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SAÚL ZERPA

MIRADA EXPUESTA | “Secuestrados”

El fotógrafo, músico e ingeniero de sistemas del estado Carabobo, reflexiona sobre las fronteras que ha traspasado la tecnología, al punto de llegar a sustituir la expresión de las emociones humanas

  • JUAN ANTONIO GONZÁLEZ

16/05/2021 01:00 am

En las imágenes que propone Saúl Zerpa en el ensayo fotográfico Secuestrados aparece el elemento humano -un ojo, una boca, un oído, unos dedos- aprisionado por circuitos digitales, microprocesadores y chips. No es la integración de la máquina al hombre. Es la supremacía del primero sobre su creador.

-¿Cómo surgió la serie Secuestrados?
-La fotografía puede tener muchos significados; puede ser un espejo, una extensión de una experiencia, una fábula, o una proyección de esos demonios que te atormentan y que te acompañarán hasta el último día. En mi caso, de alguna forma viví un secuestro relacionado con la tecnología. Esa es la semilla del ensayo Secuestrados.

“La dualidad sobre qué es realidad o ficción cada vez que abres los ojos se ha convertido en algo cotidiano, no sabes si lo que lees es real, si lo que observas te está manipulando para que pienses, compres o hagas una acción específica. Lo único que parece real es que estás secuestrado por la tecnología que creías te haría libre”, agrega Zerpa, músico e ingeniero de sistemas, además.



-En su trabajo plantea una preocupación por el avance de la ciencia y la consecuente deshumanización del hombre. ¿Qué es exactamente lo que le angustia?
-Los que construyeron las primeras bombas atómicas trabajaron con mucho empeño para construirla, pero el esfuerzo fue mucho más grande en la lucha para desmontarla. Históricamente, el ser humano construye dispositivos que sobrepasan los objetivos para lo que fueron construidos, su uso escapa del control de la razón y a la ética.

“Para el momento de la publicación del ensayo -prosigue Zerpa-, 45% de la población mundial estaba relacionada con un entorno digital; hoy, con toda seguridad, ese porcentaje es mayor. No estoy en contra de la ciencia, lo que se está logrando en la actualidad con el desarrollo de las vacunas y exploraciones en estaciones espaciales son avances, solo por nombrar dos que me hacen sentir orgulloso de mi especie, son pasos evolutivos muy importantes”.



“Lo que si realmente preocupa es que niños que no saben todavía decir papá o mamá sepan llamar a Alexa para que encienda o apague algún dispositivo en la casa, o que los datos que manejan servicios de redes sociales sean utilizados para garantizar elecciones o peor aún que por una cadena de WhatsApp con información falsa personas pierdan la vida. En todos estos escenarios, tú y tus datos están secuestrados por el entorno y si son expuestos o utilizados para suplantar tu identidad estás en grave peligro”.

-En sus imágenes es evidente que lo tecnológico toma posesión de lo humano, pero, ¿no es la fotografía un acto de posesión del otro, del sujeto/objeto retratado por el fotógrafo?
-Esa es una de las posiciones sobre el hecho fotográfico, la que plantea la apropiación del sujeto por parte del fotógrafo, y es válida. En mi caso, hago un esfuerzo enorme por no “tomar” fotos, las hago, las construyo, las hilo para formar un ensayo, una serie, un portafolio; y es justamente en ese punto cuando la magia comienza, cuando las personas interpretan lo que creen sobre una serie de imágenes. La primera vez que Secuestrados vio la luz en una proyección de Sin Permiso (colectivo de fotógrafos de Valencia), una muchacha joven se me acercó al final envuelta en lágrimas, la presentación la movió.



-Secuestrados como obra tiene esa particularidad -continúa-, despierta y mueve sentimientos. En la revista Desbandada le pusieron voz a la tecnología y entonces me respondió algunas cosas, eso fue una experiencia increíble y entonces germinó la semilla de la segunda parte de Secuestrados; ese es un trabajo que debería estar terminado este año.

Sigue: “A través de la fotografía no me apropio de nada ni de nadie, en todo caso soy hasta cierto punto dueño del concepto. Siempre tengo un punto inicial y es que la fotografía no es un reflejo de la realidad, puedo manipular la imagen para decir o no casi cualquier cosa”.



-Dada su posición frente a la tecnología, ¿trabajó usted con equipos analógicos? De trabajar con digital, ¿no hay una contradicción entre lo que piensa y lo que hace en fotografía?
-Soy ingeniero de sistemas, para que sea aún más contradictorio. La segunda ley de la termodinámica hace referencia a que la entropía (un estado de desorden caótico), solamente puede aumentar, nunca disminuir, por eso sentimos que el tiempo va en una sola dirección porque éste va enlazado con el aumento de la entropía.

-Mientras más tiempo pasemos unidos al entorno digital, el riesgo de ser secuestrado por la tecnología aumentará y luego de estar completamente atados no existirá forma de liberarnos, esta es mi visión sobre la entropía de la tecnología. Nací en 1980, crecí con la tecnología, no reniego de ella, la utilizo con prudencia. La fotografía llegó a mí en formato digital y aunque conozco los procesos alternativos para desarrollar la fotografía, la mayoría de mi trabajo está en soporte digital… La vida está llena de contradicciones, quizá esa es la sal de la vida, para redescubrir procesos y plantear nuevos trabajos.



-En estos tiempos de pandemia, la tecnología ha sustituido la comunicación directa entre las personas, ¿qué piensa de ello?
-Jamás me hubiera podido imaginar que una pandemia colocaría en un altar a los procesos de comunicación digital. Es importante entender que propiamente Internet no es la representación de la tecnología. La tecnología es lo que se aplica para diseñar un tratamiento de inmunoterapia para curar el cáncer; tecnología es lo que se aplica para construir un vehículo espacial que llegue a Marte y envíe datos del planeta.

“Las imágenes crecen con el tiempo, van mutando en un estado de reposo mientras el mundo sigue; hoy tienen un sentido y mañana otro, eso forma parte del proceso y es muy interesante”, agrega.

-Pero sí, en tiempos de pandemia la tecnología nos mantiene bien secuestrados en casa, comunicándonos desde una ventana interconectada. Si antes te secuestraba la pantalla, hoy verdaderamente estás muy encerrado en casa. La pandemia llegó para eso, para mostrarnos cuán libres podemos ser si soltamos por un rato el entorno digital. Cada vez que me libero de la máquina vuelvo a la tierra y cultivo un huerto, modesto, pequeño, con errores pero desconectado, eso me llevó a un nuevo ensayo: Volver a la Tierra.



Más del trabajo de Saúl Zerpa en Instagram: @saulzerpa.
@juanchi62



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