Es tal la identificación que José Miguel Birriel siente con respecto a la naturaleza y los habitantes de los Andes, que este fotógrafo caraqueño sigue profundizando su proyecto “Andinos”, una aproximación a través de la imagen de las relaciones de los hombres, mujeres y niños de los pueblos surgidos a las faldas de las cumbres nevadas con un entorno privilegiado.

Estas fotografías, agrupadas bajo el título La Cuchilla de Los Nevados, fueron tomadas por Birriel durante una estadía de seis días en el bucólico poblado edificado sobre las estribaciones que descienden del pico El Toro, en la margen derecha del río de Nuestra Señora. De la gente de Los Nevados dice el fotógrafo, “ahora son mis amigos y no los olvidare, espero volver en algunos meses”.

Se trata de una serie documental concebida desde la admiración y el respeto por un gentilicio. Es el diario de viaje de Birriel: “Para los pobladores de esta región, la vida diaria trascurre con placidez. Es importante darle de comer a los animales, buscar el pasto para las mulas, moler el trigo para hacer las arepas, ordeñar la vaca, hacer el queso, sembrar las papas y las hortalizas, y reparar las botas para usarlas en los días de lluvia, además de parar a medio camino para saludar y conversar con los vecinos en el encuentro en la ruta hacia el pueblo, y claro, compartir el chimó”.

La Cuchilla de Los Nevados no es solamente fotografías, sino testimonios recogidos por el fotógrafo, como éste que comparte con los lectores: “Henry es una persona que expresa mucho cariño por su hija menor y está orgulloso de haber ayudado a su esposa a dar a luz. Me contó que el parto se le adelantó y el doctor no estaba en el pueblo, así que él asistió a la bebé y a su madre en el instante del nacimiento. ‘Siento satisfacción cada vez que miro a mi hija, porque yo mismo la partié, yo la traje al mundo’, me decía”.

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