delicada capa salada, lo que hace una combinación perfecta entre lo dulce y salado, que debe ser de obligatoriedad probar.
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